Capítulo 4

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Se encontraba dándose un baño de agua fría para desacherse de el problema que tenía en su entrepierna, estaba recostado con el agua cubriendo todo su cuerpo a excepción de su cara se había hundido hasta sus hombros.

Estaba intentando dejar de pensar en lo que había sucedido horas atras pero no podía su mente parece haberse olvidado de cualquier otra cosa menos de eso. Solo podía pensar en el porque se imaginó que ese hombre era Obanai.

O en el porque le había correspondido el beso.

O en porque se sintió tan jodidamente bien besar a "Iguro".

A lo mejor del porque se sintió tan bien fue porque el hombre sabía besar, pero besar demasiado bien al parecer. Jamás se imaginó que besaría a alguien, y menos a un hombre perdió su primer beso con un desconocido, y para colmo borracho.

Lo que mas confundido lo dejó es que le correspondió. ¿Y porqué mierda lo hizo? No lo sabe, aún sigue pensando en el porqué lo hizo, solo lo hizo porque creyó que era el heterocromático aunque debió de haber sabido que había algo mal ¿Cierto? Él jamás le hablaría así, jamás se comportaría así y nunca de los nunca le besaría, su mente le jugó una muy mala pasada.

"Jamás me besaría"

"¿Porque siento un dolor en el pecho al saber eso?"

"No me tendría que afectar en nada"

"No me lo puedo sacar de la cabeza, no puedo dejar de pensar en eso, no puedo dejar de pensar en él"

"¿¡Porque?!"

En un intento desesperando por olvidar ese bochonozo momento jaló sus cabellos, mientras soltaba gritillos casi inaudibles de desesperación.

-Maldito seas.

Se paró bruscamente de la helada agua, dejando a la vista su palido cuerpo por el cual corrían pequeñas gotas de agua, su pelo suelto goteaba y tenía su ceño levemente fruncido, pero apenas y se notaba. Salió de la tina, tomando una toalla para cubrir su desnudez, se la envolvió en su cintura, pero aún así se dejaban notar las líneas de su cuerpo. Tomó otra para empezar a secarse mientras salía del lugar llendo así a su habitación.

Le dio una rápida miradita a Kaburamaru el cuál permanecía con su largo cuerpo totalmente apoyado en su futón, pero que cuando sintió que el ojiazul llegó a la recámara se deslizó desde el futón hasta llegar a él, quedando así a sus pies. Kanzaburo no está, pero parece haberse comido las semillas que le dejó.

-Oye- Se alejó levemente de la culebra cuando vio que esta estaba siseando en su pie, pasando su lengua por el lugar, haciendole una que otra cosquilla.

Se vistió poniéndose una yukata color vino, con su haori por encima. Solto un leve suspiro, aun esos pensamientos estaban ahí, decidió apagar totalmente su mente, acostandose llendo a dormir, con la serpiente encima de su pecho, enroscada.

Cerro sus azules ojos, decidido a dormirse y olvidar lo sucedido. Pensaría en cualquier otra cosa, incluso en todo lo que ha echo y de lo que se culpa todo ya sea por olvidar y dormir con una que otra pesadilla de su horrible pasado.

-¡Caw Caw! Misión para el pilar del agua- Su cuervo se posó encima de su pecho, justo encima de la serpiente.

Esta, enojada por la acción se movió rápidamente para atacar al ave, y quien sabe, comérselo de paso pero esta fue más rápida y voló hasta la ventana y miraba de manera inquisitiva a Kaburamaru el cuál abrió su boca dejando a la vista sus colmillos en forma de amenaza mientras reptaba.

-Kaburamaru, para- dijo Giyuu cansado, casi se dormía.

Tomo a la sepiente mientras se sentaba para enroscarla en su cuello y que se calme lo cual funcionó pero seguía mirando amenazante al ave. Giyuu suspiró frustrado mientras con su puño cerrado restregaba uno se sus ojos. Ya le había dado sueño, quería dormir pero el deber llama y es su trabajo como pilar a pesar de no merecerselo es acudir lo más rápido posible para evitar la perdida de vidas inocentes.

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