Capítulo 9.1

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  Sanemi no dudó en arremeter contra él de la forma más tosca posible.

-¿¡Que con esa voz zorra?!- Le dijo acercándose- Está mas fea de lo normal, y tu también ¡Estás horrible, es decir antes lo eras pero no crei que te pudieses ver peor!

-Yo...- Tomó un suspiro, en verdad esas palabras si iban con puro odio, hace ya semanas que no escuchaba tantas cosas feas dirigidas a su persona.

Aunque él creía que se lo merecía, no respondió a esos insultos, ante el ojimorado lo mejor era mantenerse callado. El no era como Iguro, él si podría arremeter contra él y molerle a golpes, y no quería problemas.

"Obanai, no ha llegado aún, y él ahora está aquí. Si llega y Sanemi le ve creo que se meterá en problemas, debo de hacer que se vaya. Se que Obanai no le gusta que le vean conmigo, y lo entiendo, cualquiera se avergonzaria de estar conmigo"

-V-vete- Intentó no tartamudear, lo cual fue un intento fallido, en el fondo se sentía levemente intimidado por el más alto.- No puedes estar aquí.

-¿¡Ahhh?!- Exclamó con evidente enojo- ¿¡Porqué me debería ir eh?! ¡Además!- Soltó un estruendosa risa, dejando a la vista su sádica sonrisa, tomando al ojiazul de uno de sus brazos de manera brusca, apretandolo con fuerza- Ambos esperamos a la misma persona ¡¿O no maldita ramera?!

-Y-y-yo no- Se asustó, el ojiazul abrió sus ojos, sintiéndose aún más intimidado, se intentaba sacar la mano del contrario pero no podía, en estos momentos aún se encontraba muy débil, y se sentía expuesto.

"¿Acaso sabe que Obanai me está viendo? ¿Se lo habrá dicho?"

"No, no se lo puede haber dicho, si hubiese sido así seguramente hubiese vendio mucho antes, entonces"

"¿Como lo sabe?"

-Esperemos para darle una sorpresa ¿Quieres? Seguro que se sorprenderá al verme aquí con su...- Hizo una leve pausa, mirando con rencor a al pelinegro- ¿Zorra? Estoy seguro que le hiciste algo para que esté así, contigo. Seguro que le abriste las piernas,  la verdad no me sorprendería, seguro que lo haces con cualquier hombre, pedazo de marica. Aunque sigo sin saber como fue que cayo en tus mierdas, el no es de esa clase, esa clase de gente debería morir, gustar entre hombres es pecado. Es repulsivo, maldito egocéntrico de mierda, creí que el enano tendría mas determinación se supone que te odiaba, te odiabamos, no sé en que momento aparente lo dejó de hacer, pero estoy seguro que tendra una explicación para esto, siempre la tiene lo mas probable es que solo esté jugando contigo, o tu con él esto es comduso. Hace semanas no hemos estado hablando, de echo, no le he visto. ¿No será que...?

Paró en seco sus palabras, mirando a la ventana, Obanai estaba merodeando a ver por donde meterse era evidente. Tenía que ponerse en posición.

-Ya viene- Dijo regresando su escalofriante mirada a Giyuu, el cual no había habierto la boca en ningún, momento-...En cuanto a ti pequeña zorra, calladito ¿Me escuchas? No puedes arruinar mi sorpresa.

Tomioka, presa del miedo, con la mayo sumisión posible aceptó con tal de alejar a Sanemi de él, por más que quisiese no podía ayudar a que no agarrasen a Obanai, aunque m, todo esto era su culpa, seguro que si no hubiese mandado a Iguro a por el olatillo nada de esto estubiese pasando. Se sentía aún más mierda, y las palabras de Sanemi le dolieron.

 Se sentía aún más mierda, y las palabras de Sanemi le dolieron

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