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Ninguno de los dos habló mucho en todo el día. De hecho, Jeongguk lo evitó constantemente.
Eso, más que ningún otro detalle, le hizo imaginarse cuál era la decisión que había tomado.
Taehyung tenía el corazón destrozado. ¿Cómo podía abandonarlo después de todo lo que habían pasado juntos, después de todo lo que habían compartido?
No podía soportar la idea de perderlo. La vida sin él sería intolerable.
Al atardecer, lo encontró sentado en la mecedora del porche, contemplando el sol por última vez. Su rostro tenía una expresión tan dura que apenas si podía reconocer al hombre alegre que había llegado a amar tanto.
Cuando el silencio se hizo demasiado insoportable, le habló
— No quiero que me abandones. Quiero que te quedes aquí, en mi época. Puedo cuidar de ti, Jeongguk. Tengo mucho dinero y te enseñaré todo lo que desees saber.
— No puedo quedarme —le contestó entre dientes— ¿Es que no lo entiendes? Todos los que han estado cerca de mí alguna vez han sido castigados por los dioses: Yugyeom, Penélope, Calista, Atolycus. —Lo miró como si estuviera aturdido— ¡Por Zeus! NamJoon acabó crucificado.
— Esta vez será diferente.
Se puso en pie y lo miró con dureza.
— Tienes razón. Será diferente. No voy a quedarme aquí para ver cómo mueres por mi culpa.
Pasó por su lado y entró a la casa.
Taehyung apretó los puños, deseando estrangularlo.
— ¡Eres un... testarudo!
¿Cómo podía ser tan insoportable?
En ese momento notó que el diamante del anillo de boda de su madre se le clavaba en la palma de la mano. La abrió y lo miró durante un buen rato.
Estaba a punto de conseguir que el pasado dejara de atormentarlo. Por primera vez en su vida tenía un futuro en el que pensar. Un futuro que lo llenaba de felicidad.
Y no estaba dispuesto a permitir que Jeongguk lo echara todo por la borda. Más decidido que nunca, abrió la puerta de la casa y sonrió maliciosamente.
— No vas a librarte de mí, Jeongguk de Macedonia. Puede que hayas vencido a los romanos, pero te aseguro que a mi lado son unos enclenques.
Jeongguk estaba sentado en la salita, con su libro en el regazo. Pasaba la palma de la mano sobre la antigua inscripción, despreciándola más que nunca.
Cerró los ojos y recordó la noche que Taehyung lo convocó. Recordó lo que se sentía cuando no tenía conciencia de su propia identidad. Cuando no era más que un simple esclavo sexual.
Hacía mucho, mucho tiempo que se hallaba perdido en un lugar oscuro y temible y Taehyung lo había encontrado.
Con su fortaleza y su bondad había conseguido desafiar lo peor que había en él y le había devuelto la humanidad. Solo él había percibido su corazón y había decidido que merecía la pena luchar por él.
Quédate con él.
¡Por los dioses!, qué fácil parecía. Qué sencillo. Pero no se atrevía. Ya había perdido a sus hijos. Taehyung era el dueño de lo que le quedaba de corazón y perderlo por culpa de su hermano...
Sería lo más doloroso a lo que jamás se hubiera enfrentado.
Hasta él tenía un punto débil. Ahora conocía el rostro y el nombre de la persona que podría hacerle caer de rodillas.
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Dios del Placer [KookTae]
FanfictionJeon Jeongguk es un dios maldito por toda la eternidad para servir como esclavo sexual a los mortales. Todo cambiará cuando Kim Taehyung, un sexólogo que acaba de terminar una relación "amorosa", lo invoque por la insistencia de su mejor amigo. ¿Pod...