Traté de dar un paso atrás pero Ryan me sostuvo por la cintura, encerrándome en sus brazos sin opciones de escapar, estaba perpleja, me había congelado como si de un iceberg se tratara, mi cuerpo se negaba rotundamente a responder a los impulsos de mi mente, ocupada en toda la información que tenía que digerir, la mirada de Ryan a pesar de ser la misma de siempre se me hacía extremadamente pesada, estaba terriblemente asustada, su proximidad no me era incómoda, hacía temblar cada parte de mi en segundos, temblores de miedo, gotas de sudor frío bajaban con suma lentitud por cada centímetro de mi espalda, no quería hablar, por primera vez no podía hablar.
Definitivamente, no espera "todo" de él.
─No armes un escándalo, no aquí, si te quedas quieta tal vez pueda darte lo que quieres y todo saldrá bien.─susurró mientras ponía un mechón de pelo detrás de mi oreja.
─¿M-me v-vas a hacer...daño?─logré pronunciar apenas.
─No, por eso necesito que me escuches.
Eso no me tranquilizó, claramente, pero estaba tan confundida que no podía oponerme a nada.
Me tomó de la mano y me sacó de ese lugar, estuvimos afuera en un lugar donde no había nadie, el aire frío fue como un golpe seco, que hizo que sin motivo mi cuerpo reaccionara como si se estuviera activando mi sistema de alarma.
Escapé de su agarre y corrí, justo cuando iba a gritar sentí como una mano grande tapó mis labios ahogando mi intento de grito desesperado, me sostuvo llevándome de vuelta al lugar donde paramos.
─Por favor, no hagas las cosas difícil, te dije que no voy a hacerte daño ¡sólo escúchame!
Tenía ganas de llorar, muchas ganas de llorar, pero no iba a llorar, no ahora, no hoy, porque yo lloraba por todo, por cualquier cosa, sin parar, y no quería eso, quería mantenerme recta, pretender serenidad aunque sólo quería huir.
─Te escucho.─dije evitando palidecer.
─Hay muchas cosas que no sabes, muchas que aún no puedes saber, pero si hay algo que puedes saber, hay personas Adara que te quieren muerta, hay muchos que quieren terminar el trabajo que no lograron cuando eras pequeña, entre ellos mi padre.
─¿Q-qué? ¿De qué hablas? ¿Qué sabes tu de "lo que no lograron cuando era pequeña"
─Al menos lo suficiente, mi padre me mandó a analizarte, y matarte.
─¿Por qué no lo ha hecho?
─Supongo qué eso fue lo malo de analizarte, cuando lo hice no pude matarte.
─¿Eres un asesino?
─No, tu ibas a ser la primera, por eso me dieron esa misión.
─¿Fracasaste?
─Logré algo mejor, créeme.
─Tengo muchas dudas ¿tú eres esa persona que me espía? ¿Por qué no me mataste? ¿Por qué quieren matarme? ¿Qué está pasando?
─¿Te espían? ─dijo con duda.─Vaya, bueno, ese no soy yo ¿ya te dije que son muchas personas las que quieren acabar el trabajo no terminado? Y respondiendo a lo último...no puedo darte una respuesta, supongo que es algo que debes saber tú.
─No, no, no otra vez no harás lo mismo ¿¡Por qué no puedes responderme!?
─Lo siento, he hecho más de lo que puedo hacer, deberías hacerle todas esas preguntas a tu abuela ¿no crees?
─¿Qué tiene que ver mi abuela en todo esto?
─Mucho más de lo que crees, pero deberías preguntarle no llamándola abuela, empieza llamándola Abigail, la única que te va a responder nada más.
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No dejes que se marchite
Mystery / ThrillerSinopsis: Adara y Stella tienen una fascinación por las flores. En su antigua casa se encontraba un gran jardín con miles de ellas. Desde pequeñas se encargaban de cuidarlas y se han prometido que no pueden dejar que se marchiten jamás. Pero las co...