CAPÍTULO. 7

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GULF

Ha pasado ya un mes desde el evento de los señores Suppasit, hoy es sábado y mis hermanos vienen a cenar.

Baje a la cocina le había dicho a mamá que la ayudaría a preparar la cena, ella ya estaba ahí cuando llegue a la cocina, me regalo una amplia sonrisa.

—Ven voy a ponerte el delantal para que no te ensucies. —me acerque a ella y me ayudo a ponérmelo.

Lavamos nuestras manos para empezar a preparar la cena, hablábamos de cosas sin sentidos y como siempre ella con sus pésimos chistes alegraba la tarde.

Yo estaba ayudando a mamá a preparar la carne para la lasaña, prepararíamos una comida occidental.

No había encontrado el momento para hablar con mamá sobre el estado de su salud. Así que aprovechando que estamos solos tengo que hacerlo no puedo dejar pasar más tiempo.

—Mamá...

—Si, dime cariño. —dijo mientras meneaba la carne del sartén.

—¿Cuando irás al medico?, dijiste que irías cuando terminarás los compromisos.

Ella dejo de menear la carne y volteo.

—G-gulf...—me acerque a ella y apague la estufa.

—Mamá. —la tome de los hombros y la mire a los ojos. —tienes que checarte no puedes dejar pasar esto.

—Y-yo puedo acompañarte al hospital. —propuse.

—Cariño ya me siento bien, no te preocupes.

—Se que ya estas mejor mamá pero me preocupas.

Ella acepto a ir a una revisión médica, pero me pidió que no dijera nada hasta que supiéramos que era lo que tenía. Continuamos haciendo la cena el ambiente poco a poco se iba sintiendo más ligero y seguimos como si nada hubiera pasado, sabía que mamá prefería eso a seguir hablando sobre su estado, me encontraba un poco más tranquilo al saber que había aceptado ir al hospital.

Después de terminar de preparar la cena subimos a alistarnos, tan solo faltaba una hora para la llegada de mis hermanos.

Estaba saliendo de la ducha cuando escuche que tocaron la puerta.

—Gulf baja, ya llegaron tus hermanos cariño. —dijo mi madre a través de la puerta.

—Ya voy mamá.

Termine de secar mi cabello, me puse mis pantuflas y después baje hacia el comedor. Ya todos se encontraban sentados. Les sonreí a mis hermanos y ellos hicieron lo mismo.

Los extrañaba como quisiera que regresaran a casa. Así podría compartir más tiempo conmigo y tal vez papá dejaría de insultarme menos.

—Hasta que bajas, siempre eres un estúpido impuntual. —escupió mi padre cuando tome asiento.

—Lo siento... —dije en un susurro.

Sentí como mis ojos se humedecían, parpadee rápidamente para evitar que mis lágrimas salieran, mis hermanos voltearon a verme y les sonreí ligeramente para que no notaran que aquel comentario me hacía demasiado daño.

—Papá no lo regañes también acabamos de llegar. —dijo Zee.

—Tu no te metas. —dijo molesto mi padre.

La habitación se quedó en silencio por unos cuantos minutos hasta que las empleadas comenzaron a servir la cena.

El sonido de los cubiertos se hicieron presentes y me di cuenta que inconscientemente tenía mis manos apretadas, tome los cubiertos y en mi mano se podía apreciar las pequeñas marcas de mis uñas en ella.

❢𝐔𝐧𝐚 𝐋𝐮𝐳 𝐄𝐧 𝐌𝐢 𝐎𝐬𝐜𝐮𝐫𝐢𝐝𝐚𝐝❢Donde viven las historias. Descúbrelo ahora