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Comprometida a los 20 años con el hombre de mis sueños, aquel hombre que me demostraba amor en cualquier lugar y me hacía sentir de maravilla.

Sin embargo, no sería así para siempre.
Damián era el prototipo de hombre perfecto, atento y servicial, nos conocimos en el colegio, el de 17 y yo de 15. Mis papás lo amaron cuando lo conocieron, supuestamente les pareció un buen chico.

Luego de un par de años Damián y yo estábamos más unidos que nunca, me enteré de que su familia poseía una gran fortuna y realmente poco me importo eso, sin embargo, a mis papás les fascinó la idea de que yo terminara casándome y teniendo hijos de un hombre que próximamente sería millonario.

Al acabar la secundaria me propuso irme a vivir con él, lo dude mucho pero prácticamente mis padres me echaron de casa con la excusa que al lado de Damián no tendría que preocuparme por el dinero y ellos tampoco. No era una chica interesada, sino enamorada. Estaba completamente idiotizada con él y lo mejor era que lo sentía recíproco.

Cuando acepte irme a vivir con él esperaba que fuera en el mismo país donde nos conocimos, en Estados Unidos, pero decidió que irnos a vivir a Alemania sería más divertido y allá a él le seria más fácil digilenciar la marca de coches que ya estaba en su propiedad.

Fueron unos años increíbles, no me debía preocupar por nada excepto que por estar disponible todo el tiempo para mí prometido. Y casualmente eso fue lo que causo que yo perdiera interés en mi vida y empezará a darle prioridad a la vida de mi futuro esposo.

Hasta que llegó el peor día de mi vida.

Mí prometido estaba muy centrado en su trabajo y yo me sentía sola, así que en un arrebato salí de mi casa para ir a verlo. Vaya sorpresa me llevé cuando al llegar lo veo con otra mujer en una posición muy comprometedora. Inmediatamente Damián me alego el por qué estaba en su trabajo invadiendo ‘su’ espacio personal, me enoje demasiado pero no quise hacer un escándalo así que regresé a mi casa en llanto.

Llamé a mis padres y se sorprendieron tanto como yo, pero en vez de reconfortarme me dijeron que lo chantajeara. Que pusiera varias propiedades suyas a mi nombre o si no yo terminaría la relación, lo pensé y realmente fue una tonta idea, Damián tiene miles de mujeres que mueren por él, pero lo que me dijo mamá jamás se me olvidará.

—Los hombres son imbéciles por naturaleza, lo único que buscan es una mujer sumisa que se encargue del hogar mientras ellos rebuscan algo más debajo de las faldas de otras mujeres.— Dijo con desprecio. —Eres su prometida, la que vive con él, tú eres la legítima. No dejes que una mojigata te quite lo tuyo, perdónalo y demuéstrale que estás dispuesta a ser suya. Pronto verás como cae rendido ante tí.

Entendí que mamá solo se refería a lo rica que podría hacerme Damián si yo me casaba con él, y lo pensé muy bien para darme cuanta de que no tengo a nadie con quién huir ni para donde huir, todo el dinero es de Damián y no hay nada a mí nombre, así que tomé una decisión arriesgada y seguí el consejo de mi madre.

Tentatio || Fórmula 1 Sebastian VettelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora