XII

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—Señorita Alexia, la organizadora de eventos está en la sala.— Me dice Dorota, la ama de llaves.

—Dile que ya bajo, gracias Dorota.—

Termino de organizarme y bajo para encontrarme con la organizadora.

—Buenas tardes, mucho gusto conocerte.— La saludo.

—Mucho gusto, mi nombre es Paula.— Se presenta.

—¿Quieres algo de beber?— Le preguntó.

—Sí, por favor.— Responde.

—Dorota, llévame dos limonadas al jardín, por favor.— Le pido.

Vamos al jardín y Paula inspecciona el lugar, le digo que no quiero algo muy grande y ella me da algunas ideas que tomo en cuenta.
Luego nos sentamos en una banca a tomarnos la limonada.

—Permitame decirle que tiene una casa muy hermosa.— Halaga Paula.

—Gracias, vivo acá con mi prometido.— Le digo.

—Eso suena genial, aunque te ves muy joven para estar comprometida.— Confiesa.

—Sí, es cierto. Apenas voy a cumplir 21, pero conozco a Damián desde hace varios años.— Menciono.

—Y, ¿a qué te dedicas?— Pregunta con curiosidad.

—A ser una prometida.— Digo riendo. — No trabajo, Damián dice que no lo necesito. — Confieso.

—Envidiable.— Bromea entre risas.

—Tu acento es bastante bonito. Me gusta.— Halago.

—Oh, muchas gracias. Soy de Argentina.— Responde.

—Dios mío, tuve la oportunidad de ir una vez, es un país increíble y adoro su acento.— Confieso.

—Me alegro que te haya gustado, es un país muy bonito.—

—Claro que lo es.— Digo.

—Mañana vendré a esta misma hora, tengo que organizar algunas ideas y tú me dices que piensas acerca de las que te di.— Propone.

—Claro que sí, espero verte mañana aquí, es un gusto que organices mi fiesta.— Me despido de ella.

—El gusto es mío, nos vemos mañana, Alexia.— Se despide dándome un abrazo.

Voy hacia mi habitación y reviso mi celular para mirar si nadie me ha dejado un mensaje, y efectivamente no. Sebastian no ha respondido y no quiero llamarlo, posiblemente ni me responda la llamada así que decido dejarlo en paz, aunque tengo planeado invitarlo a él también a la fiesta de cumpleaños.

Al rato llega Damián del trabajo y va al baño a darse una ducha.

—Bajemos a cenar, estoy hambrienta.— Invito a Damián.

—No, Alexia. Estoy cansado, baja tú.— Dice con algo de enojo.

—Está bien.—

.....

Cuando despierto veo que Damián ya no está a mi lado así que supongo que está abajo desayunando. Me pongo una bata y bajo al comedor.

—Buenos días Dorota, ¿Damián ya se fue?— Le preguntó.

—Sí señorita, se fue bastante temprano.— Responde.

—Gracias. Aún no me sirvas el desayuno, comeré más tarde.— Le comento para volver a subir a mí habitación.

Llamo a Paula y enseguida me contesta. —Buenos días, que pena llamarte tan temprano. Necesito que vengas un poco más temprano, creo que en la tarde saldré.— Le digo.

Tentatio || Fórmula 1 Sebastian VettelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora