Capítulo IX Presentimientos

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Coral trato de consolar a la princesa con un abrazo y limpiando sus lagrimas, despues se levanto y tomo sus manos para levantarla de la cama. -Venga conmigo majestad, debemos empezar a prepararla si quiere ser una sacerdotisa de apolo, pero antes, debemos estudiar algunos aspectos importantes de Apolo, repasar algunos ritos básicos y sobre todo que esté muy bien informada sobre lo que está prohibido en el templo y en el culto-. mientras lo dijo, Nayrin se quedó sorprendida de la forma tan seria y estricta en la que Coral se dirigió a ella. Caminaron por todo el lugar hasta llegar a un gran mural donde estaba una imagen de Apolo luchando contra en el gran dragón Python, por un momento la sacerdotisa se detuvo frente a la pared, cerró sus ojos y empezó a recitar una antigua oración griega mientras tocaba el rostro de el dios lunar. De repente se escuchó un gran estruendo en la pared y poco a poco miraron como se separaba el dragón de Apolo, abriendo completamente todo el muro. 

-Adelante princesa, no tenga miedo-. 

Nayrin estaba temerosa de entrar en ese lugar,  una cueva completamente oscura, solo algunas antorchas lograban iluminar el espacio, en medio había una estatua de Apolo completamente desnudo y tocando el arpa, debajo se podían observar flores de todo tipo, aceites, frutas, inciensos. 

Coral llevó a la princesa a una pileta con agua y flores que estaba enfrente de la estatua, entonces le pidió a su alteza que se desvistiera para entrar en ella, Nayrin entro poco a poco hasta sumergirse completamente, tomando el agua entre sus manos para frotar su cabeza, cara y hombros. Una vez que salió, la sacerdotisa tomándola de los hombros, hablo hacia la estatua de Apolo.

-Oh, padre mío, mi hermoso dios lunar, traigo ante ti

esta hija tuya, que está dispuesta a servirte en todo 

momento, lugar y circunstancias, permíteme 

prepararla para ti, para que pueda honrarte en todo 

lo que tu dispongas y necesites.


Si ella no es elegida tuya, o un buen elemento 

para servirte, danos señales y siendo así desistirá 

de estar a tu lado-. 


Entonces vino un fuerte viento en toda la cueva, de una manera inexplicable, pues no había donde entrara la luz de Helios, apagó todas las antorchas quedando a oscuras completamente, cuando miraron la pileta, esta comenzó a iluminarse de manera hermosa y casi sobrenatural, el agua parecía de los mismos dioses, brillando con un azul neón precioso. 

Coral y Nayrin se quedaron sorprendidas ante el hermoso espectáculo que estaban admirando, pero a la vez sintieron frío y temor, así como el agua brillo, se empezó a tornar oscura como petróleo. 

La princesa se asustó mucho y salió corriendo. 

Coral enfrentó al dios luna y le dijo: 

-Padre, no pienses hacer lo que yo creo, ella es pura y casta-. No voy a permitir que hagas con ella lo mismo que hiciste con Pythia. Ya basta. 

En los Brazos de ApoloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora