La sacerdotisa llevó a la princesa a un santuario secreto detrás de la estatua de Apolo, entre aromas a lavanda, azufre, miel e incienso. Pitia estaba realmente intrigada pues jamás imaginó que una princesa como Nayrin quisiera ser parte de las vírgenes del dios lunar, lentamente se acercaron a una gran fogata que por debajo de ella emanaban gases de la tierra, alrededor había antorchas y grandes estatuas a los dioses más poderosos. Pitia le ordenó a la princesa que se sentara a su lado y con la vista fija en las llamas.
-Quedate junto a mi, princesa, pues lo que ahora espectarás no es obra mía, sino de nuestro amor y señor Apolo-. Nayrin quedó completamente en silencio tratando de mantenerse concentrada en el místico momento. Pitia tomo de una pequeña olla de barro que estaba cerca de ella, un puñado de azufre, y repitiendo una oración antigua echo el polvo al fuego. En ese momento se sintieron en el santuario viento helados y amenazadores, que tiraron vasijas y estatuas de los antepasados.
El fuego creció hasta el techo transformándose en espiral con un azul claro llameante, Pitia se levantó y puso sus manos en el cielo, pidiendo a su madre Hécate y a su padre Apolo, revelar el destino de quien aseguraba ser digna de estar en el templo. Entonces bajo sus manos y empezó a manipular el fuego, sin quemarse.
-Princesa Nayrin, hija de Eliseo y creación de Apolo, escucha con atención cada una de mis palabras, pues esta es la profecía que los dioses tienen para ti y no habrá nada que puedas hacer para impedir tu destino-. Se dirigió a Nayrin con una mirada retadora y llena de temor.
-Dentro de cuatro lunas, seras la mejor sacerdotisa que todas, incluso más que yo, podrás tener contacto con la divinidad y desarrollar habilidades nunca antes vistas en siglos por los ancestros, estarás dotada de belleza e inteligencia, muchas personas van a desearte y otras van a destruirte, sobre todo una mujer, estará muy cerca de ti, tu padre estará orgulloso de ti hasta el dia que mueras, tendrás dos hijos hermosos llenos de belleza.-
-¿Quien es el padre de mis hijos? oh gran sacerdotisa-.
Pitia miró con atención el fuego manipulandolo cada vez más cerca, de manera inesperada vio la figura de un gran hombre con gran belleza y voz fascinante, entonces Pitia quito la mano de inmediato. -No, esto no puede ser, sabe que está prohibido-. ¿Que viste mujer dime?-.
-Vete, vete de aquí princesa y no regreses jamas, tu misma te harás daño, este lugar no es para ti, ni lo será nunca-. Empujando a la princesa con ira y desprecio.
-¿Pero que paso? ¿qué viste? ¿quien sera el padre de mis hijos?-. Nayrin gritaba con desesperación, entonces empujo tan fuerte a Pitia que resbaló y se pegó el cabeza.
-Pitia, ¿estas bien? oh por Apolo perdoname, perdoname-. tomando su cabeza y colocándola en sus piernas.
-Princesa, es el...-.
-¿Quien el? Pitia, hablame por favor, estarás bien-.
Pitia hizo una leve sonrisa y dijo: -Nuestro amo y señor, de la música, la danza, la luna y las artes, Apolo. Apolo será el padre de tus hijos, pero debes tener cuidado por que el...
En ese momento Pitia desmayó y quedó inconsciente.
Queridos lectores: Dejo este pequeño segmento para informarles que a partir de este capítulo se agregaran algunas ilustraciones a la historia, para darle un toque especial a este libro.
Espero sea de su agrado.
Con cariño Natalia.
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En los Brazos de Apolo
RomansaUna historia de amor prohibido entre Nairyn la hija del rey Eliseo de Troya y el dios más amado, Apolo. Sumérgete en esta historia llena de romance, pasión, esoterismo, devoción, desilusión, melancolía y sobre todo seducción