Capítulo VIII La Hija de Apolo

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Nayrin cuido a Pitia toda la noche, debido al golpe en su cabeza tras la caída por haberla empujado, la princesa la recostó en un pequeño almohadón que había en los dormitorios de las sacerdotisas, la colocó a un lado del fuego y curó su herida en el cráneo. Cuando la diosa Nix finalmente le dio el paso a Helios para iluminar la tierra con sus radiantes destellos dorados, la hija de Eliseo se dio cuenta que Pitia no reaccionaba, al ver su cuerpo ante la luz del sol, se percató que estaba más tibia que cuando la había recostado y su piel estaba más pálida, que las columnas de mármol del templo. Se sintió tan culpable por el momento de impulso que tuvo, solo para saber, quien seria el padre de sus futuros hijos. 

Nayrin se levantó con llanto desesperado y fue corriendo a los aposentos de las vírgenes del dios lunar. 

-!Ayudenme, por favor, ayudenme¡, !hijas de Apolo, ha ocurrido algo grave, por favor, les suplico que vengan!-. La princesa se arrodillo en los aposentos y comenzó a sollozar con fuerza. 

De pronto se escucho que mucha gente corría mientras murmuraban, Nayrin estaba completamente fuera de sí, se sentía tan culpable por lo que le hizo a Pitia, cuando de pronto escuchó una voz, que a su vez con fuerza la levantaba de su brazo derecho. 

-!Princesa!, !Por Apolo, ¿que ha ocurrido?¡, ¿majestad, está usted bien?, dígame qué ha pasado, ¿por que hay sangre en sus manos?-. La sacerdotisa estaba realmente asustada por lo que veía, entonces pensó que Nayrin pudo haber cometido un acto atroz. Mientras la princesa lloraba desconsoladamente y sin aun poder entrar en razón, Coral, la virgen de Apolo le dijo a una de sus hermanas: 

-!Creta, ve a buscar a Pitia, temo que algo mucho más grave de lo que me imaginaba ha sucedido¡ !pero hazlo ya, su vida corre peligro¡, !no podemos quedarnos sin la sacerdotisa suprema¡-. Entonces sentó a Nayrin en su propia cama, las demás vírgenes de Apolo estaban aterrorizadas no tenían idea de lo que había pasado. Mientras, Coral trataba de calmar a la princesa y hacerla entrar en razón, para que pudiera hablar y decir lo que pasó. 

Entonces, llegó Creta corriendo desesperadamente entre súplicas, pidiendo el perdón de Apolo y Zeus, pidiendo misericordia para Pitia y para quien la atacó, con mucha fuerza abrió las puertas de los aposentos sollozando y gritando con agonía. 

-!Está muerta!, !Pitia está muerta!, !Está muerta!, !las moiras han cortado su estambre!, !se acabo!, !no puede ser! !no puede ser!, !Apolo, padre mío ten misericordia para este acto tan atroz!-. elevando sus manos al cielo llenas de sangre. Después, Creta cayó frente a sus hermanas, quedando inconsciente. 

-Llévensela hermanas y cuiden de ella, pobrecita, Pitia era como su madre-. Coral se limpió algunas lágrimas de sus ojos y  enfocó su mirada en Nayrin. 

-Princesa, seré gentil contigo, pero necesito que hables con la verdad para que nuestro padre y los dioses tengan misericordia de ti y puedan hacerte un juicio digno, ¿que paso?-. 

Nayrin limpio con un pequeño pañuelo de seda sus lágrimas y  su cara para tener un aspecto decente. -Llegue ayer en la mañana, cuando Helios estaba en su mejor punto, entre al templo y Pitia fue quien me recibió, le había dicho que sería digna de ser parte de las vírgenes de Apolo, mi padre hace muchos años le pidió que le diera una hija, entonces al poco tiempo nací yo, además me narró cómo  apareció una mujer ante él, algo parecido a una musa, dándole profecía-. Nayrin se dio cuenta que no podía relevar toda la dicho por su padre, porque al hacerlo, Coral y las demás mujeres, no permitirían que se quedara en el templo, seria una aberracion y falta de respeto al culto. Mejor continuo con lo que paso con Pitia. 

-Bueno, después de que hable con ella, me llevó al pequeño santuario donde está la gran hoguera, empezamos a hacer la ceremonia para saber cómo sería mi destino y si era digna de estar en el templo, después, no se que paso, ella quito su mano del fuego rápidamente, se fue hacia atrás y  resbaló en el borde de la hoguera, entonces cayó, golpeándose muy fuerte en la cabeza y comencé a ver sangre por todo el piso-. La cara de la princesa comenzó a mostrar temor y preocupación. 

-¿Por qué no nos avisaste princesa?, podíamos haber ayudado y sobre todo haberla salvado-.

-No avise porque ella aún estaba consciente, estaba durmiendo y yo misma cure su herida, pueden verlo en su cabeza, pero ya amanecio asi, muerta-. Nayrin tapó su cara mientras lo decía entre lágrimas. 

-¿Sabes que vio Pitia en el fuego?, ¿pudo decirtelo?-. -No, ya no pudo decirme nada, cuando cayo se quedo inconsciente. 

-Perdona que lo diga princesa, pero mi gran sacerdotisa vio algo muy grave en tu destino, para que algo así haya ocurrido, murió por ti, pero no te preocupes, porque de ahora en adelante te prepararemos para que tomes su lugar, ella dejó este mundo sirviendo a Apolo y a su vez a ti majestad, no seras una gran sacerdotisa como ella de golpe, no, será paso a paso, asi que considerate desde ahora hija de Apolo. 

 

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