-Pequeños-

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Amaba el leve olor dulce que desprendían las flores rosas que se encontraban a su alrededor,tan pequeñas y frágiles,bellas y encantadoras que con solo su aspecto y aroma atraería a cualquier curioso amante de la naturaleza.

A pesar de su corta de edad de 8 años, él sabía disfrutar de los cortos pero bellos momentos que le brindaba la vida,como ahora. Se encontraba sentado al pie de un árbol que se ubicaba en el patio lleno de pasto de su primaria. El constante ruido de sus compañeros jugando nunca fue un impedimento para poder relajarse y tomarse un tiempo solo para él,alejado de todo ser que se atreva a interrumpir su tranquilidad.

Los vientos juguetones acariciaban su rostro y hacían danzar su cabello azabache.

Su paz fue abruptamente interrumpida por gritos que se escuchaban muy cerca de él, exactamente en un pequeño callejón entre los baños y la clase de artes. Se acercó con sigilo,a ver qué pasaba,tal vez sus compañeros habían encontrado alguna pobre rana que ahora estaba sufriendo por sus manoseos y gritos asqueados. Pero grande fue su sorpresa al ver a un niño no mucho menor que él.

Los conocidos matones de su institución educativa le estaban arrebatando todas sus pertenencias al pequeño mientras se reían a carcajadas y él solo se quedaba mirando al suelo sin saber que hacer,sin poder defenderse o si quiera mirar a sus agresores. Pero muy al contrario de lo que creerán,no era débil. Sí,tal vez en el aspecto físico,pero cuando se trata de agresión verbal nadie le gana.

-Ya te la sabes Stevenson,traes la paga o contra nosotros te la agarras-

-Es Steve,no me intimidan tus estúpidas amenazas-

-Ah,¿entonces quieres jugar,eh? Bien,tienes tres segundos para correr-

¿Qué debía hacer? No es como si pudiera intervenir,no es de su incumbencia.

Uno...

Pero,no debería dejar que lastimen a alguien.

Dos...

Aunque,¿y si empezaban a fastidiarlo a él también?

Y...

¡¿Qué hago?!

Tres!

-Eres un malagradecido,te doy la oportunidad de huir y tú-

-¡Déjalo en paz!- gritó a todo pulmón en amante de las flores.
Puede que se haya equivocado en su decisión,pero ya era muy tarde para arrepentirse. No pudo resistirse al ver el rostro determinado del chico a pesar de haber recibido notables golpes por parte de los agresores.

De alguna forma,le gustaba su perseverancia,el hecho de no dejarse dominar tan fácilmente,de luchar por lo que quiere.

El de gafas redondas se quedó atónito ante las palabras ya mencionadas,¿realmente le importaba a alguien? No. Entonces,¿quién era él y qué estaba haciendo ahí? No lo conocía,ni siquiera su rostro le sonaba. Lo estaba ayudando sin pedir.

Inconscientemente soltó una leve sonrisa al percatarse de que aquel extraño lo estaba defendiendo de alguna forma u otra.

-Un metiche,que bien,premios dobles-

-¡Atrévete a decir eso de nuevo!-

-Anda,pelea por tu amiguito,si es que tienes agallas-

John,sin pensarlo dos veces,se tronó los nudillos dispuesto a llegar a los golpes.

-¡Vas a tener la paliza de tu vida!-

[...]

-Eres un tonto muy genial con ropa blanca y negra-

Agarró un algodón de la enfermería y procedió a desinfectar la herida con agua oxigenada. Tal parece que los planes de nuestro héroe resultaron fallidos,ya que él perdió la disputa y a cambio recibió infinidad de golpes por todo su jóven cuerpo.

-Valió la pena por defenderte- respondió débilmente. El solo resistía el ardor que sentía sobre su piel.

-Niño,no te conozco - dijo el menor de ambos mientras buscaba alguna venda con la cuál cubrir la herida abierta de su brazo.
Con varias vueltas y con ayuda de un clip especial, finalmente pudo envolver correctamente la herida; a la vez,colocaba más vendajes y curitas en los pequeños arañazos que había recibido. Limpió con delicadeza la sangre que escurría de su labio y acarició sus mejillas en busca de alguna herida abierta la cuál pudiera desinfectar. Afortunadamente,no encontró ningún rastro de estas y ya toda la sangre había sido limpiada.

-No podía dejar que te lastimen porque...- buscaba algún tipo de justificación,la verdad no sabía ni la razón por la cuál se atrevió a interrumpir y a defenderlo a pesar de fracasar en el intento.-¡Esos lentes deben costar muy caro!-

-¿Bien...?- pronunció, alargando la vocal "i".
-Gracias por curarme, debí haber llamado a alguna profesora-

-No te preocupes, entiendo que fue la reacción al momento-
El pequeño lleno de vendajes sacó de uno de sus bolsillos lo que parecía ser una muy maltratada flor,que a pesar de todo, seguía siendo bella. Se la ofreció a su acompañante con cuidado y este aceptó gustoso.

-Es bonita, porque a pesar de estar a punto de morir,sigue luchando,como tú- Hizo una pausa, tomó la mano del contrario y puso en ella la pequeña flor.- Tú también luchas,eres admirable para mí- dijo para finalmente soltar una leve risa.

El otro se quedó pensando durante unos instantes para luego recibir a la delicada planta en su mano. -Steve- dijo

-¿Qué?-

-Ese es mi nombre- dijo sonriéndole al contrario a modo de agradecimiento

-Oh,John,que lindo nombre-

El menor solo soltó una risa para después abrazar con cuidado a su ahora amigo, procurando no lastimarlo.

-Gracias,otra vez,por defenderme- dijo pegando su rostro al pecho del contrario,en busca de calor y consuelo.

-De nada,Steve- dijo, correspondiendo al abrazo de su amigo, quién diría que desde aquel momento serían inseparables.

F I N

-¿Esa historia es real papá?-

-Pregúntale a tu papi Steve, cielo-

El pequeño Pico se preparó para dormir, poniéndose su pijama y siendo arropado por su padre,el capitán Tankman.

-¿Cómo está mi pequeño dinosaurio?- dijo Steve,entrando a la habitación del menor.

-¡Papi,quiero ir la historia de nuevo!-

-Bien,bien pequeño-

Se sentó junto a su pareja y ahora ambos juntos,empezaron a narrar su historia.

¡I love you,asshole! |Cortos| [Tankman x Steve]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora