—Bienvenida a nuestra agencia de modas, señorita Génesis.
—Ah, sí. Vine a ver a Levi, me citó en este lugar y supongo que está en su despacho.
—El joven Levi aún no ha llegado, pero me solicitó que la conduzca al estudio para que puedan peinarla y maquillarla.
—¡Excelente! Llévame entonces.
Al conducirla al estudio, todos quedaron asombrados al ver a Genesis. Quién imaginaria que la chica era más alta en persona. Sorprendidos, se levantaron rápidamente y la hicieron sentarse.
—Para esta sesión de fotografías, según me informó mi jefe, le realizaremos un peinado de trenzas largas; sus hebras castañas son realmente hermosas.
—Solo evita tocarlo demasiado; mi cabello es propenso a dañarse con tus manos.
Sorprendida por la declaración de Génesis, decidió limitarse a realizar su trabajo. Tomó un peine y comenzó a pasarlo por su cabello.
~Recuerda, todo el cabello que recojas, colócalo en esta bolsa. Llámame cuando hayan terminado con todo.~
Rememoró la indicación de su jefe y procedió a poner todo el cabello en una bolsa sin que la chica se percatara.
—¿Estás lista? ¿Te agrada?
Génesis abrió los ojos ampliamente, molesta se levantó y agarró la mano de la estilista.
—¿Qué? ¿Estás loco? Claro que no. Me veo horrible.
—Has firmado un contrato, ¿verdad? Entonces, soy yo quien decide qué peinado te favorece. Por favor, maquillen rápido a la señorita.
Tomé rápidamente la bolsa y abandoné el estudio, acelerando mi paso hacia la salida. Finalmente, tenía una prueba; veamos quién eres realmente.
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Los días transcurrieron velozmente; Hange y Levi se conocían cada vez más. Kutchel insistía en conocer a Hange, y ella aceptó con gusto.
Siempre había anhelado este momento, la oportunidad de conocer a la madre de Levi había llegado. Hange se sentía un poco nerviosa, ya que no solo conocería a la mamá de Levi, sino también a su prima y a su tío, a quien Levi llamaba entrometido.
Pov Hange
Estaba preparada, aguardando la llegada de Levi. Nanaba y Rico me ayudaron en mi arreglo, eligiendo un vestido ceñido al cuerpo. A pesar de mi aversión por los vestidos, entendían que esta ocasión era especial. Opté por un vestido de color negro, no demasiado largo ni corto, todo iba según lo planeado. Simplemente, apliqué brillo en los labios, rizé las pestañas, y listo, ya estaba lista. Ahora solo esperaba la llegada de Levi para dirigirnos a su casa.
