Capitulo Nueve - Te Contacte

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Al abandonar mi hogar, observé el firmamento; se encontraba completamente cubierto de nubes, indicando la proximidad de una tormenta. Sin dirección clara, una idea surgió en mi mente: Nanaba.

Debería estar en su residencia, lo más probable. Aunque la noche ya había caído, las nubes en el firmamento sugerían la llegada de una tormenta intensa. No podía quedarme en la calle, ¿qué ocurriría si se desataba un huracán?

Estuve reflexionando sobre todo lo que me ocurrió, especialmente lo relacionado con mi madre. ¿Cómo confiar en una forastera que llega de repente y pretende ser su hija? No creí ni una palabra; estoy convencida de que manipuló las pruebas de ADN para engañar a mi madre. ¡Maldita sea!

Al llegar a la residencia de Nanaba, su rostro reflejó sorpresa al avistarme. No pude contener las lágrimas; ella me envolvió en un abrazo lleno de profunda preocupación y me inquirió sobre lo que me había ocurrido.

—Hans, estás completamente mojada. Se avecina un huracán fuerte. ¿Qué hacías a estas horas de la noche afuera? ¿Tuviste algún problema en casa?

—Me echaron de casa... –Baja la mirada y lágrimas escapan de sus ojos–

—No lo puedo creer... ¿Tu madre perdió la razón? Esa chica, desde que llegó, ha desencadenado el caos en tu hogar. Tu madre se ha vuelto malvada...

—¿Recuerdas cuando te hablé sobre un chico, y dijiste que a veces los sueños se hacen realidad?

—Ah, sí, claro. Me tomaste por loca. ¿Qué pasa con eso?

—Tenías razón, él existe. ¡Es real, Nanaba!

—¡¿Qué?! ¡Lo sabía!

Nanaba comenzó a compartir por qué creía en eso. A veces sentía que podía prever momentos, como si experimentara déjà vu, pero ella veía todo lo que soñaba. Algo así como una "bruja", como le llamó Hange.

—¿Qué piensas hacer ahora que conoces al chico?

—No pienso buscarlo... Pasé por una gran vergüenza después de que Génesis montó un espectáculo.

—Mocosa del demonio, te ayudaré a descubrir la verdad sobre ella. Por ahora, te quedarás aquí conmigo. ¿Quieres acompañarme mañana?

—Claro, quiero averiguar sobre esa mocosa.

—Por supuesto, así será.

Al llegar a la residencia Ackerman, Levi no dudo en increpar a Kenny

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Al llegar a la residencia Ackerman, Levi no dudo en increpar a Kenny. No solo arruinó sus planes para esa noche, sino que también lo hizo perder de vista al amor de su vida. Ahora solo le quedaba buscar a Zeke y preguntarle exactamente dónde residía esa mujer hermosa de cabellos castaños.

—¿Estás desquiciado, enano? ¿No escuchaste cómo su jefa le reclamaba?

—Ella no es una criada, Kenny, maldición. Todo esto es culpa tuya. Te juro que si no la encuentro, me largo de esta casa.

—Hazlo y perderás todo.

—Por ella, soy capaz de cualquier cosa.

Kenny, sorprendido al escuchar a Levi, abrió sus ojos como platos.

Pov Levi

Me encaminé hacia mi habitación, cerrándola con fuerza. Estaba exhausto, deseaba salir a buscarla, ¡pero a dónde diablos podía haber ido?! Zeke, él debe saberlo, ahora mismo lo contacto.

Encendí mi celular y busqué su contacto. Al marcar, en la primera llamada no respondió; en la segunda, finalmente contestó.

—Zeke, si te llamo no es para molestar, esto es serio.

—El gran Levi, ¿llamándome? Creí que preferirías volverte loco antes de hacerlo. Bueno, te escucho.

—¿Dónde está Hange? Necesito contactarla, por favor.

—¿Para qué? ¿Acaso eres amigo de ella?

—No estoy para bromas, Zeke. Hablo en serio. ¿Tienes su número o sabes la dirección de su casa?

—Sí, tengo su número, pero con una condición.

—Tch ¿En serio? ¿Qué mierda me vas a pedir?

—Solo no la lastimes. Ella es mi amiga. Te cuelgo. –Cuelga la llamada y le envía un número a su chat privado.

¿Desde cuándo el simio tenía amigas? Seguro ella lo rechazó. Bueno, ahora sí debo contactarla.

Pero, ¿qué se supone que le diga? Por ahora, solo le diré hola.

—Hola.

Me senté en mi cama y esperé a que contestara el mensaje, pero supongo que a estas horas de la noche está durmiendo. No sé por qué la molesto; juro que nunca me había sentido así. Todos rogaban por estar conmigo, y ahora soy yo quien busca a una sola mujer.

Mientras tanto, Hange terminaba de colocarse la pijama cuando escuchó el sonido de su celular. Prendió la pantalla y pudo ver un número que no conocía, solo decía "Hola".

—Mmm, no conozco este número... Supongo que se habrán confundido, tal vez. Veamos.

Decidió responderle con un emoji de confusión y, al final, un "¿Hola?"

Al recibir el mensaje, Levi no dudó en contestar:

—Sé que no me conoces, yo tampoco, pero te he podido divisar en mis sueños. Es sorprendente, créeme que soy una de las personas que más detesta el contacto físico. Disculpa si toqué tu mano, tal vez te incomodó.

Hange abrió los ojos sorprendida. Era... LEVI. ¡Oh, por el universo!, era él. ¿Qué se supone que debería responder?

—¿Yo también te he soñado? —probablemente solo escribiría eso—

—Ah, hola, eres tú. Bueno, supongo que a veces las personas nos sorprendemos al ver algo que, a través de nuestros sueños, es irreal. Yo también te he soñado, Levi.

—¿Crees que nos podemos ver mañana? Necesito hablar contigo.

—Ok, dime la hora.

—¿Estaría bien en la tarde? Como a las 5, tal vez.

—Vale, te veo a esa hora. Buenas noches, Levi.

Mis sueños se hicieron realidad. Ambos inmersos en el mismo pensamiento, miraron hacia arriba y con un leve sonrojo decidieron acostarse a descansar.

Continuará...

Los sueños si se hacen realidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora