🍂Capítulo 1🍂

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Hay veces que
Mi alma baila tangos con la soledad
Y necesito de tabla tu amor
para asirme a ella en mi tempestad...

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"El accidente en carretera se produjo debido a que el conductor del vehículo azul perdió el control por fallas mecánicas, cuando intentó esquivar un ciervo que se cruzó en el camino según las cámaras de vigilancia, lo que lo llevó a colisionar contra la luminaria que se aprecia en pantalla.

Aparentemente el líquido de frenos se había drenado por completo en una fuga casi imperceptible según las autoridades que revisaron la escena.

El conductor fue identificado como Kim-Jeon Jungkook, esposo del CEO Kim Taehyung y vice-presidente de Corporación Kim. Pese a que no infringió daños a terceros, él recibió todo el impacto. Los paramédicos han intentado reanimarlo en dos ocasiones ya pero sus signos vitales han quedado en cero..."

La voz de lo que recuerda alguna vez fue la reportera del noticiero narrando el accidente de su esposo se calló apenas abrió sus ojos.

Casi diario la pesadilla era la misma pero despertó ya que era la cuarta vez que a las cinco de la mañana la alarma de un reloj resonaba en toda la habitación que, en ese momento, se encontraba aún envuelta en penumbras.

Marcaba incesantemente el anuncio de un nuevo día pero eso no lo convertiría en uno mejor. El tono era irritante y ensordecedor, cualquiera que lo escuchara la apagaría inmediatamente, pero el hombre que se encontraba muy cómodo bajo todas esas sábanas, que se supone lo cubrían del aire helado que hacía en su dormitorio, la utilizaba como su penitencia inicial.

Diariamente, Taehyung ocupaba elementos que, cualquier persona en su vida diaria no prestaría relevante atención, para torturarse a sí mismo lo más posible; de inicio a fin, todos los días, sentado o de pie, buscaría constantemente la manera de infringirse daño mental, emocional o físico, cualquier cosa que le hiciera pensar "merezco esto... yo y solo yo, siempre debí ser yo".

Con obvia pesadez sacó su brazo de las cobijas, para detener el fastidioso sonido y una vez que logró su cometido el silencio mortal hizo presencia, no se escuchaba nada más que los latidos de su corazón y su respiración con tanta parsimonia pero incluso eso lo llegaba a colocar de mal humor. Él simple hecho de escuchar a su propio organismo trabajando le irritaba.

Retiró las sábanas de su cuerpo, talló su rostro con ambas manos para terminar dando un suspiro de tal forma que parecía haberse rendido de ese día sin siquiera iniciarlo.

Antes de cualquier otra acción, llevó su diestra hacia el espacio vacío a su lado, un espacio que permanecía frío y un poco mejor arreglado que el lado que él ocupa, ya que nadie estaba ahí, ni lo estuvo en mucho tiempo ya.

Brindó una caricia, su rostro reflejando nostalgia, anhelando que otro cuerpo pudiera ocupar ese lugar y no cualquier cuerpo, era uno en específico que necesitaba de regreso. Pero sabe que no será posible.

Siempre despertaba de ese mismo modo, su diario vivir desde hace un tiempo ya. Ello acompañado de los sentimientos de culpa que jamás abandonarían sus pensamientos, los dejaba fluir porque sabe que merece castigarse así.

Si la vida se las había arreglado para no haberlo hecho pagar a él todos sus pecados, entonces él mismo tomaría el látigo y azotaría su espalda hasta sangrar.

Salió de su cama, con un rostro neutro y caminó en dirección al baño, lugar donde podía ver a su verdugo y a la persona que más odia en el mundo. Se sostuvo del lavamanos, respirando pausadamente y tratando de tomar valor de alzar la vista y ver una vez más a ese hombre de cabello castaño, piel ligeramente acanelada, lunares que alguna vez alguien le dijo que decoraban su rostro con gracia y belleza, además de un par de ojos oscuros, llenos de desdicha, malditos a su parecer y si pudiera o tuviera el valor de hacerlo los arrancaría para nunca tener que verlos otra vez.

Pensando en Ti || TaeKookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora