Pensando en Ti || TaeKook

🍂Capítulo 11🍂

♪...Pensando en ti
Acuno mi alma pensando en ti...♪

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— Siempre te odie. —el silencio sepulcral que le siguió a esa confesión no se hizo esperar. Taehyung lo vio sin sorpresa alguna, pues no esperaba una respuesta distinta por cómo se dieron los hechos. —Siempre te vi como un perdedor, ¿sabes? Una mosca muerta sin propósito alguno, un objetivo fácil de manipular para lograr algo. Y sí, te quise usar, ¿era eso lo que querías escuchar?

Taehyung se mantenía impasible ante cada palabra que salía de la boca de Namjoon, a quien consideró su compañero y más leal amigo.

Aparentemente para el otro no significó nada la amistad que mantuvieron todo ese tiempo, pero a él le dolía, con toda su alma o lo poco que queda de ella, por supuesto que dolía. En una sola semana había perdido a sus padres, los recuerdos de su esposo que mantenía en su hogar y ahora a su mejor amigo.

En serio, ¿qué más necesitaba perder? ¿Acaso toda su vida sería así?

Dos días después que la verdad salió a la luz y las investigaciones de Jungkook y Hyunjin finalmente habían revelado a su culpable, Taehyung se encontraba en una correccional menor, en dónde Namjoon esperaba la audiencia del juicio al que será enviado. Necesita que confiese los motivos de sus actos y sobre todo saber si actuó solo, movido por la avaricia y envidia, pero está seguro que alguien más tuvo que haberlo empujado a cometer tales actos.

Bajó la mirada brevemente, rompiendo el contacto visual que mantenía con Namjoon, la situación en la que ahora se encuentra no pudo evitarle recordar su juventud. Esa plagada de gente falsa y mojigata.

Harán más de diez años ya, cuando era un adolescente ingenuo y se permitió rodear de amistades en su instituto que únicamente le invitaban a fiestas o reuniones porque querían que él les proporcionara todo. Y cegado, ante el absurdo e infantil deseo de querer encajar y pertenecer a un grupo, cumplía con sus caprichos; los llevaba a los mejores bares, consumían el mejor licor y obtenían los beneficios VIP de lugares a los que no cualquiera tenía acceso. Pero la posición social que él ocupaba fue más su perdición que algo de lo que realmente le gustara presumir y cada vez que llegó a necesitar de alguna persona en ese círculo social todos le dieron la espalda. Pero al notar eso, bajo los consejos de su preocupada madre, él también decidió hacer lo mismo en una ocasión que habían intentado invitarle a una fiesta.

«Trae el licor y la comida, de esa de buena calidad que consigues, aquí te esperamos todos».

Formó una mueca de asco al leer ese mensaje, ahora que sus ojos habían sido liberados de la venda tejida por la inocencia e inexperiencia que los cubría.

Procedió a confirmar su asistencia, más esa noche nunca salió de su habitación pese a las toneladas de mensajes y llamadas que estuvo recibiendo por parte de todos los miembros.

Se dio cuenta que era mejor estar solo, no necesitaba de falsas compañías que le pudieran meter a problemas eventualmente.

Sus pensamientos lo llevaron a evocar una breve conversación que había sostenido hace tiempo con Seokjin, su hermano mayor, cuando lo encontró llorando una vez en la terraza de la casa que, en aquellos años, pertenecía a la familia Kim completa.

«La gente siempre nos va a utilizar y engañar, por eso debemos tener cuidado con quiénes nos relacionamos».

Entonces lo entendió en aquella ocasión que Seokjin lloraba por su corazón roto y defraudado. Su hermano y él probablemente serían el objetivo de todos aquellos que buscaran saciar el morbo de juntarse con alguien "poderoso", ambiciosos y animales carroñeros en espera a devorarlos apenas tengan un momento de debilidad, tal vez en escenarios y situaciones distintas, pero rodeados de hipocresía al final. Fue ahí cuando nació su temor a socializar y peor aún; el de buscar una pareja.