Hace cuatro años, a Kim Taehyung un accidente automovilístico le arrebató de su lado al amor de su vida.
Su pasado, guarda como un tesoro todas las vivencias que tuvo junto a Jungkook.
Su presente, es una rutina diaria que pasará en soledad, como su...
Una noche llena de magia, repleta de sentimientos y una confesión de amor significativa. Dos corazones que latían con fuerza, retumbando tanto que podían sentir su eco en el pecho del contrario y cada mirada de amor compartida; eran versos en el poema de su historia. Esa historia que están iniciando a escribir, ese capítulo que tanto habían anhelado marcar con su propia tinta indeleble y dejar huella en la vida del otro.
Ese momento que se sintió efímero, en un abrazo que fue una respuesta más fuerte y clara al "sí quiero compartir un fragmento de mi vida contigo" que la misma frase declamada con su voz. El mundo se redujo a dos almas, unidas por un hilo invisible pero irrompible, ese que se acortó lo suficiente para permitir que estos amantes pudieran finalmente cruzar sus caminos.
Fue así, en esa noche de cielo estrellado y bajo la luz de aquel corazón púrpura que logró opacarlas un instante, que se selló un pacto silencioso: el amor sería su guía en este viaje desconocido que, lejos de provocarles algún temor, les genera las más altas expectativas.
La reacción natural que tenemos ante lo nuevo por conocer es el miedo, porque no sabes a qué te estás enfrentando y cómo esto podría llegar a cambiar el curso de tus objetivos que, posiblemente, ya tenías esquematizados en tu plan de vida.
Sin embargo, donde unos ven oscuridad, imaginando el peor de los escenarios dentro de esa niebla densa que tú mismo creaste, y siendo producto de la negatividad que te genera el adentrarte a lo desconocido; otros ven la oportunidad de encender una linterna en esas penumbras y hacer figuras con las sombras que se proyecten en alguna superficie a medida que avanzan. Y su viaje, aparentemente sin fin, se convierte en una experiencia acogedora.
Es cuestión de perspectiva y de la energía que quieras transmitirte a ti mismo y, en dado caso de estar acompañado, brindarle confianza a esa persona para cruzar las tinieblas. Para cuando ha concluido el camino, volteamos atrás y nos damos cuenta de que aquel pequeño túnel, que en su momento parecía reducido y tenebroso, ahora se ve incluso menos estrecho e iluminado. Porque lo hemos cruzado con confianza y si alguna vez debemos regresar por ese mismo lugar, lo haremos con la certeza de que su interior no es más que un sendero conocido, forjado por la experiencia.
Jungkook y Taehyung definitivamente son esa pareja que jugaría en hacer figuras de sombras si cruzaran por un espacio lúgubre. Ambos tienen el objetivo mental de buscar lo mejor y la comodidad, tanto para sí mismos como para el otro.
Si bien la transición de ser casi algo a pareja oficial no haría mayor cambio que darle un nombre oficial a su relación, es irrefutable el hecho que de ahora en adelante se tendrán más confianza, comunicación y la creación de nuevas memorias por vivencias que hoy en más serán en pareja.
Taehyung dijo la verdad, adora con su vida a Jungkook. Todo el esfuerzo académico y semi laboral que lleva con su padre en la empresa, es porque espera darle un futuro cómodo a su -ahora- pareja, quiere que goce de los beneficios y tranquilidad que su padre alguna vez le brindó a su mamá.
Todo es por él y para él.
Lo mantuvo cual mantra en su cabeza antes de esta petición. Le daría la vida de ensueño, el amor que le profese será el más inmenso jamás conocido en el mundo, y quiere darle tanto... Que teme algún día no lograrlo y verse perdido.
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