Escuchaba las risas de mis amigos a mí alrededor, mientras seguían festejando con un merecido café el hecho de que aprobamos el último examen de Farmacología, cosa que me hacía realmente feliz teniendo en cuenta la situación sentimental en la que me encuentro, aunque siendo sincera, trato de pensar lo menos posible en eso.
Pero debido a este examen, ni siquiera tuve tiempo de sacar conclusiones y me asustaba lo que mi mente podía dañarme ahora que mis exámenes habían finalizado. Después de todo, nuestra propia mente siempre será nuestro enemigo principal y curiosamente el más letal de todos.
Pero mis pensamientos se dispersan cuando veo la mano de Edina moverse frente a mis ojos, para que vuelva al mundo real. Mierda, siempre me pasa lo mismo, me quedo mirando a un punto fijo mientras pienso y realmente parezco tonta.
—Tierra llamando a Amelia—habló con una voz robótica que hizo reír a Markus.
Ambos me miraban con una sonrisa juguetona, mientras yo sacudía mi cabeza de un lado al otro para apartar toda clase de pensamiento que me saque de aquí.
—Ya volví, lo siento—comenté mientras bebía de a sorbos mi café amargo.
—¿Qué te sucede? Luego del examen te dispersaste completamente—preguntó el chico rubio de ojos oscuros.
Yo miré a mis dos amigos e hice una mueca, como si realmente no me sucediera nada, porque siendo sincera no quería preocuparlos por cosas absurdas y por mi paranoia constante. Quizás, sean las cantidades exageradas de café que entraron en mi sistema lo que me hace sentir miradas constantes.
—No me sucede nada, supongo que mi cuerpo se relajó muy abruptamente luego del examen—me reí un poco junto a ellos.
Realmente no lo habíamos preparado hace demasiado tiempo y ninguno de nosotros queríamos reprobar, menos teniendo en cuenta que desde la secundaria nos habíamos puesto de acuerdo para estudiar lo mismo e ir de la mano con los estudios. Eran mis compañeros de todos los días y nos esforzábamos para ser los mejores, al igual que poder hacer la carrera al mismo tiempo.
Sí, lo sé, una auténtica locura, pero hasta el día de hoy nos estaba funcionando correctamente y esperábamos que siga así.
—Sí, realmente fue un semestre demasiado duro, pero para el próximo organizaremos mejor nuestros tiempos—respondió Edina, aunque los tres sabíamos que era mentira.
—Sabes que eso no pasará, ni aunque nos pagaran, Edina—comentó riendo Markus.
Nunca nos organizamos y un día previo estábamos tirando resúmenes por los aires, mientras rezábamos pasar. Ninguno era creyente, pero antes de un examen todos lo éramos.
Y mientras seguíamos discutiendo sobre que eso no sucederá, la mañana transcurre con normalidad entre los gritos de la pelinegra y las carcajadas del rubio, mientras yo me mantengo tranquila, riendo y separándolos de vez en cuando.
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Ruleta Rusa © [+18]
Romance¿Qué sucedería si tu destino depende de un juego letal? Amelia Becker, una mujer que está en su segundo año de enfermería y es la única hija de unos importantes empresarios llamados Henry Becker y Ernestine Becker. Pero lo que ella no sabía era que...