Todo mi alrededor daba vueltas sin remedio alguno, mientras mi vista estaba fija en aquel revolver que sostenía el alemán en sus manos seguras, como si sostener un puto arma fuera algo de cada día y el hecho de saber que terminará con una vida no parece pesarle, es más, podría jurar que luce sumamente divertido o incluso lleno de deseo de alguna forma retorcida, porque tenía una jodida sonrisa mientras veía fijamente mis gruesos muslos a través del corto vestido, que me decía que estaba de cara con un jodido psicópata. Dios, nunca antes te he hablado más que para un examen, pero necesito tu ayuda.
Parecía una demente, pero no podía hacer más bajo su intensa mirada. Estaba de cara con el Diablo y parecía querer comerme viva, porque su mirada fue subiendo lentamente por mi abdomen, cintura, pechos y finalmente cuello, como si dentro de su mente pasaran miles de escenarios retorcidos en donde yo termino muerta botando sangre en el suelo. Joder.
Mis ganas de vomitar aumentaron notablemente cada segundo, mientras pensaba en el rostro de mamá y papá sin creer que ellos pudieron hacerme esto. Me entregaron a la jodida Bestia, sin escrúpulos algunos y no solo eso, jodieron la vida de mis mejores amigos, le quitaron a dos familias a sus hijos y probablemente también se los quitaron a ellos mismos.
Lloro mientras escucho el incesante ruido de las balas colocándose lentamente en el puto tambor, mientras busco un ápice que pueda sacarme de este infierno, pero estoy metida hasta el cuello y probablemente cuando me reporten desaparecida los padres de mis amigos, estaré con ellos.
Un dolor desgarrador me invade el pecho mientras el tambor se cierra y la mirada llena de éxtasis de Adler llega a mi rostro enrojecido y húmedo, casi como si me viera con ternura. Es un puto loco.
—Luces tan indefensa, tan frágil y sumamente dulce, mientras las lágrimas escuecen de tus ojos y me observas con miedo, como una maldita bebé—habló con esa voz profunda y letal—es simplemente el pecado y el placer en su estado más puro, tanto que solo dan ganas de corromperte por completo.
Siguió en un tono tan bajo y oscuro que erizo mi piel por completo. ¿Qué le sucede por la cabeza? Cada segundo más aquí ruego porque termine, porque sé que está jugando conmigo, quiere inducirme en su puto juego mental, pero eso no lo permitiré. Si me muero aquí, no voy a dejar que me mate por su jodido juego. Al menos intentaría luchar y no quedar tan cobarde como lo estaba haciendo.
Y eso hice, porque antes de que pudiera limpiar mis lágrimas con uno de sus dedos, giré mi rostro hacia un costado y el miedo de mi mirada se reemplazó por el odio y la ira más fogosa que alguna vez pude tener. Yo no merecía estar aquí y menos que él juegue conmigo a su antojo. Aún no entendía como mis padres pudieron estar involucrados con él o qué tan peligroso puede llegar a ser. Aún no sé sus jodidos límites, pero los comprobaré muy rápidamente.
—¡Vete a la mierda!—le exclamé en la cara, sin importarme lo que luego sucedería.
Pero su mirada se oscureció por completo, mientras su mandíbula se endurecía y sus músculos se tensan. Oh, no, no. Al parecer sus límites son bastos y reconocibles, porque en menos de un segundo tenía su mano apretando fuertemente mi cuello quitándome lentamente el aire, me dictó que su aura dominante y controladora no solo era eso. Era él por completo.
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Ruleta Rusa © [+18]
Romance¿Qué sucedería si tu destino depende de un juego letal? Amelia Becker, una mujer que está en su segundo año de enfermería y es la única hija de unos importantes empresarios llamados Henry Becker y Ernestine Becker. Pero lo que ella no sabía era que...