7. En todas partes tú.

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Al llegar vimos desde el coche el montón de gente que había, periodistas, fans, cámaras, actores, había muchísima gente. Agarré la mano de Malú y la miré.
-¿Estás segura?-le pregunté acercando mi cara a la suya.
-Sí, contigo, sí.-dijo besándome.
Llamé a Sandra y al poco apareció con los pases.
-¡Qué emoción! Chicas, mucha suerte, no sabéis el orgullo que me da ayudaros a dar este paso.-dijo emocionada.
Ambas nos miramos sonrojadas y bajamos del coche. Avanzamos por la alfombra de la mano.
-Por cierto, cariño, mi madre ya lo sabe.-dijo mirandome sonriente.
-¿Bien?-pregunté acariciándole una mejilla.
-Genial.-dijo sin dejar de sonreír.
Los fans se percataron de nuestra presencia y empezaron a gritar, la prensa al escucharles se nos acercó al instante.
-¿Estáis juntas?
-¿Confirmáis así los rumores?
-¿Hay algo más que amistad?
-¿Qué ha pasado con Manuel?
Y millones de preguntas más.
Agarré de la cintura a Malú, me miró sonriendo y me lancé a sus labios. Nos olvidamos del mundo, en aquel momento solo existiamos ella y yo, besándonos, llevé mis manos a tu nuca y profundicé el beso, ella llevó sus manos a mi cintura, al separarnos se escuchaban aplausos, silvidos, todo el mundo estaba mirándonos pero yo, solo la miraba a ella, le di otro beso, este más corto y sin profundizar.
-Te quiero.-me susurró.
-Yo sí que te quiero, amor.-le susurré.
-Bueno, pues creo que esto os responde a vuestras preguntas.-dije en voz alta.
-Buenas noches a todos, adiós.-dijo Malú agarrándome de la mano.
Avanzamos hacia el photocall y allí nos hicieron varias fotos, nos adentramos en el cine y vimos la película abrazadas. Malú de vez en cuando encondía su cabeza en mi pecho porque no quería ver la dureza de alguna de las imágenes, yo le acariciaba el pelo y le daba besos en la frente. Al salir del cine fuimos hacia su casa, de camino recibimos mil llamadas de Tiziano, Melendi, Pastora, Pablo, Manu Carrasco, etc.todos nos felicitaban por la iniciatiba que habíamos tenido, éramos TT y la prensa estaba revolucionada.
-Cariño, te dejo en tu casa y yo voy a mi apartamento a por ropa, ¿vale?-dije en frente de su casa.
-Me parece bien, cielo, te esperaré.-dijo dándome un beso.
-Te quiero.-dije dándole otro beso.
-Y yo a ti.-dijo dándome un beso y bajando del coche.
Al llegar a mi apartamento me di cuenta que la puerta estaba forzada. Entre dentro pero todo estaba bien, en su sitio, no faltaba nada. De pronto alguien me agarra con fuerza por detrás.
-¿Quién eres? ¡Suéltame!¡qué me sueltes, joder!-dije intentándo deshacerme de esos brazos.
Me llevo hasta la cocina, allí había la silueta de una chica, las luces estaban apagadas. Me sentaron en una silla y me ataron con fuerza a esta.
-¿Quién coño sois?-dije con mucha rabia.
Encendieron las luces y vi que eran Manu y Carla.
-Mira, bonita, si te piensas que te vas a librar de mí vas muy pero que muy equivocada...-dijo caminando por la cocina.
-Eres tan patético...-dije resoplando.
-Patéticas sois vosotras besándoos delante de toda la gente.-dijo riendo.-Por vuestra culpa no he ganado un dineral, encima de comerle el coco a mi novia me quitas dinero, me estás saliendo muy cara, malagueña asquerosa.-dijo con desprecio.
-Eres un cobarde, asume de una maldita vez que ella ya no te ama, bueno, jamás lo hizo.-dije riendo.
-Repite lo que acabas de decir.-dijo agarrándome de la camiseta.
-¡ERES UN COBARDE!-grité.
-¿Cobarde yo?- dijo riendo.
-No eres capaz de hablar conmigo sin tener que atarme por que me tienes miedo.-dije mirandole a los ojos con rabia.
-¿Miedo de ti? No digas gilipolleces.-dijo serio.
-Pues tus zonas bajas creo que aun se acuerdan de mi rodilla, bonito.-dije sonriendo.
-¡Cállate! Maldita zorra...-dijo dándome una bofetada.
-Podrás pegarme, torturarme, matarme, podrás hacerme lo que te dé la gana, pero ella me ama a mí y a ti simplemente te odia.-dije sonriendo.
Volvió a golpear mi cara, me golpeó varias veces, dolía pero no pensaba acobardarme delante de ese miserable.
-Escuchame bien, malnacida, ella no me odia y a ti no te ama, le has metido tonterías en la cabeza, ella quiere volver conmigo y la pienso recuperar.-dijo acercándose a mí de nuevo.
-Vanesa... podríamos ser felices juntas, antes lo éramos, ¿por qué no dejas ya esta tontería y vuelves conmigo?-dijo Carla acariciando mis hombros.
-Porque tanto tú como él sois la mayor basura de este mundo. No le llegáis a la suela del zapato.-dije escupiendo a Manu en la cara.
-¡Me tienes harto! No pienso soltarte hasta que reflexiones y tomes la decisión adecuada.-dijo saliendo de la cocina.
-Cariño... con lo que podemos ser...-dijo besando mi cuello.
-Quita tu puta boca de mi cuerpo, aléjate de mí, si tanto me quisieras dejarías que fuera feliz de una puta vez, que si a ti te duele estar sin mí y te has vuelta una jodida psicópata no es mi culpa. Lárgaros los dos de nuestras vidas, joder. Sois de lo peor.-dije con desprecio.
-Mientes muy mal, cariño.-dijo mordiendo suavemente mi cuello.
-Quita tu maldita boca de mi cuello, me das repugnancia.-dije con asco.
-Yo sólo quería recuperarte, volver a estar juntas ¿comprendes?
-Déjame en paz.
-Me quieres, yo lo sé.
-Lo que estás es loca. Carla, si alguna vez en tu vida me has querido lo más mínimo, déjame marchar, deja que sea feliz.
-Te soltaré si no tengo que volver a verte en toda mi vida.-dijo Carla con los ojos vidriosos.
-Suéltame ya de una puta vez.
Me soltó empecé a correr hacia la puerta, al bajar estaba Manu en el lado derecho, paré, cogí aire y empecé a correr todo lo que mis piernas me permitían, por suerte logré despistarlo entrando en bar. Miré hacia la barra y había una chica morena, alta, delgada, parecía tener unos 25 años, me acerqué a ella y le pedí que me dejara llamar desde el teléfono del local, era muy urgente. La chica aceptó y yo llame a Malú.
-Cariño, vete a casa de tu madre, Manu y Carla se han vuelto locos, han perdido la poca cordura que tenían, vete, ponte a salvo. Yo estoy en un bar, ahora llamaré a la policía y lo solucionaran todo. Te quiero, mi vida.-dije del tirón
-Por favor, cuídate y ven a por mí, te quiero muchísimo, Vanesa. Vuelve, por favor.
-Te tengo que colgar, amor, he de llamar a la policía, volveré a por ti.-dije y colgué.
Marqué el teléfono de la policía.
-Buenas noches, llamaba...-le expliqué al oficial lo sucedido.
Al poco un chico rubio, vestido de negro entro en el bar que yo me hallaba, sacó la placa y me pidió que le llevara al lugar de los hechos, le di los perfiles de Manu y Carla y entró al apartamento, al poco vinieron tres coches más, todos negros, de estos salieron nueve oficiales y tres vestidos de paisano. Se escuchó un disparo, subieron tres oficiales al apartamento a toda prisa. Toda esta situación parecía una pesadilla o una película de Hollywood. Vinieron dos ambulancias y más coches de la policía. Pasaron dos horas, nadie bajaba, nadie subía.
-Vayase a casa de algún familiar, esto puede llevar varias horas más, no se preocupe, dos oficiales le protegerán hasta que esto se solucione.-me dijo uno de los policías.
-Muchas gracias, de verdad.-dije agradecida.
Me dirigía a mi coche cuando se escucharon tres tiros, me metí en el coche, llamé a Malú.
-Cariño, ¿dónde estás?-dije preocupada.
-Estoy en casa de mi madre, ¿cómo estás?-dijo con la voz rota.
-Estoy bien, tranquila, no te preocupes, ya voy para allí.-dije intentando calmarla.
-Por favor, no tardes.-dijo llorando.
-Cielo, no llores, por favor, ¿ha sucedido allí algo más?
-Ven, tan solo eso.-dijo sin dejar de llorar.
Puse rumbo a casa de mi suegra, al llegar, Pepi, me dio un gran abrazo.
-Hija, no sabes la alegría que nos has dado con la llamada, estabamos muy preocupadas, en el jardín tienes a Malú.-dijo con una triste sonrisa.
Le sonreí y corrí hacia el jardín. Al llegar la vi llorando, con un labio herido, le abracé por detrás y le di un beso en la cebeza.
-Tranquila, amor. Ya estoy aquí.-dije apoyando mi cabeza en su hombro.
Se giró y me abrazó, yo le acariciaba la espalda poco a poco. Dejó de llorar.
-¿Cómo te has hecho lo del labio?-dije apartando un mechón de su cara.
-Al salir de casa quería ir rápido y me tropecé con el escalón de la entrada. Ya sabes que cuando estoy nerviosa me vuelvo aún más patosa.-dijo sonriendo un poco.
-Sonriendo estás más guapa.-dije acariciándole la cara.
-¿Qué ha sucedido en tu apartamento?-preguntó.
Le expliqué todo lo ocurrido y me pidió perdón entre sollozos.
-Todo esto es por mi culpa, te han hecho daño a ti por ti, lo siento, amor, de verdad, no...
-Shhht... no me importa cuando me golpeen si al final acabo abrazada a ti.-dije.
Le besé con cuidado de no lastimar más su labio.
-Vamos a dormir, quiero olvidarme de esta pesadilla.-dijo separándose de mis labios.
-Vamos, amor.-dije agarrando su mano.
Aquella noche ambas cogimos el sueño con facilidad, había sido un día agotador. Al despertar recibí un mensaje, era Marcos, uno de los policías, habían detenido a Manu, de Carla no había ni rastro.

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