Mi turno de la tarde estuvo bastante tranquilo en lo que era la merienda y eso, ahora hace un rato que empezó la hora de la cena y el lugar se empieza a llenar cada vez más. Adentro no está tan lleno, sino afuera, supongo que por las noches lindas de verano las personas prefieren ocupar los lugares de ahí.
Este es de esos lugares caros, donde asisten más que nada las personas mayores adineradas y bueno, también hay algunos jóvenes gastando la plata de papi.
Estoy en la barra esperando que me entreguen los pedido de los clientes de las mesas que atendí.
Siento a Zoe -una de las mozas- que llega a mi lado en la barra, bufando.
-Pau, yo atiendo tus clientes. -Dice.
-Que? Porqué? -Pregunto.
-Porque haya afuera, en la mesa 9 hay un rubio guapo pero insoportable que exige que vos le atiendas. -rueda los ojos.
Ay no, no quiero creer que él este acá.
-No Zoe. -Hablo firme. -No puede exigir ser atendido por alguna de nosotras cuando todas estamos ocupadas. -Digo. Si es él, me niego a ir a atenderlo.
-Tenes razón. -Dice. -Voy a volver y le voy a decir que solo yo estoy desocupada.
-Gracias. -Respondo. La veo darse la vuelta e intentar atender a ese cliente.
Claramente no puedo saber si se trata de él porque desde acá adentro no veo.
Recibo los platos pedidos y me dispongo a repartir en las mesas. Dejo a cada cliente lo que encargo y doy vuelta para volver a la barra.
La puta madre, ni me acerco todavía y ya veo nuevamente a Zoe ahí mirándome. Un poco más y larga humo por las orejas.
-Que paso? -Pregunto.
-Dice que se niega a hacer el pedido si no lo atendes. Por favor Pau, anda a atenderlo. -Niego con la cabeza. -Lo que tiene de lindo lo tiene de insoportable y nos queda una larga noche como para que me estrese tan rápido con él. -Habla.
Si ¿no? Y yo tengo que arriesgarme y enfrentar a la fiera.
Sin decir nada le entrego los próximos pedidos a ella y me doy media vuelta. Allá voy, voy a atenderlo.
Llego a las mesas de afuera y lo ubicó, definitivamente es él. Me mira y me intimida, pero ni loca voy a demostrarle, porque eso es lo que busca.
Voy caminando hacia su mesa, esta acompañado de una chica que hasta no llegar allá, no se de quien se trata.
Todo el camino hasta ellos, tengo la vista de Santiago sobre mi. Disfruta venir a mi trabajo acompañado de otra persona, jodido hijo de puta.
-Buenas noches. -Saludo.
Recibo solamente el saludo de ella.
Polinegra, ojos cafés, bastante linda he de admitir.
Que rabiaaa! ¿Que pretende al venir justamente acá, con esta chica y solicitar que le atienda yo? Joderme, eso pretende.Él solo me observa.
-Van a pedir algo? -Ya que ninguno habla, hablo yo.
-Si. -Responde él. Firme.
-Le tomo el pedido. -Digo.
-Antes de eso, te consulto -Dice. -No tienen un lugar más privado? Digo, para las parejas.
Hijo de perra. No se si últimamente estoy quedando loca o porque se me cruza por la mente agarrarle de los pelos.
-No, disculpe. - Respondo. Lo conozco, quiere provocarme. -Para ellos tiene los hoteles, moteles, telos y otras alternativas señor. Acá no hay -Respondo lo más calmada que puedo.
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Santiago Caputo
FanficEn un mundo donde el amor y la pasión se entrelazan peligrosamente, surge la historia de Santiago, un hombre cautivador y misterioso. Como un imán irresistible para las mujeres, su vida da un giro inesperado cuando se enamora perdidamente de Paula...