Capítulo 28

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Anoche después de despedir a Santiago, dormí re tarde, apenas puede reconciliar el sueño.

Su visita me hizo, nuevamente una revolución. Por más que ya sabía, anoche confirme cuan vulnerable puedo llegar a ser cuando se trata de él.

Reaparece después de muchos meses y vuelve a poner mi mundo de cabeza, como el primer día.

Dejando de lado eso, hoy es el gran día. Por fin voy a realizar ese tan esperado viaje a Italia. Por fin voy a volver a ver a mi familia paterna.

Son las 14 y pico de la tarde.
Me asomo por la ventana a observar. En todo el día no salí de mi casa, la lluvia esta demasiado fuerte y más el viento, no ayuda mucho.

Estoy por almorzar/merendar café mientras miro una película. No hay mucho para hacer realmente. Tampoco pude salir a comprar aunque sea un pan para acompañar mi almuerzo-merienda.

Me acomodo en el sofá y me pongo a elegir una película.
Pero me Interrumpe el timbre sonando repetidamente. Quien sea que esta tocando, esta apurado.
-Y si pelotuda si se está mojando- Pienso.

Dejo mi café en la mesa y de mala manera me pongo de pie caminando hacia la puerta. El timbre en ningún momento dejo de sonar.

Abro de un tirón y sin darme tiempo de reaccionar, Santiago ingresa de una disparada a mi casa.

Cierro la puerta y me giró, hizo un charco en el piso con su ropa mojada. Pero no le importa, solo está parado mirándome con una sonrisa.

Me cruzo de brazos.
-Se puede saber que haces?- Pregunto.

-Hola angelito, yo también te extrañé. -Ignora mi pregunta.

Al ver que lo miro mal, responde a la defensiva.

-Esta bien- Levanta ambas manos en señal de rendición. -No hago nada, solo quería verte.

-Hay un aguacero afuera Santiago.

-Y? Ya estoy acá. Igual, supongo  que no me vas a echar. -Dice seguro mientras empieza a desprender su camisa mojada.

Lo observo.

-Podes tocar y hacer lo que quieras cuando quieras, pero ahora me podrías dar una toalla? -Pregunta.

Vuelvo a la realidad y dejo de observarlo, me voy al piso de arriba a buscar toallas.

¿Que lo traerá por acá? Él es el verdadero "ni la lluvia le para"

Llegó nuevamente hasta abajo en donde está el parado en la sala, en boxer y su ropa mojada tirada  a su costado.

-Porque estas así? -Pregunto. Intento no mirarle. Mi vista está en cualquier lado menos en él, le tiendo la toalla, espero con los brazos tendidos y no la toma.

Lo miro, esta parado cruzado de brazos mientras sonríe.

-Deja de hacerte angelito, no hay nada que no hayas visto y comido -Me saca la toalla de las mano.

Yo me giro y vuelvo al sofá. Me vuelvo a acomodar ahí y nuevamente me dispongo a buscar una película.

-Bueno, no me vas a ofrecer algo para cambiarme? -Pregunta.

-No tengo nada. A menos que quieras una tanga.

-No quiero una tanga angelito, igual tranquila yo puedo andar en bolas mientras mi ropa se seca.

-No Santiago. -Digo. Él ríe.

Nuevamente me pongo de pie y subo las escaleras, se que en una de las valijas guarde ropa de él.

Después de revisar, lo encontré. Un boxer y una remera. Algo es algo.

Vuelvo abajo y lo veo tirado en el sillón, desnudo y con el control de la tele en la mano. Cómodo el hijo de puta.

Santiago CaputoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora