Conexión Galáctica [Girls Love] TERMINADA

14. Saturno

Los rayos del sol atravesaban parcialmente la cortina esa mañana. El calor había despertado a Moon, pero no a Samantha, que permanecía dormida. Moon se alejó de ella, un poco avergonzada, y además, acalorada, y entonces se dio la vuelta.

No quería despertarla, parecía dormir plácidamente. Además, ella aún tenía sueño.

Se volteó otra vez, para mirarla. Comenzó a gustarle peligrosamente el hecho de despertar junto a ella. Era una sensación embriagadora, exquisita, y muy suave. Ni siquiera el horrible calor que se acercaba velozmente era capaz de arruinar ese momento.

Sam estiró su cuerpo, y se dio la vuelta aún con los ojos cerrados, mientras bostezaba.

Eres malditamente hermosa.

—¿Qué hora es, Moon?

Le habló. Con una voz de recién despertada. No hubo necesidad de abrir los ojos para ello, aún en ella había mucho sueño.

Podía contemplarla de frente, sonrojándose. Le causó cierta timidez que ella supiera, apesar de que estuviera con los ojos cerrados, que se encontraba despierta.

Moon vio la hora en su teléfono a su lado, en la mesita de noche.

—La hora de que sigamos durmiendo.

Samantha rio suavemente.

—¿Por qué te alejaste de mí? ¿Ya no me quieres?

—No quería despertarte.

Aquella volvió a reír.

—¿Y si nos quedamos dormidas un ratito más?

Moon asintió.

Luego de unos minutos más, arreglaron la cabaña y se marcharon. Antes de irse completamente, decidieron pasar a un hermoso lugar de la zona para poder desayunar.

Moon intentó conversar de manera más profunda con Sam. Que aquella le pueda contar la razón por la cuál decidió no casarse, o por lo menos, hablar un poco más que solo superficialidad. Pero Samantha se mostraba reacia y hasta a la defensiva.

Ella estaba ocultando algo que no quería decir.

Ya en la carretera, avanzaron casi sin mirarse. Casi sin hablarse. La comunicación era más o menos nula, a no ser por pequeñas oraciones sobre el clima.

Moon no demoró en quedarse dormida.

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Samantha conducía su nave espacial volando sobre los anillos de Saturno. Los colores eran sumamente hermosos, de una perfecta combinación de cálidos y fríos. Moon miró a su lado, donde se situaba Samantha. Relajada y sumergida en una traspasable tranquilidad.

Su hermosa cabellera rubia era realmente larga. Sus ojos, eran de un verde tan brillante, que parecían luminosos y extraterrestres, pero la forma humanoide se llevaba la mayor parte. Era hermosa, y muy fina. Su piel brillaba, todo su cuerpo era casi lumínico.

—¿A donde vamos?

Sam la miró, con una sonrisa.

—A ningún lado y a todos al mismo tiempo.

Dejó de apretar botones de colores. La nave espacial comenzó a andar de forma automática, y de ella, se desprendía una luz violeta, que dejaba rastros de las mismas tonalidades pero más claras, suspendidas en el espacio.

—Pero estamos dando vueltas por Saturno. Eso no tiene sentido.

—¿Y es que acaso algo lo tiene?