La hija de Scaloni {Emiliano "Dibu" Martínez}

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–¿Hoy llega su hija, dire? –pregunta Julián–

–Sí Julián, llega en unas horas

–¿Quién la va a ir a buscar al aeropuerto? –pregunta Leo–

–Puedo ir yo –se ofrece Otamendi–

–Yo también me ofrezco a ir –dice el Kun–

–Ustedes mejor concéntrense en entrenar que en dos días juegan con Chile

–¿Pero quién va a buscar a Ariana entonces? –pregunta el Papu–

–Le voy a pedir a Pablito así que basta de charla y ponganse a entrenar –ordeno e inmediatamente los chicos se ponen a correr alrededor de la cancha– Pablito –me acerco a su lado–

–¿Qué pasa, Lio?

–¿Podes ir a buscar a Ariana al aeropuerto?

–Si obvio, ¿a qué hora llega?

–En una hora más o menos

–Ok entonces me voy ahora así no llego tarde

–Genial, gracias –lo abrazo dándole unas palmadas en la espalda–

–No hay de qué –sonríe y sale del predio rumbo al aeropuerto–

Ariana

Hoy me levanté feliz porque después de tres años voy a ver de nuevo a mi papá. Me bañé y me cambié así:

Saludé a mi mamá con un abrazo, agarré las valijas y tomé un taxi rumbo al aeropuerto, al llegar despaché mis valijas y entré en la zona de embarque. Después de dos horas ya estaba en el avión rumbo a Brasil. Agarré mi celular y le mandé un mensaje a mi papá

Recién tomo el avión pa, te aviso cuando llegue

Bueno hermosa

Le voy a decir a Pablito que te busque así se vienen directo al predio

Buen viaje

Te amo

Gracias, te amo más

Pablito

Llegué al aeropuerto de Galeão y no encontré a Ariana por ninguna parte. Me acerqué a las pantallas de información de los vuelos para verificar si el avión había llegado y marcaba que éste había aterrizado hace 20 minutos. Busqué por todos lados pero no la encontré por ninguna parte. Agarré mi celular y rápidamente llamé a Lionel.

–¿Qué pasa, Pablito?

–No encuentro a tu hija –dije desesperado–

–¿Cómo que no encontras a mi hija? –pregunta desesperado–

–Sí, las pantallas marcan que el avión llegó hace veinte minutos pero no la encuentro –miro para todos lados–

–Seguí buscando boludo, capaz todavía está buscando las valijas

–¿Pero tanto se va a tardar en buscar unas valijas?

–No sé, capaz está en la misma sala que vos y no la ves, acordate que ya no es una nena así que no estés esperando a una nena de diez años porque ya tiene veinte –ríe–

–Ya sé, pasó tanto tiempo desde que la vi que ahora no puedo reconocerla. Tendría que haberte pedido una foto

–Sos un pelotudo –ríe– ahora te mando por whatsapp, chau –corta la llamada–

Ariana

Finalmente después de 12 largas horas llegué al aeropuerto de Galeão. Fui a buscar mis valijas y empecé a buscar a Pablito, hace veinte minutos que estoy acá y todavía no lo encontré, aunque capaz todavía no llegó. Seguí buscando hasta que vi una cabellera rubia cabizbaja que miraba su celular, inmediatamente supe que era Pablito ya que después de 10 años sigue estando igual. Me acerqué a él y le hablé

–¿Pablito?

–Sí, soy yo, disculpa pero estoy buscando a alguien –dice distraído mientras sigue mirando su celular– ¿queres una foto? –reí suavemente, este idiota se pensó que soy una fan–

–¿Sos idiota o te haces? –pregunto riendo, pasaron muchos años pero sigue siendo el mismo idiota de siempre–

–¿Perdón? ¿Por qué me insultas? –dice un poco enojado–

–Porque me confundiste con una fan –reí– soy Ariana Scaloni

–¿Ariana? –pregunta extrañado mirándome de arriba a abajo–

–Sí –río–

–Mierda como creciste, cuando te vi eras una nena de esta altura –señala su cadera– y ahora ya medimos lo mismo –ríe–

–Pasaron diez años, es obvio que voy a crecer –río junto a él–

–Lo sé –ríe– cuando vine para acá me desesperé porque no podía encontrarte, perdón por la tardanza pero jamás hubiera imaginado que sos la hija de Lionel, cambiaste mucho –sonríe– ahora vamos a tener que cuidarte de los buitres de los chicos –vuelve a reír–

–Qué exagerado –sonrío– me dijo mi papá que ahora vamos al predio, ¿no?

–Sí, ahí está tu papá entrenando a los chicos para el partido de pasado mañana así que vamos –agarra mis valijas, salimos del aeropuerto y nos dirigimos al auto, acomoda mis valijas en los asientos traseros y nos subimos. Finalmente después de una hora llegamos al predio, nos bajamos del auto y rápidamente corro hacia la entrada dejando atrás a Pablito con mis valijas en las manos las cuales seguro iba a bajar para no dejarlas expuestas en el auto–