En donde Emiliano Martínez cae en la tentación y se enamora de Ariana Scaloni. ¿Qué dirán Lionel Scaloni y el resto del plantel cuando se enteren de esto? ¿Aceptarán su relación o se opondrán?
Hoy teníamos día libre por lo que aprovechamos que hacía calor y nos metimos en la piscina. Observo atentamente como Ariana se saca el vestido y disimuladamente relamo mis labios al verla en bikini. Debo admitir que esa bikini le quedaba bastante bien.
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–Juli –ruedo los ojos al escuchar que llama a Julián–
–¿Qué pasa Ariana? –pregunta mirándola e inconscientemente se muerde el labio inferior al verla en bikini, que pajero de mierda–
–¿Me pones bronceador en la espalda? No llego con mis manos –ríe y se da vuelta–
–Dale veni –se pone bronceador en sus manos y empieza a esparcirlo por toda su espalda–
–Julián –lo llamo e interrumpo la escena–
–¿Qué pasa, Dibu?
–Leo te llama
–¿Para qué? –pregunta extrañado mientras sigue esparciendo el bronceador en toda la espalda de Ariana. Debo admitir que me estaba muriendo de celos–
–No sé, solo me dijo que vayas –miento–
–Mmm bueno –dice dudando– listo linda –le da unas palmaditas en su espalda–
–Gracias Juli –sonríe–
–De nada –le guiña un ojo y se va con Leo–
–Así que llamando a Julián para que te ponga bronceador –digo en tono celoso mientras me acerco a ella–
–Era el primero que vi –ríe– ¿acaso estás celoso? –arquea una ceja–
–Eso crees vos enana –digo nervioso–
–Como digas –ríe y se da vuelta dándome la espalda para tomar sol de la parte que le quedaba–
–La próxima vez decime a mi que tengo manos más grandes y seguro termino más rápido que Julián
–Bueno, la próxima te digo a vos –ríe y cierra los ojos. Me siento en la reposera del lado y agarro mi celular. Después de tanto pensar sonrío entre mis adentros ante la maldad que se me había ocurrido, dejo mi celular de lado y en un rápido movimiento agarro a Ariana entre mis brazos y la tiro a la piscina–
–Idiota estaba tomando sol –dice un poco enojada– mierda el agua está helada
–Pensé que te iba a hacer bien un refresco después de tanto sol –digo divertido–
–Me cago en vos Emiliano, me perdiste mi arito –dice un poco enojada mientras busca en la piscina–
–¿En serio? ¿Cómo era? –me agacho y me acerco más al borde de la piscina para poder ver bien–
–Veni y averigualo –agarra mi mano y de un rápido movimiento me tira al agua con ella–
