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3 de junio, Argentina - Ecuador, estadio Olímpico Pedro Ludovico de Teixeira, Goiânia

Era raro ver la cancha vacía pero por protocolo de coronavirus se había decidido que sea de esa manera. Los chicos salieron a la cancha a hacer el precalentamiento y me sonrojé al ver que Emiliano me había guiñado un ojo. Media hora después empezaron a cantar los himnos nacionales respectivos de cada país y segundos después empezó el partido. A los 39 minutos del primer tiempo, el arquero Hernán Galíndez salió lejos del arco para frenar a Nico González y la pelota le quedó a Leo, quien escuchó el grito de Rodrigo y lo asistió y en cuestión de segundos el mediocampista anotó el 1-0. En el segundo tiempo, el equipo ecuatoriano dominó la posesión de la pelota, poniendo en peligro el arco del seleccionado argentino. Por su parte, la Albiceleste no tuvo la misma intensidad que en el primer tiempo si no que apenas reaccionó en los últimos minutos. A cinco minutos del final del partido, Ángel Di María le robó la pelota a Piero Hincapié y se la dio a Leo, quien asistió a Lautaro Martínez, rompiendo el arco de Galíndez para marcar el 2-0. Casi al final del partido Piero Hincapié tomó del brazo a Ángel Di María cuando se iba solo al área. El árbitro marcó esa jugada como penal pero luego de revisarlo con el VAR finalmente quedó como tiro libre. Leo tiró la pelota y anotó el 3-0 definitivo con un golazo. De esta manera, la selección Argentina se mete entre los cuatro mejores de la Copa América y ahora se enfrentará a Colombia, buscando meterse en la gran final.

–Felicitaciones chicos –digo alegremente mientras entro al vestuario y me acerco a ellos–

–Gracias Ariana –responde el Cuti con una sonrisa en su rostro–

–Estamos en semifinales carajoooo –dice Otamendi emocionado–

–Esto merece un super festejo –grita emocionado el Kun mientras enciende el parlante conectándolo a su celular poniendo una cumbia– vení a bailar pequeña –me agarra del brazo y me obliga a bailar con él–

–EAEA WACHO –dice Otamendi gritando mientras se suma a nuestro baile–

–VENI DIBUJO –grita el Kun y segundos después Emi se une a nosotros–

–Ah sos de madera Dibujo –ríe fuertemente Otamendi haciéndome reír a mi también–

–Sos bueno para atajar pero malísimo para bailar –agrega el Papu al mismo tiempo que ríe fuertemente–

–Dejenlo –lo defiendo ganándome una sonrisa de su parte por haberlo defendido–

–Ay ya lo tenía que defender la noviecita –bromea Rodrigo–

–No soy su novia –rodeo los ojos–

–Pero las ganas las tenes pequeña –susurra y me guiña un ojo–

–Basta Rodrigo, te va a escuchar –susurro sonrojada–

Después de festejar por haber pasado a semifinales, los chicos se bañaron y cambiaron. Cuando llegamos al hotel seguimos con el festejo y apenas terminamos de cenar Ota puso música y los chicos se pararon a bailar. Iba a ir con ellos pero vi que Emiliano estaba sentado mirándolos así que inmediatamente me paré de la silla y me acerqué a su lado.

–¿No vas a bailar? –pregunto al mismo tiempo que me siento a su lado–

–No después de que criticaron como bailo –bromea–

–Ay Emi –río y golpeo suavemente su hombro– para mi bailas bien

–Gracias nena –sonríe– vos también bailas muy bien –me guiña un ojo haciéndome sonrojar–

–De nada –le devuelvo la sonrisa– por cierto, felicitaciones por el partido de hoy 

–Gracias bonita, sos mi amuleto de la suerte, ¿sabías? –me abraza y le correspondo el abrazo– cada vez que te miro me das suerte y atajo todo

–No Emi yo no te doy suerte, si vos atajas todo es porque sos un arquero muy bueno –sonrío–

–Si me das suerte –deposita un beso en mi frente– a partir de ahora quiero verte siempre en el banco de suplentes, ¿si?

–P..pero –me interrumpe–

–En serio te digo, verte ahí como lo vengo haciendo me da fuerzas para atajar todo –confiesa y se sonroja– ¿harías eso por mi? –pregunta tiernamente–

–Si Emi, prometo estar ahí para apoyarte –sonrío–

–Gracias –besa nuevamente mi frente– con eso seguro ganamos la copa América 

–No tengo ninguna duda –sonrío y lo abrazo– 

–Bueno acá estoy viendo mucho cariño que no debería ver –dice seriamente mi papá mientras se acerca a nuestro lado– ¿qué hacen separados del resto de los chicos? –pregunta un poco enojado al ver que los chicos estaban bailando y nosotros estábamos en la mesa alejados de todos–

–Nada, solo hablábamos Lionel

–¿Y los abrazos no están de más? –pregunta desconfiado–

–Somos amigos, papá 

–Está bien, espero que me estén diciendo la verdad –suspira y se va–




La hija de Scaloni {Emiliano "Dibu" Martínez}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora