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Al otro día me despierto exaltada al ver que no estaba en mi habitación y que tenía puesta una remera de hombre. Miré para todos lados y suspiré tranquila cuando lo vi a Ota.

–Buenos días Ariana, aunque debería decir buenas tardes –ríe–

–¿Qué hora es? –preguntó frotándome los ojos–

–Las tres de la tarde

–Mierda que dormí –río y vuelvo a mirar la remera que tenía puesta– decime que no pasó nada entre nosotros –digo asustada al ver mi vestido tirado en el suelo–

–Conmigo no pero si le coqueteaste al grandote –ríe fuertemente al ver mi cara de confusión– así le decías al Dibu ayer

–Qué vergüenza la puta madre –me sonrojo y me tapo la cara con las manos–

–Igual tranquila que no pasó nada con ninguno de nosotros –intenta calmarme–

–Menos mal –suspiro aliviada–

–Ayer tomaste demasiado así que supongo que vas a necesitar esto –me da una pastilla y un vaso de agua–

–Gracias –tomo la pastilla con el agua y dejo el vaso al costado– me voy a cambiar al baño –agarro el vestido de la noche anterior y me cambio. Al salir le devuelvo la remera– me voy a mi habitación, nos vemos más tarde, gracias nuevamente Ota –le doy un beso en la mejilla y me voy a mi habitación. Al llegar me saco toda la ropa y prendo la ducha. Cuando salgo me cambio así–

No puedo recordar nada de lo que pasó anoche, ni siquiera lo que me contó Ota

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No puedo recordar nada de lo que pasó anoche, ni siquiera lo que me contó Ota. Soy una idiota, ¿cómo se me ocurre coquetearle a Emiliano? Después de tanto pensar finalmente decidí ir a su habitación para disculparme.

–¿Quién es? –pregunta del otro lado–

–Ariana

–Hola Ariana –saluda amablemente y se hace a un lado para que pueda pasar–

–Hola Emi –le correspondo el saludo, entro a su habitación y cierra la puerta detrás de mí–

–Que estado pegaste anoche –ríe–

–Hace mucho que no tomo y cuando lo hago me pega fuerte

–Me di cuenta –sonríe burlón– "gracias Emiliano pero yo me sé cuidar sola" –cita mis palabras de la noche anterior haciendo una voz aguda–

–Yo no hablo así –río y le pego suavemente en el hombro–

–Si vos decís –ríe y me saca la lengua–

–Mmm bueno voy al punto –río– vine acá para disculparme por lo de anoche –dije nerviosa– la verdad yo no me acuerdo nada pero Ota me contó algo y te pido perdón por mi comportamiento –dije sonrojada– yo no soy así y ayer no estaba en mis cinco sentidos así que te pido pe... –me interrumpe poniendo un dedo sobre mis labios–

–No hay problema Ariana, además no hiciste nada malo –ríe y saca sus dedos de mis labios–

–Ota me dijo que te coquetee y quiero pedirte disculpas por eso –me sonrojo al recordarlo–

–Mmm puede ser que me hayas coqueteado –ríe– igual no te culpo, nadie se resiste a este grandote –bromea y le doy un leve golpe en el brazo–

–Que idiota –río y me sonrojo nuevamente–

–Por cierto gracias por dedicarme la canción big boy –me guiña un ojo–

–¿Y-yo te dediqué una canción? –pregunto sonrojada–

–Sí, me la dedicaste y también me bailaste –sonríe burlón–

–La puta madre, enserio perdón –me tapo la cara con las manos de lo avergonzada que estaba–

–No fue nada Ariana –intenta calmarme– pero si te sentís con culpa entonces podes recompensarme con una cena

–¿Una cena? –pregunto incrédula al mismo tiempo que saco las manos de mi cara para poder mirarlo a los ojos–

–Sí, una cena en mi balcón, ¿te parece? ¿O preferís salir a un restaurante?

–Prefiero algo más tranquilo así que tu balcón está bien

–Genial –sonríe– ¿te parece esta misma noche? –pregunta y asiento– te espero a las 9 entonces, ¿te gustaría comer algo en especial?

–Lo que vos quieras está bien –sonrío– nos vemos a las 9 –vuelvo a sonreír y me voy a mi habitación–

La hija de Scaloni {Emiliano "Dibu" Martínez}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora