MEDITACIÓN

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Lía llevaba un buen rato intentando hacer que una rama arda en llamas.

-Esto no se enciende.-dijo Lía por quinta vez.

Me empiezo a reír.

-La que se tiene que encender eres tú, no la rama.- le digo mientras la miro.

-¿Que me encienda yo?¿Cómo?- preguntó frunciendo el ceño.

Me pongo a pensar. ¿Y si medita?

-Probemos una cosa,ven aquí. - le digo mientras me siento y doy palmaditas en el suelo para que se siente.

Obedece y se sienta.

-¿Cual es el plan?- me pregunta mientras se sienta.

-Sergio, ven aquí con el agua.- Sergio y Gloria tienen cubos de agua, por si las cosas se nos van un poco de las manos...-Esta bien, Lía, ¿alguna vez has meditado ?

-¿Meditar? Que va.- dije negando con la cabeza.

-Esta bien, pues ahora aprenderás, es fácil, lo que debes de hacer es cerrar los ojos, respirar profundamente y sólo debes de concentrarte en tu respiración, después, cuando ya estés tranquila y relajada, debes de repetir una palabra, una que te resulte fácil recordar, la repites una y otra vez lentamente, y cuando empieces a oír esa palabra en tu cabeza como si fuera un eco, te detienes, luego, te has de concentrar e intentar encontrar una pequeña energía dentro de ti, has de lograr hacerla crecer y expandirla.

-Esta bien, suena fácil, pero...¿y si sale mal?- dijo Lía algo insegura.

-Tranquila, estamos aquí, además, también tenemos mucha agua por si acaso.- dije mirando los cubos de agua.

-Esta bien, vamos a ya.- dijo mientras cerraba lentamente los ojos.

Empezó a respirar lentamente, se notaba cuando inspiraba y expiraba, estuvo un rato así, luego, empezó a decir Fire, lo decía despacio, tranquilamente, después de repetirlo varias veces se quedó callada, no se movía, estuvo un buen rato así, hasta que de repente, sus pelos empezaron a moverse suavemente, la punta de sus pelos se subieron para arriba y se movían como si se tratase de una llama, empezó a coger un color más intenso y brilloso, a continuación, puso sus manos en su pecho, estuvo unos segundos así, luego fue separandolas de su pecho, y entre sus manos había una pequeña bola de fuego que se iba haciendo cada vez más grande, puso una mano a cada lado de su cuerpo, la mano derecha sobre su rodilla derecha y la mano izquierda sobre su rodilla izquierda, la bola de fuego fue creciendo cada vez más, llegó al tamaño de un balón de baloncesto, luego su interior empezó a desaparecer y se quedó como una circunferencia de brillo rojo, esta fue creciendo y metió a Lía en su interior, la circunferencia seguía creciendo y antes de que llegara a tocarme se detuvo, entonces, Lía comenzó a levitar un poco, pero luego, empezó a elevarse más, me puse de pie, todos la observabamos atónicos, de repente, dejó de levitar, la circunferencia que tenía a su alrededor desapareció y su pelo volvió a la normalidad y empezó a caer. La agarré antes de que tocara el suelo, seguía con los ojos cerrados, dije su nombre una y otra vez, pero no respondía, pude notar como le estaba costando respirar.

-¿¡Qué le pasa !?- gritó Gloria.

Miré a mi alrededor, ella estaba a mi derecha, no la había oído acercarse, Sergio soltó su cubo de agua y se acercó corriendo.

-Corre, ve y avísale a Nik lo que acaba de pasar, la llevaré a la enfermería.- dije en voz alta, me daba igual quien de los dos se iba corriendo a avisarlo.

Pude ver como una pequeña línea de sangre se escapaba de la nariz de Lía. Sin pensármelo más veces, la agarré en brazos y me fui corriendo lo más rápido que pude a la enfermería.

Saga de Elementos  #1: FUEGO.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora