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Eres
Lo qué más quiero en este mundo, eso eres.

Era un día cómo cualquier otro

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Era un día cómo cualquier otro. Un grupo de amigos por aquí, un par de alumnos por allá, Chuuya detrás de un árbol mirando con sus bonitos y penetrantes ojos a Dazai, ya saben, lo normal.

La verdad es que esto ya era algo habitual; él omega, de alguna u otra forma, siempre encontraba la manera de espiar al bonito alfa castaño, sin qué éste se diera cuenta.

Y no era secreto para nadie el hecho de qué Nakahara Chuuya estaba completamente enamorado de Dazai Osamu, obviamente todos lo sabían.

El pelirrojo constantemente buscaba la aprobación de "su alfa" cómo a todos les decía qué era. Siempre lo seguía, lo consentía, lo cuidaba, y bueno, simplemente está obsesionado con él, pero debido a la explosiva personalidad del Omega, nadie se atrevía a decírselo.

Ciertamente ocurría qué este par, se conocía desde ya una temprana edad, debido a qué eran vecinos y constantemente salían a jugar, cómo buenos amigos.

Pero cómo suele ocurrir, uno de los dos terminó profundamente enamorado del otro. Y vamos... Estaba todo a favor de Chuuya, al pasar el tiempo, ambos presentaron su género secundario. Lo qué generó bastante controversia, dando resultante a Chuuya cómo el bonito Omega qué hoy en día es, y Dazai, el atractivo Alfa qué todos buscan encantar.

Al ser ambos, buenos amigos desde la infancia, Chuuya siempre se creyó con el derecho de reclamar al de oscuros cabellos cómo su adorado alfa, suyo y de nadie más. Y claro estaba qué eran una pareja destinada, todos lo sabían. Chuuya lo sabía, Dazai lo sabía.

Sin embargo, Osamu nunca se vió interesado en él berrinchudo omega, más bien lo veía cómo alguien a quien podía molestar sin parar, Chuuya era una persona con serios problemas de ira, se enojaba con facilidad, Dazai no era una excepción. Pero era obvia la gran diferencia qué existía cuándo el castaño lo molestaba; Nakahara reaccionaba de una manera mucho más sutil y dulce, no era completamente un enojo, era cómo si quisiera lucir más rudo y adorable al mismo tiempo para los ojos de Dazai, y eso el alfa lo sabía.

Pero volviendo al presente, el bajito omega se encontraba mirando al dueño de sus suspiros, Osamu mantenía una amena charla con un chico. Chuuya sabía perfectamente de quién se trataba, no era ni más ni menos qué Ranpo Edogawa, si le preguntan, este niño tenía el mismo intelecto que Dazai, inclusive más alto, y eso era jodido, por qué siempre podía mantener largas charlas con el alfa.

El pelirrojo se limitó a chasquear la lengua, a pesar de saber qué Ranpo ya tenía un novio, no pudo evitar sentirse nervioso, el simple hecho de saber qué éste era también un omega, y andaba de encimoso con Osamu, le hacía hervir la sangre, no le gustaba, lo odiaba.

Y ni piensen qué se iba a quedar de brazos cruzados mirando cómo este par se encontraba tan pegado, obviamente debía tomar cartas en el asunto.

Así qué así sin más, se acercó a paso acelerado a ambos chicos, interrumpiendo inmediatamente la conversación.

-Osamu, ¿no te dije qué pasaramos juntos el recreo? ¡No puedes dejar a tu omega a si cómo si nada para irte con otro!- Exclamó molesto el más bajito mientras prácticamente saltaba sobre el alfa.

Dazai, rápidamente agarró al pelirrojo, evitando qué ambos cayeran directamente al suelo.

-No jodas, ya te he dicho qué no eres mi omega, además Ranpo no es un "otro" es mi amigo.- respondió algo enojado, mientras apartaba a Chuuya.

Podía decirse qué el castaño ya estaba acostumbrado al comportamiento del Omega, pero aún así era molesto el hecho de qué siempre espantaba a sus compañeros o amigos.

Al escuchar esas palabras, Chuuya frunció el ceño, ¿Cómo qué no era su omega? Porfavor... De qué estabamos hablando, eran destinados. El pelirrojo giró los ojos, su alfa era realmente un tonto; Derrepente recordó la presencia del otro omega frente a ellos, dirigió inmediatamente sus ojos hacía este, mirándolo con recelo.

Ranpo simplemente se resignó, sabía qué el omega de Dazai era posesivo, cómo también sabía qué estaba entrando en un terreno peligroso, así qué simplemente se encogió de hombros y prefirió alejarse por un momento de Dazai, no quería lidiar con la mirada de muerte qué le dedicaba el pelirrojo.

-Me debes unos dulces Dazai - dijo finalmente el castaño más bajito mientras se iba corriendo, dejando al mencionado con la palabra en la boca.

El de cabellos chocolate suspiró, ya podía sentir cómo Chuuya se le iba a pegar cómo un perrito...

-Ya lo espantaste, ¿que necesidad había de ser tan celoso? Feo.- susurró el castaño.

- ¡¿eh?! No me digas feo, ¡mira que me pase toda la mañana arreglandome, para así lucir bonito únicamente para tí! - Exclamó indignado el más bajito

Dazai giró los ojos, era difícil tratar con su omega, aunque quisiera evitarlo, era ya un hecho, Chuuya y él habían nacido para estar juntos, estaban destinados a estar atados toda la vida.

Pero Osamu no quería eso, así qué por ahora evitaba lo más posible pasar tanto tiempo con el pelirrojo. Sabía lo mucho qué Chuuya lo amaba, pero el no quería estar toda la vida pegado a un omega tan berrinchudo y exigente.

- Alejate de mí, omega tonto. - intento finalizar Dazai, mientras se alejaba a paso apresurado.

Más sin embargo, eso fué imposible, Chuuya era... Muy meloso y dulce, así qué rápidamente se colgó nuevamente de él.

quería pasar cada segundo con su bonito alfa, así que ya estaba acostumbrado a ese tipo de tratos por parte del castaño, no importaba si Dazai quería huir o alejarse lo más posible de él, sería imposible, Chuuya se encargaría de buscarlo por cada universo y así lograr su cometido. Casarse y darse mucho, pero mucho amor, rodeados de bonitos momentos y situaciones adorables, obteniendo la adorada marca por parte de Osamu, y darse muchos besitos acaramelados, y claro, si se daba la oportunidad, tener unos hermosos cachorritos.

El sólo pensamiento lo hizo suspirar de amor, no podía esperar, ya quería pasar toda su vida con Osamu.

-Chuuya, bajate, ¡eres molesto! --Dijo Dazai mientras trataba de bajar al omega, cómo resultado, únicamente obtuvo qué el omega se le pegara más y recibió unos tiernos besitos sobre su mejilla.

- No seas tan malvado conmigo... ¿Por qué no puedes simplemente aceptar que estás obligado a pasar el resto de tu vida conmigo? Si se me permite opinar... Yo estoy completamente feliz por ese hecho - Le susurró en el oído mientras un bonito sonrojo aparecía en sus mejillas.

-Lo qué tú digas Chuuya, lo que tú digas - Dijo cansado el alfa, ya sabía qué era imposible razonar con el pelirrojo - ahora bajate, ¿crees que no pesas? -

-Jamás, ahora abrazame si no quieres qué ambos caigamos. - respondió rápidamente Nakahara, ya qué sentía como Osamu empezaba a tambalearse por el peso extra.

Por primera vez el alfa acató sus órdenes, obviamente no quería caer, así qué primero lo agarro de las piernas, para luego agarrarlo de los regordetes y bonitos muslos qué el omega poseía. Chuuya se puso tan rojito como un tómate, mientras ocultaba su linda carita entre el cuello y hombro del castaño, debido a la vergüenza qué eso le causó.

- Oh, vamos... No me digas qué ahora te avergüenzas, después de andar necesitado de amor todo el día. - se burló el más alto mientras empezaba a avanzar con Chuuya en brazos. Obteniendo miradas curiosas y celosas por parte de varios estudiantes.

-Tonto... Sólo quiero tu amor, ahora mismo soy muy feliz - respondió con la voz quebrada, realmente se puso muy contento.

Dazai no dijo nada más; Sería realmente difícil intentar qué este tonto omega lo dejara en paz.

Mi alfa |Soukoku|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora