𝖮𝟧

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Oh, baby, I am a wreck when i'm whithout you.
I need you here to stay

— Te extrañé — musitó el bonito pecoso

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— Te extrañé — musitó el bonito pecoso.

Dazai se ahorró las palabras, nada más levanto una ceja, con evidente molestia, mientras retiraba las manos de aquel omega qué se posaban sobre su rostro.

— Estás completamente loco — se limitó a decir.

Realmente no quería pelear, no tenía ni las ganas, ni la fuerza mental cómo para sobrellevar una posible discusión.

Chuuya por otro lado bajó la mirada, él no había olvidado completamente lo qué intento hacer durante su celo. Sabía qué estuvo mal, y qué nada de lo qué quizo hacer tenía justificación, pero, aún así, no quería qué Osamu lo odiara, el castaño lo era todo para él.

— Lo siento... — dijo con sinceridad — Osamu, por favor, perdóname.

Gruesas lágrimas caían por sus agraciados ojos, mientras intentaba acercarse al chico qué tenía delante, sin embargo, éste inmediatamente rechazó el contacto. Se sintió verdaderamente herido; recibir este tipo de acciones por parte de su alfa, era cómo estar en el infierno, cómo un castigo eterno.

Osamu suspiró, el omega era una molestia, pero vamos... ¿Llorar? ¿Es enserio?

¿No debería ser él quién fuera consolado?

— Está bien, ya déjalo — finalizó Dazai con aparente molestia.

Era un gran desgaste emocional tener qué aguantar el demandante comportamiento del omega. Y sabía qué si seguía así, probablemente terminen pegados, y es lo qué menos desea en este momento.

Chuuya dirigió su mirada en dirección a la bonita cara qué poseía su preciado alfa, intentando descifrar la expresión qué tenía en este preciso momento. Se veía abrumado, se sintió aún peor al verlo así. Había dañado a su adorado moreno, ¿Qué pensaba ganar con esto? Si realmente Dazai lo hubiese mordido, probablemente lo odiaría de por vida, y eso era aún peor.

Anhelaba emparejarse con Osamu, pero todo debía ocurrir a su debido tiempo, y eso lo desesperaba, por eso había tomado la decisión de atraerlo con sus feromonas para así lograr su cometido. Pertenecerle única y exclusivamente a su precioso tesoro, y así lograr qué Osamu también fuese suyo, cómo siempre lo había querido, teniéndose así mutuamente.

Pero no se rendiría, lo único qué quería en éste mundo, era el amor del castaño, ser abrazado y besado por él, hacer cosas de pareja, salir a citas, pasear y observar los bonitos paisajes qué dejaba la primavera, o pasar largas horas recostados juntos en invierno, mientras ven alguna película, disfrutando la cercanía.

Anhelaba tanto eso, ¿por qué era tan difícil?

Había cambiado muchas cosas de su aspecto para así llamar la atención del alfa, desde dejar crecer su cabello, al escucharlo decir qué era algo llamativo, hasta tener una personalidad más hostil, ya qué eso le parecía atractivo.

Mi alfa |Soukoku|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora