Corro entre sus parajes, sin rumbo. El bosque da miedo, los árboles son altos y sus ramas forman figuras extrañas. La tormenta sigue y ha empezado a llover. Hay sombras por todos lados. Conforme voy avanzando se hace más difícil encontrar un camino. Todo se vuelve más denso y tenebroso. No sé si he tomado la decisión correcta, pero lo hecho hecho está.
Sin darme cuenta me tropiezo con una raíz y caigo al suelo. Por la inercia ruedo y llegó a un claro. Los árboles me rodean y frente de encuentra un riachuelo. Tras el hay una pared de vegetación, de todo tipo. Pero está no es como la del resto del bosque, se ve mucho más brillante y bella. Es exactamente como la de la cúpula. Me levanto del suelo y miro mi tobillo, está inchado y rojo. Me habré hecho un esguince.
Lo que te faltaba, eres alucinante.
Gracias por los ánimos otra vez, conciencia.
De repente, oigo un ruido detrás de mí. Me giro y puedo ver una flecha clavada en el suelo. Después, otra fecha se dirige hacia mí y me aparto justo a tiempo para que no me dé. Rápidamente saco la daga para defenderme y miro en todas las direcciones. Puedo ver a dos chicas bajar de los árboles. Llevan arcos y armas en el traje. Una es pelirroja y la otra tiene el pelo turquesa. Ambas son de complexión atlética. Lo que más me llama la atención es que las dos tienen gemas colgando de su cabeza, como una especie de tiara y tienen las orejas puntiagudas.
-Atrás, humana. Suelta el arma o estarás muerta en el suelo-amenazó la pelirroja con el arco tensado.
Estoy en estado de shock, no me puedo mover.
Sin más preámbulos la chica tensa el arco y le dispara a mi daga, le da en el mango, clavandola en un árbol. Luego vuelve a tensar el arco y avanza. Esta a punto de dispararme cuando su compañera la detiene, le susurra algo al oído y las dos me miran de arriba a abajo.
-Duendes... -digo sin creerlo cuando me doy cuenta.
-Elfas, para tu información -aclara la chica del pelo azul.
-Elfas guerreras protectoras del bosque y Amora -responde la otra- ¿Cómo te llamas, humana? - inquirió con rudeza.
-Kiara, Kiara Asteria.
-Pues Kiara, yo soy Uma y ella es Alexa -explicó la de pelo turquesa -Ahora las manos atadas, que te vamos a llevar con la líder para ver qué hacemos contigo.
Uma me ata las manos y Alexa me agarra como una prisionera. Me empuja hacia el arroyo. Allí Uma pronuncia unas palabras en una lengua extraña. Lo que pasa ahora hace que me quede muerta.
El arroyo desaparece, la pared de vegetación desaparece y deja de llover. Avanzamos y cruzamos a la otra parte del bosque. De repente estamos todas secas. Mi alrededor es asombroso. Todo está lleno de luz, los árboles son altos, verdes y brillantes. En los troncos tienen una especie de patrones en la madera. Hay plantas para ungüeros, pero son mucho más exóticas. Son de colores vivos y algunas desprenden una especie de aire hechizado. Se respira magia. En el camino me cruzo con lagos y cascadas, todas de agua cristalina.
Durante el trayecto Umae explica dónde estoy. Dice que estoy en la parte desconocida del bosque. Vamos a su clan, en la que apropósito, está formada por elfos y otras criaturas fantásticas. Llama Amora a todas las criatura fantásticas. Ninat es su líder y es la que decidirá si puedo quedarme con ellos, me van a devolver a la aldea ( me matarán en cuanto me vean ) o me matarán. Es vivir o morir.
Todo esto es muy raro, estoy que no me lo creo.
Seguimos avanzando cuando llegamos a una especie de clan. Todo lo que hay son elfos. Cada uno de ellos está haciendo cosas, algunos están entrenando con los arcos, otros recogen plantas, incluso veo a un par bailando y cantando. Llevan la misma vestimenta fantástica que mis captoras. Faldas largas y finas, trajes de una especie de cuero con compartimentos para sus armas, vestidos con corsés.
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Mi verdadero yo
FantasíaKiara, una adolescente de 15 años, acaba de ser capturada por la misma guardia real. Ella cree que es por acusación a brujería, pues se gana la vida recogiendo plantas de todo tipo, desde para ungüeros sencillos hasta venenos letales. Pero la verdad...