15. La última batalla

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-Ya estáis aquí. ¿Habéis conseguido algo? -dice la capitana. Yo en respuesta, sacudo la bandera amarilla.

-Nosotros también, Jake ha visto al equipo Plata y les hemos hecho una visita -dice Isabella. -Les he lanzado flechas envenenadas a todos.

-Mira, quién diría que la inocente Isabella fuera tan malévola. Ahora tenemos nuestra bandera y dos más -habla alegre Alex.

-No, tenemos cuatro. El equipo Plata tenía la suya y una azul eléctrico -Jake aparece de entre los árboles y se reúne con nosotros.

-Vale, Jake vete con Isabella a ganar alguna bandera, yo voy a vigilar. Alex y Kiara, quedaros aquí.

Jake se va con Isabella y Alexa se aleja a vigilar. Nos quedamos solo Alex, las cuatro banderas y yo. Ambos nos sentamos en el suelo.

-Oye, ¿cómo vas con el tema de ayer?

-Bueno, es difícil. Sabía que el rey no me dejaría pasar el hecho de que escapé de él, pero no sabía que ya le había puesto precio a mi cabeza. Es escalofriante.

El pelirrojo se acerca y me abraza.

-Sabes que mientras estés en el clan no te pasará nada, estás con nosotros.

-Yo no estaría tan segura de eso. Todavía estoy en periodo de prueba, ni siquiera para ser parte del clan, si no para simplemente quedarme. Además, a los tuyos no les gustan los humanos, no les gusto yo.

-No es que no les gustes tú, es que tenemos un mal pasado con los humanos. Se pararan a conocerte estoy seguro de que les encantarías. Sé que a más de uno lo haces... -de su boca sale una sonrisa pilla.

-Alex, ¿a qué te refieres con eso?

-Nada, nada. Pero alguien me ha dicho que le pareces preciosa...

-¡Alex Delis, quién te ha dicho eso!

-No lo puedo decir, pero te voy a soltar. No quiero espantarte a los pretendientes... -rompe nuestro abrazo y se ríe de mí.

-Eres insoportable -me pongo a pegarle.

-Quieta, fierecilla -el apodo me recuerda a alguien. Alguien que siempre me dice así.

-Oye, ¿tú sabes qué le pasa a Jake? Ha estado muy distante conmigo hoy.

-Uuuuy, Jaaakeee -dice moviendo las manos y haciendo corazones con estas.

-No mal pienses.

-Vale, no sé qué le pasa, conmigo está normal. Algo habrás hecho tú.

Me quedo en silencio reflexionando sobre lo que ha dicho. Una corriente de aire sopla y las hojas de los árboles se mueven. De entre estos sale Alexa, en sus manos tiene una bandera rosa palo.

-¿Le has ganado la bandera a un equipo tú sola? -dice atónito Alex.

-¿Acaso dudas de mí?

-Yo no, eres impresionante -el comentario que le hago hace que levante la barbilla.

-Kiara, ve a vigilar y de paso busca comida.

-Sí señora.

Me alejo de los gemelos y me adentro en la vegetación del bosque. Cuando creo que estoy lo suficientemente lejos empiezo a buscar algo para comer. No hay mucho en esta zona, solo encuentro un par de frutas redondas y una especie de bayas que no sé si son venenosas. Retrocedo un poco al ver que me he alejado demasiado, pero no llego al lugar exacto en el que estaba.

Veo una bandera, una negra. Está sola, no hay nadie a su alrededor.
La tentación me llama, quiero cogerla.

No puede ser tan fácil, tiene que haber una trampa.

Mi verdadero yoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora