9. Arcos y saltos.

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Hoy he quedado en el campo de entrenamiento con los gemelos para un entrenamiento especial, según ellos. Anoche caí rendida a la cama después de el plan. Esta noche he vuelto a soñar con ese ojo. En el sueño estaba el libro que cogí y este brillaba. Yo lo abría y ahí estaba el ojo. No sé cuál es el significado. Pero lo tengo que averiguar, se lo contaré a Isabella.

Llego al campo y ahí están Alex y Alexa.

-Buenos días, ratoncita.

-Y dale con el apodo -digo mientras él pelirrojo me pasa la mano por el pelo, despeinandome. -Para empezar, la última vez gané yo. Encima lo dices como si fuera una cría y solo me sacáis un año.

El elfo se ríe y cuando me suelta saludo a su hermana.

-Bueno, ¿cuál es el entrenamiento tan especial de hoy?

-Hoy, Asteria, vas a conseguir tu arco -dice la elfa.

-VOY A CONSEGUIR UN ARCO -me doy cuenta de que lo he dicho con mucha emoción y digo. -¡Que bien, voy a conseguir un arco!

Los gemelos se ríen de mí y mi fuerte emoción.

-¿Ya he puesto el cuerpo y el alma en el entrenamiento? -hablo divertida usando las palabras que me dijo Alexa la primera vez que entrenamos.

A la pelirroja se le transforma la cara, su expresión se torna cabreada. Al contrario que la de Alex, que no puede estar más maravillado con la situación.

-No te flipes, Asteria. Solo te vamos a dar el arco porque quedan menos de dos meses para tus pruebas y si no empiezas a trabajar, no estarás preparada.

Yo asiento, haciendo que me lo creo. La chica no pierde el tiempo y ordena que nos vayamos. Ella se queda a la cabeza, mientras yo voy hablando con la zanahoria detrás.

-¿A dónde vamos?

-Vamos al cuartel de las armas. Allí encontraremos un arco para tí. Con suerte tendrán un arco extra pequeño -dice molestándome.

-Ja ja ja, muy gracioso zanahoria podrida.

El hace un gesto en su pecho, como si se le hubiese clavado una flecha en el corazón. Luego cambia la cara por la sonrisa bromista de siempre.

-Sabes que estoy bromeando. Aunque seas una cría, no te quiero enfadar. Das miedo cuando lo estás.

Yo ruedo los ojos, intentando ocultar una sonrisa.

-Oye, ¿te has enterado de lo que pasó anoche en la biblioteca?

Oh, no. Madre mía. Disimula, haz como si no lo supieras.

-No, ¿qué ha pasado?

-Se ve que alguien ha entrado en la sección prohibida de la biblioteca y ha robado un libro. También me han dicho que ha dejado cao a un guardia, destrozado unas cuantas estanterías e hipnotizado a dos guardias.

-Es una vergüenza que nuestros guerreros hayan sido vencidos así. Si yo hubiera estado vigilando, seguro que no pasaría -suelta Alexa. -Pero hay que admitir que quién lo ha hecho, tiene maneras -añade.

A mí, inconscientemente se me sale una sonrisa por el comentario. Aunque la borro enseguida.

-¿Quién os lo ha contado? -pregunto.

-A sido Uma, ella dice que estaba en la biblioteca en ese momento y lo vivió en carne propia.

Pues yo no la ví.

No hablo más porque la pelirroja se detiene. Estamos frente un edificio de madera, no es muy grande. Sin embargo, hay mucha actividad.

-Kiara, este es el cuartel de las armas -anuncia.

Mi verdadero yoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora