Es momento de que lo sepan PARTE 3

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—¿Hola? — el rubio respondió la llamada.

—Soy Pia—

—Pia— sonrió en automático. —¿A qué debo tu llamada? —

—Eso lo sabes muy bien, necesito verte, ¿Dónde puedo hacerlo?, pero debes saber que absolutamente nadie se debe enterar ni vernos, ¿Oíste bien?, nadie—

—Tranquila, soy bastante bueno en eso de ocultarme de la prensa, te mandaré la ubicación del lugar en donde nos vamos a ver, ¿Puedes ahora mismo? —

—Por supuesto— estaba decidida.

—Perfecto, te veo en la ubicación—

—Ok—

Colgaron.

Pia iba bastante decidida, no iba a tomar su auto, así que lo más coherente en ese momento era pedir un taxi, después de todo, ella no era reconocida, así que no tendría problemas si alguien la miraba, pero por precaución extra, se puso los lentes de sol y una pañoleta en la cabeza, no iba a arruinarlo.


Travis estaba llegando a casa, cuando entró, aventó las llaves, ese sonido hizo que los perros salieran corriendo a verlo.

—Hola chicos— les acarició la cabeza. —¿Cuidaron bien de Taylor? —

Ella salió riendo al oír eso. —Lo hicieron bien, no te preocupes— se acercó a él para besarlo.

—¿Estuviste bien sola? — la besó de nuevo y luego puso su mano en el vientre de ella. —¿Estuvieron bien los bebés? —

—Todo estuvo bien, tranquilo, de hecho, estaba haciendo roles de canela, no estoy segura de que hayan quedado bien, no pude probarlos, tengo prohibido comer canela— rio.

—Y por eso aquí tienes al supervisor de comida oficial— rio.

Fueron directo a la cocina, la cual estaba bastante impecable, a pesar de que seguro estuvo un rato horneando, ella era bastante ordenada, al llegar hasta la barra, Taylor sacó una rebanada de sus famosos roles de canela y le sirvió a Travis.

Tomó el pedazo y lo probó. —Hmmm, Tay— habló comiendo.

Ella rio y le limpió el excedente del glaseado que tenía en la boca con su pulgar. —¿Te gustaron? —

—Siempre me van a gustar, todo lo que hagas, básicamente— decía la verdad.

Besó su mejilla y sonrió. —Y... ¿Todo bien con tu publicista? —

—Ya estaba esperando esa pregunta— rio. —Todo normal, solo hablamos de asuntos de trabajo, ¿Estás pensando en algo más? —

—¿Algo más? — trató de ocultarlo.

—Taylor— Travis seguía comiendo los roles de canela.

—¿Qué? —

—Taylor— repitió.

—Ok— se vio descubierta. —No hace falta recordarte que ella me odia, ¿Verdad? —

—Nena, no te odia—

—Sí me odia, le caigo mal, se nota a kilómetros—

—Bueno, tal vez es porque no te conoce como yo lo hago, es normal—

—Deja de decirme eso, sé que lo haces para no hacerme sentir mal, pero a ella no le caigo nada bien—

—No debería importarte su opinión de todos modos, ¿O sí? —

Quiero ser tu juego finalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora