CAPÍTULO 61 Está en todos lados

922 65 90
                                    

—Los bebés están bien— se acarició el vientre.

Travis se sentía culpable de estarle ocultando algo tan enorme como eso, pero era por su bien, no quería que se pusiera mal y eso además de afectarla fuera una complicación para los bebés. —Me alegra escuchar eso— la abrazó, acariciándole el vientre tiernamente, todavía no conocía a sus bebés y ya los amaba con todo su ser, iba a proteger a su familia.

Ella se acurrucó en sus brazos, amaba el modo en como la rodeaba, podía sentirse protegida. —¿Llevas mucho despierto?, debo ir al baño— se levantó lentamente de la cama.

—Yo aquí te espero—

Era momento de que pensara rápido, no tenía idea de que decir, rogaba que le creyera, odiaba mentirle, pero debía protegerla, aprovecharía que Taylor fue al baño, en eso Chauncey entró para indicarle a los humanos que tenía hambre. <<Lo siento Chauncey>>

—¡Chauncey, cuidado! — Travis gritó.

Chauncey se le quedó mirando raro, con la cabeza inclinada, no comprendía nada, así que Travis tomó el celular de su prometida y con toda la culpa del mundo, lo estrelló fuertemente contra el suelo, arruinando la pantalla de su iPhone por completo, el perro ignoró todo y se fue de nuevo.

—¿Qué es lo que pasó? — Tay salió de baño.

—Un pequeño accidente... con tu celular—

—¿Qué tiene? —

—Chauncey lo tiró por accidente, se estrelló la pantalla—

—Oh no, Trav— tomó el aparato. —Se ve terrible, la pantalla se ve inservible— lo estaba mirando, intentando encenderlo, pero no funcionaba ya.

—No te vayas a molestar con el peludo—

—No, tranquilo, no haría tal cosa, es un animalito, aunque ahora, no tengo muchas urgencias laborales, no pienso hacer nada hasta un par de meses luego del parto—

Eso le hizo sentir aliviado a Kelce, al menos funcionaría un par de días, sabía que su obsesión por jugar Candy Crush le haría querer tener otro teléfono pronto. —El zoológico debe estar hambriento, ¿Quieres desayunar algo en especial hoy? — la besó.

—Hoy me siento algo cansada, la verdad, sé que es normal querer dormir más, pero a veces es raro—

—¿No tienes hambre? — estaba preocupado.

—Sí, si tengo, tan solo un poco de cereal me será suficiente—

—Vuelve a la cama, me encargaré de eso—


Mientras tanto Andrea estaba como loca, mirando aquella terrible noticia.

—¡TMZ!, que horribles, ¿Cómo se atreven a publicar una cosa así? — ella se encontraba en su casa de Nashville, no iba a cometer la imprudencia de llamar a Taylor, Carol le había avisado de que Travis evitaría como pudiera que su hija mirara las noticias o siquiera su celular, no estaba segura si él lo lograse, pero sería mejor ir a ayudar.

Así que tomó sus cosas y empacó lo necesario para volar de inmediato a la ciudad de Kansas, le habló a Travis para quedar de acuerdo en cómo manejarían las cosas con su hija.

Le llamó.

—Travis, ¿Cómo está Taylor? —

—Por el momento, genial, no sabe nada—

—Gracias al cielo, voy para allá, te ayudaré a cubrir esto—

—Está bien, hoy a toda costa trataré de que no se conecte de ningún lado a las redes, me siento como un demente— sentía culpa.

Quiero ser tu juego finalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora