Secuestro

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Aun los días eran tristes aunque papa intentaba recuperar las riendas de la empresa, no le había ido nada bien las últimas semanas, se suponía que debía rebajar los gastos y eliminar lo innecesario, recudir personal y ajustar nomina, pagos, pero no lo hizo, aun tenía esperanzas de recuperar aquellos años donde nada afectaba a su imperio. Un día el señor Pablo y Gastón visitaron la oficina de papa para ofrecerle un trato al cual no pudo resistirse, mi mano por invertir a gran capacidad en la empresa y fue así, a la mañana siguiente llamaron a mama quien no estaba nada contenta de que me alistara porque en la tarde ellos vendrían a prometer que esta vez no me dejarían embarcado en el altar, cuando ella me lo dijo todo, solo me senté en la cama y no lo entendía, se suponía que esta pesadilla había pasado. Mama hablaba pero, no la podía escucha, hasta que me abrazo y entro papa a la habitación muy bien vestido y con una sonrisa que no le había visto nunca antes de la muerte de Daniel. Me miro como si estuviera haciendo algo malo y debería sentirme orgulloso.

- Es lo último que haré por ti y espero que aproveches esta oportunidad – levanto a mama de la cama de un brazo para que me soltara – No dejare que estés por ahí como esos cualquiera de la calle – dice molesto.

- ¿De qué hablas, No ves que le gusta ese muchacho? – Le grito mama para que lo entendiera por una vez.

- Yo hice un negocio y una promesa con este matrimonio y no pienso cambiar de opinión – me miro a los ojos – Y te vas a casar lo ames o no – Me exigió.

- ¡Te odio! Eres un monstruo – le grite – Si no paras esto, te juro, que me suicidare, te lo prometo, antes de la boda lo haré – lloraba – prefiero morir que casarme con ese psicópata- chille.

- Magi has que se comporte tu hijo o voy a tener que abofetearlo – le exigió a mama furioso. Nunca baje a escuchar lo que ellos tenían que decir, mama tuvo que asistir y escuchar las excusas y nuevas promesas por mi mano en matrimonio, mama no hallaba que decir y papa tomo el control de la conversación diciendo que me sentía mal y dándole permiso a Gastón de que subiera a mi habitación a ver como estaba. Toco la puerta dos veces y le abrí, cuando lo vi, mi corazón salto en terror paranormal y me aleje como si me fuera a cortar en dos su cercanía.

- ¿Te sientes mejor? – Me pregunto con semblante preocupado.

- ¿Sentirme mejor de qué? – Le devolví su rara pregunta.

- Tu papa dijo que andas enfermo – se acerco y me aleje aun mas y mis nervios estaban saliendo a flote.

- La verdad sí, me enferma pensar que tengo que casarme contigo – le grite – no quiero que te acerques, ni que me mires, es más, vete de habitación – lo corrí, pero seguía ahí mirándome como si estuviese borracho y no me estuviera prestando atención.

- ¿Me puedo quedar contigo esta noche? – Me pregunto de manera insólita, estaba que lo golpeaba en la cabeza y si moría en el proceso no me arrepentiría de nada y papa llego, escucho lo último que dijo.

- No – dije

- La verdad, es que si puedes quedarte Gastón- Sonríe papa mirándome como si yo estuviera actuando mal – Brian necesita más cuidados y ahora está enfermo, es mejor que tu lo cuides, vigilas toda la noche – Gastón se le iluminaron los ojos y empezó a ver todo alrededor y empecé a llorar de la nada, mi papa... no podía estar haciéndome esto.

Como era de esperarse papa se quedo en casa a dormir para evitar que mama interrumpiera y me ayudara. Permitió que Gastón se quedara en mi habitación, basándose en que estábamos comprometidos y eramos hombre ¿Qué malo podía pasar? El estaba invalidando mi espacio personal y arruinando mi vida, hubiera preferido que lo mataran y que nunca regresara, para que no estuviera aquí y dormir, respirar cerca de él.

Primer Otoño Sin Ti...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora