CAPÍTULO 11

18 5 2
                                    

La vida se trata de despedidas. Pero realmente no pensé que nuestra despedida fuera tan pronto.

Una relación que ni siquiera había comenzado ya se estaba desmoronado, un amor tan puro y real se estaba convirtiendo en el más tortuoso ante los ojos ajenos.

Verlo destruirse de esa manera logró calar muy profundo en mi corazón, aveces quería pensar que la tristeza que acompañaba el alma de Min Yoongi era una con la cual no podía lidiar pero a pesar de todo eso, me encontraba nuevamente a su lado viendo como le daba otra calada al rollo que tenía entre sus dedos. Viendo como poco a poco destruía lo poco que quedaba de él.

Las últimas semanas había estado consumiendo demasiado, trate de hablar un par de veces con él pero siempre recibía insultos y malas caras de su parte, era una nueva faceta del peli negro que nunca antes había visto pero que poco a poco agrietaba mi corazón.

Últimamente no comía ni dormía tampoco hablaba conmigo sólo me llamaba cuando tenía ganas, para  quedarnos sentados mirando hacia la nada en aquel parque solitario. Era inevitable sentir que no había nada que pudiera hacer para ayudarlo, él estaba cayendo a lo profundo y yo temia no poder sacarlo.

Las ojeras estaban presente bajo sus hermosos ojos y su piel pálida cada vez se tornaba amarilla, sus labios estaban agrietados y su cuerpo mostraba un estado de desnutrición, yoongi hacía doler mi corazón con su actitud, Lo hacía doler tanto.

Aquella tarde en particular volví a encontrarlo sentado en uno de los columpios del parque fumandose un cigarrillo y perdido en la nada. Me acerqué y me senté a su lado logrando captar su atención, aún no sabía por lo que estaba pasando y me preocupaba que deteriorara mucho más su salud.

---Yoon ¿podrías hablar conmigo? ---hable mirándole. ---¿te das cuenta que me estas haciendo daño?

---yo te lo dije. ---dijo carraspeando la garganta. ---yo te puse a elegir, te dije que sería el mismo desastre todos los días, tu quisiste quedarte. ---continuo dándole una gran calada al cigarrillo.

---dime ¿porque te estás haciendo daño? ---susurre dejando caer algunas lágrimas. ---¿porque te estás dañando tanto? ---mis lágrimas caían mojando mis mejillas. ---¿dime porque? ¡¿porque?! ---senti un dolor grande en mi garganta y aquel nudo apareció como aquellas noches cuando me quedaba llorando en la habitación por todo lo que había sucedido recientemente con él.

---si te dijera que tuve un hermano y por mi culpa murió ¿te quedarías conmigo? ---pregunto con algunas lágrimas en los ojos. ---si te dijera que estoy harto de que mi padre se desquite conmigo cada que llegó a la casa ¿te quedarías conmigo? ---su respiración cada vez se aceleraba más. ---si te digo que fumo toda esta mierda para olvidarme de mi patética vida ¿te quedarías conmigo?

---¡claro que me quedaría contigo! ---a este punto gritaba, mi garganta dolía pero tenía que sacar todo lo que tenía dentro. ---¿¿ya te dije que no me importa lo cuán herido y roto que estés? Yo me voy a quedar contigo!

---no mientas, al final todos se van. ---diciendo esto se levantó tiro la colilla del cigarrillo al suelo y se fue, dejándome ahí con mil preguntas sin respuestas, que tal vez él no se iba a molestar en responder porque estaba tan herido como para abrir más sus cicatrices.

Lágrimas gruesas bajaban por mis mejillas sin parar, el pecho me dolía tanto y sentía como mil agujas se inscrutaban en mi corazón haciendo pequeños agujeros dolorosos.

Regresé al hostal destrozada, no entendía porque su cambio repentino si todo parecía ir bien, no entendía porque me estaba dañando, no entendía porque se empeñaba en hacerse daño. Cuando entre me encontré con aquella mujer de cabellos blancos a un frente al televisor en la sala de Star, estaba sentada como siempre viéndose una de sus novelas pero sus ojos se encontraban perdidos en algún punto de la habitación.

Eres Mi Estrella Donde viven las historias. Descúbrelo ahora