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Publicada: Enero 06, 2024. ── Editada: Febrero 14, 2024.

La primera comida que compartieron juntos cuando Kaveh se mudó por primera vez fue así:

Comenzó con una discusión, por supuesto. Alhaitham acababa de llegar del trabajo y encontró a Kaveh limpiando la casa. Le insistió en que no tenía que hacerlo, pero Kaveh solo respondió con algo sobre lo horrible que estaba el lugar, sobre el polvo en todas partes, sobre cómo no podía creer que Alhaitham hubiera vivido así durante años y, bueno, ahora que él también vivía allí, ¿por qué no iba a intentar hacer el espacio más cómodo para sí mismo?

──¿Ya actúas como si fueras el dueño del lugar? ──Alhaitham arqueó una ceja.

──¡Tú me ofreciste vivir aquí! ──Chilló Kaveh. ──Pero si tanto te molesta que limpie, me puedo ir.

No. Alhaitham casi gritó, la palabra subiéndole por la garganta como bilis. Kaveh no podía irse otra vez. Apenas lo había recuperado.

Pero Alhaitham nunca había sido alguien que mostrara su desesperación, así que solo dijo:

──¿Y adónde más irías?

Kaveh levantó las manos. ──¡No lo sé! ¡Por los dioses, Alhaitham, ¿tienes que ser tan cruel cuando acabo de mudarme?!

No había sido su intención ser cruel. Lo decía en serio, porque si Kaveh se iba otra vez, ahora que Alhaitham sabía que estaba de vuelta en la ciudad, la proximidad—tan cerca pero tan lejos—lo devoraría vivo.

La cara de Kaveh se había puesto roja por la irritación. Se había metido las manos en el pelo, a punto de arrancarse algo, y no miraba a Alhaitham. Estaba mirando el guardapolvo caído como si lo hubiera mordido.

No era de extrañar que no hubieran funcionado en la Akademiya. No era de extrañar que Kaveh lo hubiera dejado.

──No era mi intención sonar cruel. ──Dijo Alhaitham en voz baja.

Kaveh finalmente levantó la cabeza y le lanzó una mirada curiosa.

──Bueno, estaba tratando de hacer algo agradable por ti, como agradecimiento por dejarme quedarme contigo.

──Nunca te pedí que hicieras eso.

──Sí, porque lo hice de corazón, lo cual no requiere que me lo pidas. ──Kaveh sonaba menos molesto que antes, y más bien con el nivel normal de irritación que solía tener al hablar con Alhaitham.

Volvió a recoger el plumero, lo que Alhaitham consideró una victoria..

──¿Y me das las gracias desordenando mis libros? Tenían un orden en mi cabeza, aunque otros no lo entendieran.

Kaveh le dirigió una mirada exasperada, con justo el suficiente deje de afecto como para que casi pareciera que estaban de vuelta en la Akademiya. ──Eres ridículo.

Palabras familiares de días familiares: Kaveh no lo llamaba ridículo desde hacía años. Y quizá, solo porque quería ver su reacción, Alhaitham dijo: 

──Pero sigue siendo mi casa.

──¡Tú...!

Alhaitham se giró hacia los estantes para ocultar su sonrisa.

──Gracias por limpiar. ──Dijo. ──Pero no tienes que hacerlo.

──Vivo aquí ahora, ¿no? ──Murmuró Kaveh. ──Me gustaría limpiar el espacio para mí, si no es por ti.

Sí, ahora vivía aquí. Alhaitham tosió tan discretamente como pudo y tragó un tallo de flor particularmente doloroso.

──Bueno, es tu decisión. ──Dijo Alhaitham. ──Recuerda que yo no te obligué a hacerlo.

𝑯𝒂𝒏𝒂𝒉𝒂𝒌𝒊 [𝐇𝐚𝐢𝐊𝐚𝐯𝐞𝐡]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora