𝑯𝒂𝒏𝒂𝒉𝒂𝒌𝒊 [𝐇𝐚𝐢𝐊𝐚𝐯𝐞𝐡]

❁06❁

Alhaitham aprendió a vivir con las flores.

Habían aparecido dos años antes de graduarse, cuando se despidió de Kaveh en su graduación. Se quedaron afuera en el pasillo después de que terminó la ceremonia principal, ambos mirándose el uno al otro como si estuvieran parados en lados opuestos de un puente con un valle entre ellos.

La pregunta era: ¿no debería haberlo sabido antes? ¿No debería haber descubierto antes que sus sentimientos por Kaveh no eran correspondidos?

Pero la cuestión era que en realidad nunca habían sido nada en la Akademiya, contrariamente a la creencia popular. Claro, hacían casi todo juntos, se les podía ver juntos en la biblioteca, en la cafetería o en uno de sus dormitorios; pero durante todo el tiempo que Kaveh pasó en su cama, o Alhaitham en la suya, nunca habían hecho nada, porque siempre eran ellos estudiando, siempre debatiendo, siempre Kaveh desmayándose después de una larga noche hablando y trabajando demasiado. Estaba cansado de regresar a su habitación, por lo que Alhaitham cubría los hombros de su superior con las mantas y luego buscaba un lugar cómodo en la alfombra para dormir porque incluso acostarse uno al lado del otro era un límite que ninguno de los dos se atrevía a cruzar. Nunca hablaron así de sus sentimientos, nunca se rozaron los hombros más de un segundo, nunca se besaron.

Alhaitham siempre se había mantenido reservado con la esperanza de que pasara desapercibido. Pero eso en sí mismo le valió la reputación de no hablar nunca con nadie. Pero la gente habla, se dieron cuenta cuando empezó a aferrarse a Kaveh como una plaga. Claro, la mitad del tiempo estarían discutiendo, pero Alhaitham seguiría hablando, y esa era la parte más importante.

──Son lindos juntos. ──Oía a veces en los pasillos. ──Pero me sorprende que sean ellos. Kaveh es tan sociable y ese... Es tan hosco. La mitad del tiempo ni siquiera viene a clase.

──¿Quién es ese con los auriculares? ──Él también escucharía que murmuraban nuevamente. ──Juro que nunca lo había visto antes, excepto con Kaveh de Kshahrewar.

──El niño está pegado a él como pegamento, pero siempre parece vagamente enojado.

──Kaveh parece tenerle cariño, pero realmente no lo entiendo. No es que esté a punto de entrometerme en una relación que no es mía.

Kaveh nunca actuó como si hubiera escuchado la conversación, al igual que Alhaitham tampoco. Pero pensó que ambos debían haberla oído, y ambos debían haber sabido que el otro había oído. Pero saberlo no cambió nada, ni pareció importar. No por la forma en que Kaveh le sonrió: cálida, brillante y un poco exasperada. No por la forma en que sus codos se rozaban en los pasillos sin disculparse. Cómo Kaveh -en lo más profundo de su delirio, sostenido por hilos por el café- encontraría a Alhaitham para cuidarlo, para hacerle compañía mientras ardía a través de la Akademiya como un cometa, ansioso por romper Sumeru, ansioso por romper los cielos. Y a pesar de todo, todavía queda un lugar a seguir para Alhaitham.

Luego decidieron hacer un proyecto juntos, lo cual fue el peor error que ambos habían cometido. Al principio tenía sentido: por supuesto, dos mentes tan brillantes como las de de ellos deberían trabajar juntas maravillosamente, deberían producir algo sorprendente.

Pero quienes hablaban tenían razón: sus personalidades eran demasiado diferentes y sus ideales chocaban demasiado. Alhaitham borró su nombre de su tesis. Kaveh rompió su copia. Dejaron de hablar. Pasó el tiempo y llegó la graduación.

Alhaitham casi no había venido porque la última vez que hablaron, explotaron el uno contra el otro, y semanas después todavía se encontraba ahogándose con los escombros. Pero entonces estaba recostado en su dormitorio, escuchando cómo los pasillos se llenaban con la procesión de estudiantes de último año que se dirigían al salón principal para la graduación, con pasos sonando contra el suelo como una campana.