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38. Déjame a mí

<< En ocasiones conoces a alguien y te das cuenta de que quieres hacerle sonreír el resto de tu vida >>
Anatomía de Grey

Silvia tenía la cabeza trabajando sin parar, demasiadas emociones concentradas, y más después de haber estado con Amelia... Aparcaba el coche y al ir a guardar el teléfono, venía que tenía un nuevo mensaje precisamente de ella.

Amelia: Estoy pensando seriamente decirle a Sebastián que rechazo el contrato... No quiero separarme de ella...😔

Silvia: Piénsalo bien Amelia, no tomes una decisión así a la ligera, es la oportunidad de tu vida y ella lo entenderá, estoy segura...❤️

Amelia: No digo que no lo entienda... Pero es que aún no me he ido y no puedo dejar de echarla de menos... ¿Cómo me voy a ir a miles de kilómetros de sus brazos? 😟 ¿Tú qué harías?

Silvia se quedó pensando... Pensaba en estar a miles de kilómetros de Pepa, sin saber qué hacía, dónde estaría, con quién, si podría hablar con ella sin tener una necesidad incesante de tenerla a su lado, sin saber si la llama que habían encendido se mantendría encendida como la antorcha olímpica o iría perdiendo fuerza... No sabía si la morena la echaría tanto de menos como ella lo haría, pero por impulso, agarró el mando del garaje, abrió la puerta y volvió a arrancar el vehículo.

Silvia: Te has vuelto una lesbiana de primera Amelia, la intensidad, el drama... 🫣
Tienes que hacer lo que tú quieras hacer amiga... Supongo que todos necesitamos hacerlo para sentirnos en paz con nosotros mismos... Pero me sigue pareciendo una locura🫣

Amelia: Estoy loca de amor Sil... Nunca había amado a nadie de esta manera, y sé que me entiendes...😉😉

Silvia detenía el coche a la salida del parking y contestaba un último mensaje antes de tirar el móvil al fondo del bolso.

Silvia: No sé de dónde sacas esas conclusiones bolli premium... Pero aquí la profesional soy yo... Es una gran oportunidad, la gira de tu vida... No creo que se trate de elegir entre la chica y tu carrera... No siempre la vida es elegir amiga...

Arrancó de nuevo y escuchó como su teléfono seguía recibiendo mensajes, pasó el camino pensando en esas palabras de Amelia "No he amado a nadie así y sé que me entiendes". Intentando no pensarlo subió el volumen de la radio, aunque casi fue peor, porque aquella letra parecía hablar por ella misma...

"No sé,
Esto de estar juntos
cómo puede resultar
Tan pronto me animo,
tan pronto me vengo a atrás
Este desconcierto
no me hace ningún bien
Tal vez
Nos guste demasiado
que queramos repetir
Entres en mi vida
con la fuerza de un fusil
Y me desordenes
todo cuanto conseguí
No...
No quiero barreras
que me puedan contener
No quiero tus manos
que me puedan convencer
No quiero perder
las riendas de mi corazón
Déjame quererte a mí,
déjame morirme a mí por ti
Déjame extrañarte a mí
Porque si te dejo a ti
vas a ser mi perdición
Vas a ser mi perdición..."

Así había sido... Pepa había irrumpido en su vida con la fuerza de un fusil y había desarmado cualquier argumento que la hiciera parecer una persona fría, distante y dura, como solía... Cómo llevaba siendo demasiado tiempo...

Después de dejarlo con Natalia, o más bien, de que la pelizorra, como ella la llamaba, se fuese con Tomás, se había jurado amor eterno a sí misma, regalándose incluso una alianza en la que se prometía que ese amor propio siempre estaría por encima de todo. No iba a volver a caer, había enterrado sus sentimientos, su corazón...