Capítulo X: Lobos Rojos

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POV Aaron

Salí de la rana como si nada y me acerqué al gilipollas que estaba al lado de mi mochila.

Aaron: Como hayas tocado algo, pondré tu cabeza en órbita-el chico aún estaba en chock.

Aún así tomé mi mochila.

Arisha: ¿Aaron, se encuentra bien?-se acerca a mí claramente preocupada.

Aaron: Claro que sí, no es la primera vez que estoy en un sitio pegajoso. Hace 233 años estaba en la barriga de mi mamá jajajaja-creo que no le dió gracia el chiste, ya que su cara era todo un poema.

Juan: ¿¡Por qué hiciste eso, imbécil!? ¡Apoco te agrado tanto como para que salvaras mi vida arriesgando la tuya!-incluso ahora está enojado.

En serio tiene problemas mentales.

Aaron: Fue por instinto, no te hagas ilusiones, pude haber dejado que te comiera, eres muy pesao.

Pensé que Juan se ofendería, pero simplemente agradeció.

Después de eso Juan me acompañó a buscar aunque sea un charco para limpiarme toda la sangre. Cómo mi suerte es grande, encontramos un pequeño charco, por decir pequeño, ya que todo está super grande. Era del tamaño de un lago pequeño. Y claro que me llevé mi mochila.

El agua estaba fría, podría estar peor

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El agua estaba fría, podría estar peor.

Sin vergüenza a que Juan me vea, dejo mi mochila cerca y me quito la ropa. Él simplemente gira su cabeza.

Entro al agua ¡¡Qué fría!! ¡Qué infeliz soy!

Comienzo a lavar mi cuerpo para luego ir a la ropa.

Juan: Lo que dijiste antes, de que soy débil. Tienes razón, soy un debilucho y creo que Arisha está conmigo porque me tiene lástima-dice en un tono triste.

Si ya me caen mal los debiluchos de cuerpo, odio con mi alma a los debiluchos de mente. Si quisiera lo seguiría hundiendo en la miseria y la depresión, pero bueno, tampoco soy un monstruo desalmado.

Aaron: Si, eres debilucho... Pero entonces lo que tienes que hacer es volverte fuerte. Vuélvete fuerte para proteger a esas personas que quieres. Te digo mi secreto, vive con 9 hermanos del demonio, una mujer que cocine mal y un padre que te intimide; en una ciudad donde te pueden secuestrar en cualquier momento mientras vives una vida eterna de dolor y sufrimiento...

Creo que se quedó rayado o no entendió mi explicación porque se mantuvo en silencio, hasta que se empezó a reír.

Aaron: Te estoy aconsejando chaval, podría ser tu bisabuelo.

Juan: Lo siento lo siento. Es solo que me dió gracia la última parte... Gracias, por el consejo.

Aaron: De nada, pa' eso estamos.

Nos mantuvimos en silencio el resto del baño.

...

Intenté dormir el resto de la noche, pero no, simplemente no me fiaba todavía. Solo mantuve mis ojos cerrados, descansando la vista.

Raúl Donde viven las historias. Descúbrelo ahora