POV Aaron
Me he quedado despierto toda la noche con unos estornudos del demonio. Entre los bolsillos de mis antiguos pantalones, encontré el reloj destruido por las mordidas. Aún lo puedo reparar, solo necesito llegar a una ciudad que tenga este tipo de piezas, ojalá y también tengan balas para esa pistola.
La fogata se apagó hace horas.
He estado manteniendo mi brazo pegado a su lugar de origen desde anoche, no he podido pegar ojo con esa cosa a 4 metros de distancia de mí. Tampoco quiero gastar fuerzas si quiero enfrentarme a esa bestia, la falta de sueño me hace más loco de lo que estoy.
Suelto el brazo cuando siento que ya tengo absoluto control sobre él. Puedo sentir el dolor que este sufrió en la boca y estómago del lobo.
Comienzo a moverlo para adaptarlo, una vez obtengo completo movimiento del brazo me levanto para comenzar con mi plan de caza.
Había parado de llover, pero se seguían escuchando truenos y las nubes de tormenta tapaban el sol.
Tomo la ballesta y en el extremo liso de una de las flechas, amarro una soga que tenía guardada entre mis cosas.
Aaron: Escucha bien, gilipollas-le hablo al lobo el cual ha estado mirándome desde hace una hora que despertó-Ahora verás a un profesional trabajar, observa como la mente más humana usa su 100% de la capacidad mental.
Me levanto decidido y con el arma modificada me dirijo al río.
Amarro el otro extremo de la soga a mi cintura, tomo una roca y me pongo en posición. Tiro la roca... En cuestión de segundos todas las pirañas salta hacia el lugar del impacto... Disparo la flecha...
Lo primero que escucho es la notable risa del lobo, parece que se estaba ahogando de la risa.
La flecha falló, o más bien, yo fallé. Esto es indignante, no es la primera vez que disparó con ballesta ¿Por qué no le dí al blanco?
Aaron: Sólo me desconcentré, deja de reírte, ahora mismo soy tu fuente de alimento.
Recojo la flecha y mientras las pirañas siguen saltando lanzó otra flecha... Otra vez vuelvo a fallar ¿Qué demonios me está pasando? ¡Nunca fallo un tiro!
Aunque este brazo no ayude mucho, no es el problema, parece que las pirañas se mueven más rápido de lo que esperé.
No me rindo, vuelvo a intentarlo.
...
Han pasado varias horas... Aún no logro pescar nada.
El maldito lobo se cansó de reír.
Sé que no he pescado nada, pero durante todo este tiempo, he estudiado mejor el movimiento de las pirañas. No se movían más rápido, sinó más lento.
Estoy tan acostumbrado a cazar cosas que se muevan rápido, que adelantaba mis disparos a sus movimientos. Solo debo concentrarme mejor esta vez. No puedo quedar mal frente a un lobo.
Aaron: Ok, sarnoso, admito que me emocioné demasiado, pero esta vez sí atraparé uno de esos-el lobo se vuelve a reír.
Ignorando su molesta y extraña risa, me dedico a concentrarme en esta vez hacerlo bien.
Tomo una piedra y otra vez me preparo, la lanzo y disparo... ¡¡COÑO AL FIN!!
Suelto la ballesta y rápidamente agarró la soga, comienzo a tirar de ella.
La piraña es muy fuerte, se mueve de manera desesperada de un sitio a otro, pero con mi brazo derecho, osea, el brazo happy, ejerzo fuerza y de un tirón la saco del agua.
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Raúl
PertualanganSu historia fue contada desde diferentes puntos de vista. Algunos de sus "amigos", otros de su familia, y otros por malas lenguas. Pero la pregunta siempre es la misma... ¿Por qué no usan su verdadero nombre? Esta historia está relacionada con el c...