Capítulo.9

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Katia pateó todo

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Katia pateó todo. Bolsa de papas, bebidas, sándwich y fruta caía en la ropa de esos tipos, hasta una de las bandejas golpeó exactamente en los ojos azules de un castaño y Zack tenía jugo de naranja por todo el rostro...

Resulta que "accidentalmente Katia piso la cajita de jugo y se la exploto en toda la cara.

–¿Que te pasa?–

–Maldita zo...

Isaac llevaba rato observando a Katia sentada con Grettel y sus amigas. Miraba sus facciones, como se expresaba y la pequeña maña que tenía de morderse las uñas. Se encontraba ido mirandola, su pelo largo y negro, su rostro tan relajado le trasmitia tanta paz y una necesidad de abrazarla, como si fuera lo mas tierno en el mundo.

Su aura cambió cuando vio llegar a esos tipos sentarse con ella. Miró como las facciones de la chica cambiaron y como empezó a molestarse. Isaac intentaba descifrar si debía ir o no por ella. Porqué aunque Katia se viera enfadada era difícil descifrar lo que sentía realmente, a veces sonreía, no sabía si era por sarcasmo o por burla, también Zack se acercaba mucho a ella, ¿necesitaba rescatarla o no? Era un dilema.

Miro a Cole llegar y vio como la pelinegra se encaramo a la mesa.

Justo ahí supo que iba haber problemas y no permitiría que nadie la ofendiera.

Se acercó de inmediato muy tenso e intentando no mostrarse tan alterado.

–¿Algun problema?– habló enojado con toda la intención de callar al amigo de Zack.

El castaño iba a contestar, nada amable por supuesto, pero Zack lo interrumpió. –No ninguno, solo que Katia es un poco despistada.– fingió sonreír mientras se limpiaba sus ojos.

–No, déjalo hablar. Que termine la frase que iba a decir.– su mandíbula estaba tensa y los puños cerrados.

Cole interpreto las señales y se puso enfrente de Isaac para evitar problemas.

–Trevor.– susurró el pelirrojo con advertencia.

El castaño solo miraba a Katia con enojo y está le sonreía muy tranquilamente.

–No iba a decir nada.– entre dientes fingió amabilidad.

Isaac agarró la mano de la pelinegra y con la otra sostuvo levemente su cintura por si resbalaba al brincar.

Ella brinco y ese agarre se convirtió en uno más firme, ya abajo el la soltó.

Ese pequeño tacto era lo que la enloquecía, como arte de magia todo su coraje se fue y mariposas aparecieron en su estómago.

"¿Porqué me pasa estoo? BASTA."

Katia ya se iba a alejar de ahí, pero no sin antes soltar veneno.
–Yo que tu ahorita voy a la enfermería a tratarme ese ojo, se te está inchando.–

El Efecto // Isaac GarcíaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora