|| Ultraviolence T.1 ▪︎ Leon S. Kennedy x Lectora || By: isstkiu .°•★!

《 Capítulo 1 》

Desde hace ya varios días comencé a notar un nuevo comportamiento en Leon. Lo veía más impaciente y preocupado de lo normal, me era totalmente raro verle así, o al menos así era para mí. Siempre con esa mirada fría que acompañaba con la actitud cruel de sus palabras. Verlo de esa manera era simplemente impactante y algo complicado pero no imposible de creer.

Todo esto comenzó a raíz de la noticia sobre el tumor cerebral de su padre.

Habían días que el simplemente llegaba a casa del trabajo para luego, al instante, irse de casa con otra vestimenta y no aparecer en días o dos semanas. Regresaba cansado y apestando a alcohol, estaba segura que hasta consumía droga. Podía percibir esa aura de tristeza y preocupación dentro de él, aunque su rostro reflejaba otras cosas. Y si hablamos por mi, muy en el fondo, yo me preocupaba siempre por tenerle la cena preparada, esperándolo horas, dejando enfriar mi comida, para después olvidar mi apetito e irme a dormir a la cama, otra noche más angustiada por su bienestar. A veces simplemente me quedaba mirando a la nada, recostada en la silla, esperando a escuchar ese horroroso chirrido de la puerta abrirse, lo odiaba pero, ahora era cuando más quería escucharlo y verlo.

Sí, era un hombre al cual yo odiaba y me arrepentía de haber firmado aquel papel que, nos comprometía como esposos sin sentir absoluta nada, pero mi vida dependía de un hilo y no tenía otras opciones que aceptar. Y si no fuera por que aquel día en la boda acepté cuidar y amar eternamente a un hombre que no conozco, jamás me estaría preocupando tanto como ahora lo hacía, puesto que, mi futuro estaba en manos de él, y el más mínimo descuido y podría caer con el.

Cuando el volvía de sus desapariciones espontáneas era muy tarde por la noche, y yo me encontraba durmiendo y, difícilmente me vería despierta. Quería pensar que era alguien considerado, puesto que el llegaba y se acostaba sin hacer el más mínimo intencional ruido, y en parte se lo agradecía, al menos, así no interrumpía mi delicioso sueño. No niego que me gustaría aunque sea escuchar un "he llegado" o un simple mensaje donde diga que hoy no cenaría conmigo.

Pensaba que el era un hombre miserable e insensible, puesto que yo hacía mucho por el y daba más de lo que el ni si quiera me daba. Le hacía de desayuno y almuerzo para el trabajo, le preparaba la cena con anticipado y me esforzaba por sorprenderlo. Lavaba y colgaba su ropa diariamente, me encargaba de tener su uniforme de trabajo planchado y oloroso. Limpiaba la casa hasta dejarla reluciente. Me encargaba también de la despensa y en ir a comprar sola toda la lista de cosas que hacían falta. Pero, realmente tampoco se podía llevar todo el odio porque, ¿Quién me mandaba a tratarlo como rey?

De seguro que si desde un principio no hubiera hecho nada, tendría más tiempo para mi, pero la mayoría del día me la pasaba haciendo tareas de la casa como si fuesen los años 1900 para atrás. Tal vez era una forma de que el no me molestara tanto, puesto que no tenía de que hacer queja conmigo, porque le daba todo y le hacía todo. ¿Qué daba el? El dinero para la casa y todos sus gastos, como también algo de dinero para la despensa, lo demás lo ponía yo con la mitad de los ingresos en mi trabajo.

A veces me molestaba pensar así, siendo que siempre quise estar alejada de él, sin sentirlo cerca o pensar en su existencia. Me sentía feliz cuando el no estaba en casa, era una sensación gratificante que me permitía disfrutar de mi día a día. Ahora podía disfrutar aun más, como salir de fiesta con mis amigas, quedarme en casa de alguien, salir de vez en cuando a algún lugar sin preocuparme de llegar a casa a hacer la cena, cosas que antes si me preocupaban un poco, puesto que odiaba cuando empezaba a anochecer y tenía que volver a casa para hacerle de cenar. Sé que podía simplemente mandarlo a que se cocine algo o que comprara algo por deliveri, pero sentía que algo en mi cabeza negaba tales ideas, sentía la fuerte necesidad de su aprobación como marido, por lo que me obligaba a mi misma a todas las noches hacerle de cenar.