-Mira, te traje estas cajas, eran las últimas que quedaban.- Dijo Leon, mientras las dejaba en la entrada del departamento.
-¿Te vas a quedar a almorzar?- Preguntaste cerrando la puerta.
-Claro, y yo pienso cocinar. ¿Te gusta la lazaña?- Respondió sentándose en el sofá para quitarse los zapatos y ponerse las pantuflas.
-Oh, mejor. Así ordeno estas dos cajas mientras cocinas.- Sonreíste llevando una de ellas a tu habitación.
-Sabes, deberías ir a ver la casa en el campo, esta quedando muy bonita con los muebles que pediste.- Mencionó mientras se ponía de pie y sacaba algunos ingredientes el mandil.
-Prefiero que sea un regalo en nuestra luna de miel- Respondiste abriendo la caja.
-Tienes razón, es mejor así, te va a gustar mucho. Tu jefe me llamó- Comentó amarrando el mandil alrededor de su cintura.
No respondiste, así que se quedó en silencio unos segundos pensando y habló.
-Me preguntó si querías tomarte dos semanas de vacaciones y luego volver.- De nuevo no recibió respuestas de tu parte.
Por un momento se molestó y pensó que le estabas agarrando el pelo.
-¿Me estás ignorando?- Caminó hasta la puerta de tu habitación y se asomó viéndote de espaldas sentada mirando algo entre tus manos. ‐¿Linda?- Preguntó acercándose a ti.
Lágrimas caían sobre un nuevo peluche de conejo. Habías estado llorando en silencio tratando de contener las lágrimas pero te fue imposible.
Aquél peluche y el contenido de la caja no se trataba ni nada más ni menos que cosas que habían comprado para su bebé.
Aprestaste el peluche contra tu cara, rompiendo en un mar de lagrimas.
-Bonita...- Se sentía culpable de no haber revisado la caja antes de traerla, no había recordado que habían guardado las cosas de su bebé.
Se sentó a tu lado luego de apartar la caja, abrió sus brazos para que lo abrazaras, por lo que al instante te refugiaste en sus brazos buscando su protección y atención.
Te abrazó con fuerza, te tomó de las piernas y te acomodó sobre él para tenerte más cerca, te alejó el peluche y lo tiro a un lado comenzando a besar tus mejillas.
-Tranquila... Lo siento, debí de revisar lo que traía... Desahógate, se libre se liberar todo lo que te has guardado, no te preocupes, yo estaré aquí para ti.- Te susurró.
No era bueno con las palabras pero la intención es lo que cuenta, y eso lo apreciaste mucho.
-¿Por qué no descansas un poco? ¿Si? Acuéstate en el sillón, así puedo mirarte y estar atento. ¿Vale? Y así hago el almuerzo. Vamos linda...- Asentiste, y Leon, al instante te tomó con cuidado y suavidad en sus brazos y te llevó al sillón, donde te recostó.
Fue a la habitación a por una manta y te arropó con ella.
-¿Quieres agua?- Preguntó y asentiste. ‐¿Quieres algo para comer mientras, algún dulce?- Nuevamente dijiste que si. -Esta bien, ahora te lo traigo.-
Pocos minutos pasaron y te trajo un vaso con agua, papel higiénico y un poco de pastel que había en el refrigerador.
-Siéntate.- Ordenó para entregarte todo.
Te sentaste y te acomodaste la manta para que aún te envuelva. Tomaste el plato con pastel y lo acomodaste en tus piernas, tomaste el vaso y limpiaste tus lágrimas y mocos con el papel.
Leon, puso algo en la televisión para que te entretengas como una niña pequeña, y cada tantos segundos te volteaba a ver para estar atento a tu estado de ánimo.
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|| Ultraviolence T.1 ▪︎ Leon S. Kennedy x Lectora || By: isstkiu .°•★!
FanficLeon, es obligado por su madre, buscar una futura esposa que siga con el linaje Kennedy, y como este aún era dependiente de ella, la ya mencionada, pública una noticia sobre buscarle prometida a su hijo. Ahí entrabas tú, jurando que jamás te venderí...