Lo miraste sorprendida que esté de acuerdo contigo, pero después de todo era obvia la situación.
Despertaste agitada y confundida, miraste a tu alrededor, era una habitación diferente.
-¿Don... Donde estoy?- Te preguntaste en voz alta sintiendo un fuerte dolor en tu vientre.
Leon, quien dormía con la cabeza en tu regazo, se despertó de un susto. Se veía totalmente diferente a como lo habías visto. No parecía que hubieran pasado tres años como el Leon que veías ahora.
Rubio, esa mirada seria, ojos azules, aquel pelo desordenado y con la vista cansada.
Bajaste tu mirada y tratabas de recuperar el aire.
Leon, se puso de pie y te abrazo para comenzar a acariciar tu espalda.
-Tranquila... Estoy aquí, cariño. Shh...- Te susurro al oído tratando de tranquilizarte.
¿Había todo sido un sueño?
Comenzó a tararear su canción. Pronto te calmarte y lo miraste con preocupación.
-¿Nos vamos a divorciar?- Preguntaste entre lagrimas.
Este te miró confundido y luego acarició tu mejilla. -Claro que no, ¿Por qué crees eso, linda?- Cuestionó dándote un dulce beso.
-Es que... Yo pensé que..- Éste te dio otro beso, lo miraste realmente confundida y con gran dolor de cabeza.
-Shh, no te preocupes por eso, no voy a permitir que te alejen de mi lado, nunca más. Lo que más me importa ahora es tu salud, así que por favor, descansa, y en un rato más te traen la comida.- Te abrazó y acarició tu espalda, dejando tiernos besos sobre tu nuca.
Leon, se recostó a tu lado mientras tu dejabas tu cabeza sobre su pecho.
-Perdí al bebé...- Dijiste mientras Leon, pasaba su mano por debajo de tu brazo y así acunarte en su pecho.
-Lo sé... Si necesitas llorar, tienes mi hombro para hacerlo. Yo jamás te volveré a dejar sola. Me daré de baja en mi trabajo, es muy peligroso y ya no quiero que esto vuelva a suceder.- Explicó mientras besó tu mejilla y te apretaba contra él.
Te apegaste lo máximo que pudiste y solo comenzaste a llorar en silencio mientras este te acariciaba.
Estuviste al menos dos semanas en reposo hasta que te dieron de alta. Durante esos días, Leon, te acompañó en todo momento, te ayudó a cortarte el pelo ya que lo tenías bastante largo. En las revistas no parecía, ya que usabas pelucas, pero realmente lo tenías bastante largo.
Te leía libros ya que se te cansaba la vista muy rápido y te llegaban a doler los ojos. Te bañaba y siempre que podía te traía algún dulce de afuera, cosa que por extraña razón te lo prohibían en el hospital.
Fueron días eternos pero gracias a Leon, todo se pasó mejor.
Cuando te dieron de alta y volvieron a casa, notaste que las cosas estaban en cajas y algunas aún estaban decorando la casa.
-¿Y esto?- Preguntaste viendo la mesa desarmada.
-Recuerdo que alguien entre sueños me dijo que su casa de en sueños era una linda y pequeña acogedora casa en el campo, un campo lleno de flores. La verdad es que me costó encontrarlo, creo que merezco aún que sea...- Te abalanzaste contra él llenándolo de besos.
-¡No sabes cuanta ilusión me hace esto!- Dijiste sonriente y emocionada por la idea de mudarse.
Te abrazó y te mantuvo en el aire, apegada a él, recibiendo cada uno de tus besos.
-Me alegra que esto te haga feliz. Extrañaba tu sonrisa, preciosa.- Comentó con una ligera sonrisa.
-¿Podemos ir a verla?- Preguntaste aún abrazándolo. Después de pensar un poco en lo que hacías, desde el embarazo que te habías vuelto más apegada a él, cosa que hizo que te separaras de él al instante y disimular, aquel movimiento, en revisar las cajas.
-¿Y si mejor vamos mañana? Por ahora quiero que hoy descanses, ¿Bien?- Se acercó a ti para posar su mano en tu cintura.
Asentiste mientras mirabas aquel lugar donde habían pasado tantas cosas, tantas peleas, tantos días tristes, lugar donde más lloraste y sufriste, pero ahí además de todo el dolor, también había amor, un amor un tanto extraño y único, que de tantas cosas irreales seguían juntos.
-¿Qué piensan tus padres? De seguro ahora me odian...- Dijiste dolida y soltando un suspiro.
-Mandan condolencias, me costó convencerlos, pero apoyan la idea de que nos vayamos a vivir lejos de toda esa mierda. Mañana te espera una gran sorpresa.- Sonrió mientras hacía un camino de besos por tu nuca hasta tus hombros.
-¿Nos apoyan? ¿Qué sorpresa?- Comenzaste a preguntar nerviosa.
Asintió. -verás mañana. ¿Qué quieres para cenar?- Sacó su teléfono, al prenderlo viste que el fondo de pantalla era una foto de tu y el cuando adolescentes con aquel uniforme escolar, ambos de traje ya que ese día graduaban a los de mayor año y ustedes participaban para despedirlos.
-Ese día, recuerdo que casi se te cae la bandera del instituto, me reía como nunca.- Sonreíste al recordar ese día.
Leon, quien te miró divertido. -Pase la vergüenza del año.- Rió contigo.
-¿Burritos?- Preguntaste.
-¿De nuevo? ¿No quieres otra cosa?- Negaste, así que este asintió y pidió dos burritos.
-No es necesario que comas lo mismo.- Te miró y colgó la llamada.
-Me gustan.- Se acercó más a ti para agacharse y tomarte en sus brazos como una doncella en apuros.
-¿A donde me llevas? Puedo perfectamente caminar.- Dijiste nerviosa porque te haya tomado despistada.
Éste se quedó en silencio y caminó por el pasillo hasta llegar al salón, donde aún se encontraba vuestra cama, con la chimenea calentando el lugar y ahora las cortinas cerradas.
Te recostó en el medio de la cama y se quitó la chaqueta, luego los zapatos y se inclinó hasta tus piernas, comenzando a quitar con cuidado tus zapatos. Luego se acostó a tu lado, mirándote mientras admiraba tu rostro.
-Realmente no sabes cuanto me preocupe cuando te vi ahí, tirada en el suelo, yo...- Suspiró aún sintiendo un gran dolor.
Hiciste una mueca de pena, tomaste sus mejillas entre tus manos y le diste dulces besos.
-Ya no pienses en eso, estoy aquí, por favor, olvidemos eso.- Murmuraste con las lágrimas a nada de salir.
-Tienes razón... Lo siento.- Besó la comisura de tus labios y te abrazó sin querer soltarte nunca más.
Ambos comenzaron un pequeño juego de besos, la verdad es que para ti todo daba vueltas, necesitabas aclarar tus sentimientos, el momento, tu vida, ordenar todo, nuevamente. Pero ese momento querías disfrutarlo, merecías algo de tranquilidad.
Así que contentilla, ibas correspondiendo los dulces besos de tu marido, que pasaron de algo suave a varios intensos que los dejaban sin aire.
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Y si le meto otro drama más?
Unos traumas más? 🥰
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|| Ultraviolence T.1 ▪︎ Leon S. Kennedy x Lectora || By: isstkiu .°•★!
Fiksi PenggemarLeon, es obligado por su madre, buscar una futura esposa que siga con el linaje Kennedy, y como este aún era dependiente de ella, la ya mencionada, pública una noticia sobre buscarle prometida a su hijo. Ahí entrabas tú, jurando que jamás te venderí...