Esa tarde, fui al restaurant a despedirme de Chuy y de los muchachos que trabajan ahí. No podían creer que trabajaría de payaso en un circo.
Don Abraham no expresó ni alegría ni molestia, era claro que mi presencia en ese lugar era irrelevante. Después de 3 años de trabajar ahí, ni un abrazo aunque sea. Pero eso en realidad no me importaba.
Chuy y yo salimos a echarnos un cigarro de la Mary Jane que le había regalado el Loco.
-¡Gracias carnal! -me dijo Chuy palmeándome la espalda.
-¿De que carnal? -le dije
-¡Pues por el parote que le estás haciendo a mi jefe! -comento en lo que le daba un buen jalón al cigarro.
-¡No tienes que agradecerme nada! -le dije. -Al contrario yo soy el que les debo mucho por dejarme quedar en tu casa wey.
Solo sonrío y paso su brazo por la espalda. -¡Ánimo carnal! -me dijo.Al día siguiente por la mañana, tome prestada una vieja maleta que tenía guardada Chuy en su armario. La llene de las tres garras que tenía, los maquillajes, algunas cosas que me había regalado don Enrique para los shows y el traje que me había prestado. Los zapatos los eché en una bolsa pues no cabían en la maleta.
Me dirigí a la central de autobuses.
El viaje no era muy largo de la Ciudad de México a Toluca es poco tiempo, pero me era emocionante ya que nunca había salido de mi ciudad.
Disfruté el camino como nunca había disfrutado algo en mi vida. Veía los caminos de terracerías entre los poblados que había entre La Ciudad de México y Toluca. Gente caminando a la orilla de la carretera. ¿Hacia donde irían? Me pregunté.
Al llegar a la central de Toluca descendí del autobús y empecé a caminar sobre la calle Berriozabal. Ahí tendría que tomar un taxi que me llevara a mi destino el pueblo de Santiago Tlacotepec, en las afueras de Toluca, ahí estaba instalado el circo.
Le pague al chofer del taxi y me dejó afuera del circo.
No era la misma sensación que sentí cuando aquel niño se paró por primera vez frente a esa gran carpa. De echo ya no se veía tan grande. Pero no había problema alguno.Esta vez no sería espectador, estaba decidido a ser protagonista.
Me dirigí a la taquilla, le dije a la persona detrás de la ventanilla que venía de La Ciudad de México, que era el reemplazo de Don Enrique o Cometin como también lo conocían.
-Luis, ¿verdad? -me preguntó una voz de mujer detrás de la ventanilla.
-¡Si, señorita! ¡Luis! -respondí
-Pasa por atrás y busca a Ramón el te dirá que hacer. -me dijo
Ahí estaba en medio del circo, tome un segundo y me senté en la fila de en frente, era de día, no había luces y todo lucia tan diferente a ese recuerdo que tenía de niño.
Me levanté y busqué a Ramón.
Ramón era un tipo demasiado mal encarado, de ese tipo de gente que la vida ha tratado mal.
-¿Ramón? ¿Es usted Ramón? -le pregunté a un señor que se encontraba acomodando unas cajas en la parte de atrás del circo.
-¿Qué paso? ¿Qué necesitas? -preguntó sin siquiera levantar la mirada
-¡Buenas tardes! Soy Luis, el reemplazo de don Enrique, Cometín -le dije con voz algo nerviosa
-¿Reemplazo? -me preguntó incrédulo
-Estemm... ¡si, el reemplazo! -añadí.
-Mira, no se quien te comentó eso del "reemplazo" pero te informaron mal. Serás el Patiño de Bombita. Bombita es quien quedó en lugar de Cometin. -me dijo mientras se iba incorporando.
No sabía que era un Patiño.
Nunca había oído hablar de eso, algún tipo de payaso ¿acaso?
-¡Esta bien!, lo importante es trabajar aquí ¿no? -le respondí positivamente.
-¡Claro! -Si tú lo dices. Ve al camper que está allá atrás el que tiene unas líneas cafés por los costados. -me dijo mientras apuntaba el camper del que hablaba. - Ese será tu espacio, junto con Gruñón. -reafirmó.
Gruñón era un enano que adivinen ¿que?
¡Si! Era el que lanzaba fuego por la boca.
Un poco extasiado camine hacia el viejo camper que se encontraba estacionado.
Abrí la puerta y en una de las camas estaba acostado un hombrecito en medio de ella. Se veía demasiado pequeño. A comparación mía, que media 1.82cm.
-¡Buenos días! -exclamé
El hombrecito permaneció dormido sin darse cuenta que estaba ahí.
El camper era algo viejo de los 60's o 70's, no se muy bien, no sabia mucho de autos en ese entonces.
Olía como a gasolina, mezclado con un olor a orín, me dio un poco de asco pero no creo que con algo de jabón y cloro no se vaya ese olor.
Estaba terminando de acomodar las últimas cosas en mi espacio cuando abrieron la puerta.
-¿Que tal? Soy Sergio. -me dijo mientras estiraba la mano con forma de saludo.
-Luis, mucho gusto. -respondí
-Con que eres el nuevo ¿no? -me preguntó mientras sacaba una cajetilla de cigarros de su bolsa.
-¿Fumas? -preguntó acercando la cajetilla hacia mi.
-¡Si! -respondí mientras tomaba un cigarrillo.
-¡Mira! No se de donde vengas ni me interesa, pero si vas a trabajar conmigo, debes saber que las cosas aquí se harán como yo digo, ¿ok? -me dijo con el cigarro en la boca mientras trataba de encenderlo.
-¿En qué circos has trabajado? -preguntó.
-En el circo de la vida y de la calle -respondí.
-¡No mames! No me vayas a salir con que eres un payasito de la calle -exclamó con un tono algo despectivo
-Apenas estoy aprendiendo, Don Enrique me ha estado enseñando y preparando para ser un buen payaso. -comenté
-¿Don Enrique? Pinche payaso huevón. Se las da de muy acá porque es compadre de don Carlos. Pero eso ya se acabó, el ruco ya está viejo. Ahora le toca el turno a los jóvenes ¿qué no? -asintió con una risa burlona.
-Don Kike es muy buen payaso, me enseñó mucho en muy poco tiempo. -respondí tratando de demostrar un ligero respeto hacia el señor Kike.
-¡Buen payaso! ¿Buen payaso dices? -me pregunto incrédulo
Su pregunta resonó en mi cabeza unos segundos pues en algo tenía razón, yo nunca había visto actuar a Cometin en mi vida. Trataba de defender algo que desconocía, pero me mantendría en mi argumento.
-Pues cada quien tiene una forma distinta de opinar ¿no? -respondí con sarcasmo
-¡Tu serás el Patiño! Harás exactamente lo que te diga, porque de eso depende el show. Si haces lo contrario tú y yo tendremos un problema. ¿Me entiendes? -preguntó
-Pero dime, ¿qué es un Patiño? -pregunté confundido
-¡Mmmta madre! Te veo a las 3:00 en la pista. -exclamó mientras se alejaba.Me senté en el escalón del camper pensando para empezar, en ¿quien era ese cabrón?
Y segundo en... ¿qué chingados era un Patiño?
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El Circo de Trampitas
Teen FictionLuis, mejor conocido como Trampitas; es un payaso vagabundo que deambula solo por las calles de la ciudad. Narra desde su perspectiva algunas etapas de su vida donde las adicciones se convierten en el personaje principal de esta historia llena de al...