Verdades y familias, Visenya.

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— Somos leales a Aegon, ¿Entiendes eso? ¿Sabes que es tu padre? La sangre en tus venas es suya, esos ojos tuyos son prestados muchacho, no tienes dragón alguno, sólo esa espada que te he dado, ¿Como entonces enfrentarás al conquistador? ¿Que tienes tú, que pueda dar cara al dragón más grande en la tierra? Maldiciones vendrán sobre ti, esto no será olvidado, tu padre no va a perdonar este incidente.

Maegor la observa, callado desde que le informó todo sobre el altercado en la mañana, su hijo que desde el matrimonio ha permanecido eufórico y burlón, está serio y callado, más de la estoica actitud que ella está acostumbrada, un calco de la propia, su primogénito levanta la vista y decide a hablar, después de dialogar prácticamente sola durante casi una hora.

— Eres leal, madre. Eso me has enseñado, eso fue el primer mandamiento que tatuaste en mi ser, leal, lealtad, a nuestra familia y a nuestro legado, eres leal a Aegon, aún cuando te hizo dioses saben qué cosas para empujarnos a Viserys y a mi al sagrado matrimonio, leal al hombre que dejó la muerte de tu hermana impune, leal al hombre que casi te obligó a tener un hijo para dejarte a ti y al niño tirados en esta isla, la lealtad no te abandono cuando te hizo eso dos veces y por la forma en la que haz comido sin parar, una tercera vez, tu que fuiste la fuerza mayor de su lucha, quien dio el apoyo psicológico y el apoyo necesario en guerra, te ganaste su desprecio, su inutilidad en la guerra ¿estuvo Aegon para ti cuando la mujer a la que amabas cayó del cielo? ¿Estuvo Aegon para ti cuando el parto de Viserys duró más de lo esperado? Lo he visto cinco veces en mi vida, las últimas tres por que luego de rogarle le haz llamado, su sangre está en mi, pero la tuya también lo está.

Su hijo da dos paso al frente, no ha abandonado sus ojos desde que los alzo.

— Quien me enseñó a pelear, quien me enseñó todo lo que se, quien me dio todo lo que he deseado, ha sido una omega y su nombre es Visenya, mi madre, no conozco padre. No tengo padre. Una vez dijiste que no debíamos de pelear por personas lejos de nuestra familia, Aegon no es nuestra familia, no estuvo aquí cuando importó, ¿qué significa la sangre? Si para él fuese relevante nosotros jamás hubiésemos sido desterrados, eres su hermana mayor, su esposa principal y él ¡Te desterró!, ¡No importa como pintes esto! ¡Aegon te mando a esta isla y te encerró!, su reina, su hermana, reducida a susurros indiscretos de la corte. Aegon eligió a su familia y que sangre era la de relevancia para el. Es momento que nosotros hagamos lo mismo.

Visenya siente su pecho estrujarse es el embarazo, este Niño me tiene sentimental.

Ese pensamiento la rompió ¿que he hecho para que mi hijo de 13 sepa ponerme en mi lugar? ¿Como accedí a darle mi cuerpo una vez más a Aegon? , por un Niño que no nacerá omega, no lo hará, este es otro alfa.

No te estoy pidiendo que me entregues la cabeza de tu hermano, no te estoy pidiendo que tomes a Vhagar y te lances a la lucha contra el, te pido que cedas, te pido que me des la batuta que haz cargado durante 15 años, te estoy pidiendo que descanses y confíes en mi, en tu familia, que cuides de ti, que por un momento la única prioridad que tengas seas tu, te estoy pidiendo lealtad a tu familia, tu verdadera familia, Viserys, ese Niño en tu vientre y yo. Somos la única familia que nos queda. Somos lo único que tenemos madre. Déjame cuidarte, déjame cuidar a la familia.

Firmar el documento de regencia no es pesado, no es hastiado como lo había sido cuando cedió la isla a su hermano menor hace una vida, ambos jóvenes de 14 y 13, no, esta vez ella no se siente atacada o robada, no se siente ofendida en la forma en la que se ve obligada a aferrarse a su hermano, en doblar rodilla y deber lealtad pura. Esta vez, su rodilla se desliza con facilidad y el orgullo llena su pecho cuando el trono reluce en los hombros de Maegor, Viserys dulce y divino a la par, asumiendo el control de la isla.

Se da cuenta, con verdadero sentimiento <es el embarazo> se dice, que Maegor no es más un niño, ni el hijo que ella crió como guerrero, si no que, es ahora un adulto, un rey, su rey, el único rey al que le debe lealtad.

La carta solicitando independencia y anunciando el cambio de regente le llega dos semanas después a Aegon, un retraso aproposito, sólo para agregar con tinta más fresca, la resiente adquisición de su hijo mediano, Cannibal, tiene un jinete, por primera vez.

Maegor ya no necesita de Vhagar para la lucha, ya tiene su propio dragón.

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Feliz navidad y año nuevo, éxito mañana.

Dioses crueles -Lucerys-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora