El destino une a las personas por un motivo, teniendo una conexión excelente , pero muchas veces en una historia de amor siempre existen dificultades. Esta es la historia de Melina Vargas, una estudiantes de arquitectura, y Pedri González, un jugado...
Al entrar al departamento fui a mi habitación a dejar mis cosas. Me puse algo cómodo , hice un moño con mi cabello. Me senté en el sofá, vi una publicación de Nicole en Instagram.
@nicole_01
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Había pasado caso 20 minutos desde que Gabriel se había ido, me asombro la forma en la que agarraba a Nicole. Decidí escribirle.
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La foto era de ahora, recordé lo que había dicho hace rato, las cosas no encajaban. Me estaba mintiendo. Pero que podía decirle yo , si hacia lo mismo con Pedri.
En ese momento llamaron a la puerta, mis manos comenzaron a sudar, mi corazón se aceleró, y mi estomago tenia una sensación rara.
Seguro es hambre.
Fui a abrir la puerta, al abrir solo vi a Pedri delante mío. En ese momento tantas canciones de Taylor se comenzaron a reproducir en mi mente, todas hablando de amor.
—Hola — sonreí.
—Hola— me sonrió, entró, cerró la puerta y sus manos rodearon mi cintura— ¿No me saludaras?
Me acerque a su rostro, nuestros labios lo hicieron igual, estaba a escasos centímetros, en un momento el cerro los ojos.
—No— abrió los ojos de inmediato, yo me aleje, pero no duro mucho ya que unió nuestros labios.
—No vuelvas a hacer eso— me sonrió.
—¿Hacer que?— me hacia la tonta.
—Tu lo sabes perfectamente— acomodo un mechón de mi cabello— te ves muy hermosa.
—Pero si estoy desarreglada— me vio de pies a cabeza.
—Si ahora estas hermosa, imagínate arreglada— me beso en la mejilla.
—Ahora háblame sobre tu día— sonreí, nos fuimos al sillón.
—Bueno la verdad es que me la pase entrenando, entrenamos para el próximo partido— se detuvo un momento— acompáñame al estacionamiento.
