Continuación...
—Espétate— me estaba matando de risa.
—No para nada— me tomo entre sus brazos— escoge algo bonito, cámbiate y nos vamos.
—Pero a donde— nos separamos— yo dije a la playa.
—Vale, allá iremos— me sonrió— pero ya cámbiate.
—Entonces sal de mi habitación— señale la puerta. En su mirada se veía que no quería salir.
—Lo hare— se acerco rápidamente a mi, me beso— pero no demores.
Pedri salió y me dejo, comencé a arreglarme lo más rápido que pude, solo cambie mi camisa por una chompa. Cuando estaba a punto de salir recordé que Pedri era una persona muy conocida por toda España, en mi colgador vi otra gorra, la tome.
—¿y eso?— dijo al verme con la gorra.
—Es para ti— se la entregue— ¿no crees que nos reconocerán muy fácil si te ven así?
—Cierto— se acercó a mi— pero será muy notorio que también la llevemos.
—Vamos— tome su mano— además combina con tu oufit.
No lo había notado pero había tomado su mano, nuestras manos estaban juntas y él en ningún momento la había quitado.
Nos miramos, me dio un beso en la frente, me regalo una sonrisa y salimos.
Muchas veces cosas como estas había dado por sentado, es que creo que no lo había experimentado. Ver el mar por la ventana de auto, escuchar música con alguien en especial, que esa persona tome mi mano.
—Meli, ¿y que otra música te gusta?— me dijo sin despegar la vista del camino.
—Me gusta la música en ingles, como Taylor Swift — sonreí.
—Eres Swiftie, la verdad es que no la he escuchado antes— se comenzó a reír.
—Como es posible— me asombre, mi cuerpo se coloco en dirección a él— es pecado no haber escuchado alguna canción de Taylor.
—Entonces pido perdón— nos comenzamos a reír.
Su risa y la mía era algo que quería que siempre sucediera.
Antes de llegar nos detuvimos en una tienda para comprar algunas cosa, la que bajo fui yo. Sabia muy bien lo que iba a pedir, unas bebidas y unos snaks.
Al bajar escuche a algunas chicas hablar sobre el partido de hoy.
—¿Vieron a Pedri? Es que ¡Joder! Como le hace para estar sudado y verse tan bien. — dijo una de ellas.
—Es uno de los futbolistas más guapos que tiene el Barcelona, él y Gavi son el 2pa2 que necesitamos— escuchar eso hizo sentir algo raro.
—¿Llevaras algo?— me dijo el chico de la tienda.
—Si, perdona— le entregue lo que iba a llevar.
Me dijo el monto que debía pagar y salí, de inmediato me subí al auto.
—Vámonos— cerré la puerta— en la tienda están unas chicas que son tus fans y si te ven van a querer muchas fotos contigo.
—¿Celosa?— negué con la cabeza— mientes, tu rostro lo dice todo.
—¡Cállate, tonto!— solo sonreí y me cruce de brazos.
Estaba un poco celosa, bueno es que hablaban del chico que me gusta pero que podía decir, ni sabia muy bien que somos.
—Entonces dime que es lo que más te gustaría conocer de Perú— estábamos en la arena sentados, mientras comíamos mirando el mar.
—La verdad es que la comida. Dicen que es muy buena.
—Es que la comida es maravillosa, en verdad es lo que más extraño, claro incluyendo a mi familia.
—Si fuera por ti, ¿Regresarías?— a penas dijo eso voltee para verlo.
—Si, es lo que diría sin pensarlo, pero ahora que estoy acá he construido algo muy bonito. La educación es mucho mejor así que eso me ayudara a darle algo mejor a mi familia.
—Me imagino que debe doler mucho estar en otro continente lejos de tu familia. A veces damos por sentado a las personas que tenemos cerca, pero cuando nos alejamos se siente mucho su ausencia. Algo así me pasa cuando viajo, por eso es te entiendo.
—Pero ahora dime, como sentiste el partido de hoy?— sonreí.
— Como te dije estaba nervioso, pero a penas pise el campo, todo mi interior se calmo. Me puso muy feliz verte en las gradas, y más que estabas gritando el gol— me sonrió.
Amaba su sonrisa, me transmitía tantas cosas, me contagiaba la alegría. Me hacia tan feliz.
—Me emocione demasiado, verte meter el gol y correr por el campo me hizo muy feliz— sonreí.
Podía estar así por mucho tiempo, conversando o estando en un silencio enorme. Tenia miedo, pero no quería que eso me impidiera que viva este momento con él.
—Ya pero mira el mar, es tan enorme—me comencé a reír— a veces solo mirarlo me da una gran tranquilidad.
—Es muy cierto— Pedri se coloco al lado mío— Melina, mirame.
Cuando dijo me voltee rápido para verlo, sin que me diera cuenta me había tomado unas fotos.
—¡OYE NO!— trate de quitarle el celular— seguro salgo mal.
—Yo no diría eso— acomodo un mechón de mi cabello— eres hermosa— se estaba acercando a mi, a mis labios.
—¡Callate, tonto!— me aleje de él.
—No hagas eso— se comenzó a reir.
—¿Hacer que?— me hice la que no sabia.
—Alejarte de mi cuando te quiero besar— se cruzo de brazos.
Me comencé a cercar a él, estaba a punto de besarlo en los labios, pero como estábamos en publico no lo hice.
—Acá no ya que nos pueden ver— le di un beso en la mejilla.
La tarde se había pasado muy rápido, ya me encontraba en casa. Angie aun no llegaba, estaba sola en mi habitación. Recordé la forma en la que nos habíamos despedido.
Inicio de flashback
—Ya me tengo que ir— llevábamos 5 minutos besándonos y no me baja del auto.
—Un rato más— tomo mi rostro y unió nuestros labios.
—Pedri— me separe de él— ya es momento.
—Esta bien— me tomo una ultima vez y me beso— te hablo cuando llegue a casa, ¿si?
—Esta bien, nos vemos— baje el auto.
—Nos vemos, Meli.
Fin del flashback
11:OO PM
Me había quedad dormida, lo primero que hice fue ver mi celular, al penas leí los mensajes se me formo una gran sonrisa.
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EL DESTINO NOS UNIÓ POR UN MOTIVO| pedro gonzález
RomanceEl destino une a las personas por un motivo, teniendo una conexión excelente , pero muchas veces en una historia de amor siempre existen dificultades. Esta es la historia de Melina Vargas, una estudiantes de arquitectura, y Pedri González, un jugado...