Capítulo 4

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Pan francés y Café amargo

Narrador

Después de tomar una ducha, Felix salió con la toalla amarrada en su cadera, temblando de frío y con vergüenza tapándose su pecho. Había esperado al mayor con la ropa que le había prometido, pero no había llegado y sentía que se moría de hipotermia.

– ¿Lee Know? –preguntó, buscándolo por el pasillo afuera del baño. –¿Dónde estás? volvió a preguntar, está vez entrando a una de las habitaciones que estaban cerca.

La habitación estaba oscura, y la luz de noche no ayudaba con la iluminación, no podía ver nada.

–¿Hola? –tocó la pared buscando algún interruptor para encender la luz, más no lo encontró.

–¿Felix? –escuchó detrás de él –¿Que haces aquí? –dijo el mayor de cabello naranja.

–A-ah lo estaba buscando y entré en este cuarto pero no encuentro la luz.

–Está justo aquí, a lado de la puerta. –mencionó antes de prenderla.

Inmediatamente cuando hubo luz, la vista del mayor se posó en el pecho descubierto del australiano. Pequeñas pecas se esparcían por los hombros y los pectorales; junto con un lunar que se asomaba al inicio de su pectoral izquierdo.
Su piel era lisa, como si nunca hubiera sido maltratada.
Tenía hombros pequeños, su complexión era demasiado delgada cosa que le hacía verse muy chiquito.
Eso le llamo la atención al de ojos gatunos.
Le empezaba a gustar demasiado, sentía que podía verle todo el día. Empezaba a ser su nueva adiccion.
Bajó un poco la vista y oh.
Su abdomen estaba ligeramente demasiado marcado, se veía duro y trabajado.

¿Podía ser mejor aún? Se cuestionó.

Felix al darse cuenta de lo escaneado que estaba siendo, se tapó aún más el pecho casi abrazándose a si mismo y sus orejas enrojecieron.
Haciendo que el mayor volviera en sí y se diera cuenta del problema que había.

Oh mierda. Tenía un problema.

Se volteó con rapidez y avanzó a paso rápido.

–De p-prisa, te daré la ropa, la temperatura está bajando.

Señaló, aún si el calor de su cuerpo había subido después de esa escena.

–A-ah, claro –contestó el menor y a paso rápido, lo siguió.

Después de entregarle un short y una de sus playeras, Felix terminó de cambiarse y secarse; asi salió nuevamente en busca del mayor a la cocina. Encontrándolo en el refrigerador buscando que comer.

–Muchas gracias, ahora estoy más cómodo –entró diciendo con una sonrisa.

–No hay de que, yongbokk.

–¿Tiene hambre? –cuestionó el menor inclinando la cabeza como un cachorro.

–Un poco... aunque es demasiado tarde para pedir algo; sumándole a la tormenta dudo que podamos salir a comprar algo. –respondió cerrando la nevera y alzando los hombros; restándole importancia y comenzando a caminar fuera de la cocina para ir a dormir.

The winter we fell in love ◌ (StrayLix)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora